Rumanía tiene más de 100 años de tradición en la producción de aviones. Antes de la Primera Guerra Mundial, el ingeniero rumano Aurel Vlaicu propuso varios prototipos de aeronaves.
Rumanía tiene más de 100 años de tradición en la producción de aviones. Antes de la Primera Guerra Mundial, el ingeniero rumano Aurel Vlaicu propuso varios prototipos de aeronaves. Consiguió imponerse con uno de ellos en un importante concurso internacional organizado en Aspern, Austria, en el que participó también el líder de entonces de la aviación francesa, el conocido Roland Garros.
También antes de la Primera Guerra Mundial, otro pionero de la aviación, el rumano Henri Coandă, construyó la primera aeronave sin hélice. El modelo de avión creado por Coandă sirvió como base para los aviones de reacción que siguen dominando la navegación aérea.
En 1925 fue creada en Braşov la primera planta rumana de producción de aviones llamada Industria Aeronáutica Rumana, o IAR, conocida también como Compañía Aeronáutica Rumana. La primera serie de aeronaves fue terminada en 1928, basándose en unas licencias francesas.
El primer avión con el nombre de IAR salió de la planta en 1930. Era el prototipo de un avión de caza realizado según el proyecto del ingeniero rumano Elie Carafoli en colaboración con el ingeniero francés Lucien Virnoux. La construcción y las cualidades de vuelo lo colocaron entonces entre los mejores aviones del mundo en aquella categoría.
Empezó después la producción en cadena, con nuevos modelos. La planta de Braşov se convirtió en una de las más preciadas de Europa. Pero el final de la Segunda Guerra Mundial puso fin a la aventura industrial de Braşov, y la planta se convirtió en una fábrica de tractores.
En los años 60, las autoridades decidieron reanudar la producción de aviones en la zona de Braşov, en la ciudad de Ghimbav, pero sin volver a la envergadura anterior.
Después de los años 90, en Ghimbav se produjeron los helicópteros IAR 330 Puma y IAR 316B Alouette bajo la licencia francesa de Sud Aviation, la empresa que se convirtió posteriormente en Aerospaţiale, después Eurocopter y actualmente Airbus Helicopters. La fábrica colocada cerca de Braşov cesó después la producción de aeronaves y se centró en el mantenimiento y la modernización de los helicópteros militares. Pero la plataforma de Ghimbav ha quedado como un importante punto de referencia en la industria aeronáutica europea, y los grandes actores del mercado mundial se han mostrado cada vez más interesados en las capacidades de producción de allí.
Una delegación de alto nivel rumana y francesa ha visitado la plataforma de Ghimbav teniendo en cuenta entre otras cosas la revitalización de la cooperación con la sociedad europea Airbus. Tras la visita, Michelle Ramis, embajadora de Francia en Rumanía, ha declarado:
Como consecuencia de los compromisos acordados con la OTAN, mediante el presupuesto público, Rumanía decidió asignar anualmente un 2% del PIB a Defensa. Gran parte de esta cifra se invertirá en la modernización del Ejército. Pero se estima que la modernización de las capacidades de defensa no se haga solamente mediante las importaciones de técnica militar, sino que se base también en la producción interna. En la plataforma de Ghimbav, el presidente del Senado de Rumanía, Călin Popescu Tăriceanu, ha declarado:
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