1,5 grados centígrados: el umbral que marca la diferencia
El año 2024 seguirá siendo el primer año en la historia de las mediciones en el que las temperaturas medias del planeta superaron el límite de calentamiento global de 1,5 grados centígrados acordado internacionalmente en comparación con la era preindustrial, antes de que el ser humano empezara a quemar combustibles fósiles que emiten CO2 a gran escala.
![Foto: geralt / pixabay.com Foto: geralt / pixabay.com](https://www.rri.ro/wp-content/uploads/2024/06/termometru-clima-canicula-foto-geralt-pixabaz-com.jpg)
Corina Cristea, 07.02.2025, 16:00
El año 2024 seguirá siendo el primer año en la historia de las mediciones en el que las temperaturas medias del planeta superaron el límite de calentamiento global de 1,5 grados centígrados acordado internacionalmente en comparación con la era preindustrial, antes de que el ser humano empezara a quemar combustibles fósiles que emiten CO2 a gran escala.
La confirmación proviene del Servicio de Cambio Climático Copernicus de la UE y debe verse como una llamada de atención porque superar constantemente este umbral durante 10-20 años podría marcar la diferencia entre un planeta que puede estar habitado o no. El año 2024 fue, al mismo tiempo, el año más caluroso de la historia. Mircea Duțu, profesor universitario y presidente de la Universidad Ecológica de Bucarest, nos cuenta:
«Todos los meses de enero a junio de 2024 fueron más cálidos que los anteriores y el 22 de julio de 2024 se alcanzó un nuevo récord de temperatura media diaria, con 17,16 grados centígrados. Como prueba de que el cambio climático es implacable, los últimos diez años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia. El principal impulsor del sobrecalentamiento radica en el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, que a su vez alcanzó las 422 partes por millón el año pasado debido al uso de combustibles fósiles. Así, se ha superado la barrera simbólica de 1,5 grados centígrados prevista en el Acuerdo de París. Con una temperatura media de 15,1 grados centígrados, significa una diferencia de 1,6 grados centígrados en comparación con el período de referencia, los años 1850-1900, con la especificación, sin embargo, de que los datos se corresponden a una tendencia a largo plazo. Para que este promedio sea sólido, hay que observarlo durante un período de al menos 20 años».
Un total de 196 Estados son signatarios del Acuerdo de París, que también estipula que, para 2030, los países deben reducir a la mitad las emisiones de carbono para alcanzar el objetivo de 2050, es decir, el nivel cero.
Por ahora, el calor ha seguido contribuyendo a la intensificación de ciclones, olas de calor y otros fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo. El calor se cobró víctimas durante la peregrinación musulmana a La Meca en junio, pero también en México, Tailandia, India y Grecia. Cuatro millones de personas en África occidental y central necesitaron ayuda humanitaria tras inundaciones históricas que mataron a más de 1500 personas, mientras que Europa, especialmente España, también se enfrentó a inundaciones devastadoras.
Grandes huracanes azotaron la región del mar Caribe y los tifones causaron estragos en Asia, especialmente en Filipinas. La sequía afectó gravemente a zonas amplias de América, provocando incendios masivos incluso en los humedales del Amazonas.
Y en el sur de África, 26 millones de personas corren el riesgo de sufrir hambruna, según el Programa Mundial de Alimentos. La red científica de referencia en la materia afirma que casi todos los grandes desastres naturales de 2024 se han intensificado por las consecuencias de las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el ser humano.
Las temperaturas también se han intensificado por el fenómeno llamado El Niño, un patrón climático que trae temperaturas más altas y luego da paso a su equivalente algo más frío y húmedo, el fenómeno La Niña. Las consecuencias no se han hecho esperar. El año pasado se registraron costos excepcionalmente altos como resultado de desastres naturales agravados por el cambio climático. Estamos hablando de daños por 140 mil millones de dólares. De nuevo, Mircea Duțu:
«La Tierra está experimentando una oleada febril que parece imparable y sorprendente en su consistencia. Después de la extinción de El Niño en junio y en previsión de La Niña en otoño, se esperaba una disminución de las temperaturas. Pero esto no ha ocurrido y no es previsible que vaya a suceder en las condiciones de evolución esperadas. La Niña ha tardado en intervenir y, en cualquier caso, vale la pena señalar que nos encontramos en un territorio desconocido. El planeta no ha registrado una cantidad tan grande de dióxido de carbono en la atmósfera durante millones de años, por lo que durante al menos 2000 años la velocidad del calentamiento climático no ha sido tan rápida. Es sorprendente la oleada febril adicional desde hace dos años. Incluso en un contexto general de calentamiento climático, incluso después del paso de un intenso El Niño, la temperatura sigue siendo anormalmente alta».
A medida que aumenta la temperatura media mundial, superar el umbral de 1,5 grados centígrados en un solo año se convierte en una señal crítica que apunta a un futuro en el que tales valores podrían ser cada vez más frecuentes. ¿Qué podemos esperar en 2025? El profesor universitario Mircea Duțu nos cuenta:
«La respuesta vendrá principalmente del estado del océano planetario. Se espera que 2025 se encuentre entre los 3 años más cálidos, posiblemente más frío que 2023 y 2024. El pasado mes de diciembre ya se observó un descenso de la temperatura en la superficie del mar. En los próximos meses es probable que permanezca en condiciones neutrales, con mínimas anomalías cálidas y frías en el Pacífico ecuatorial».
Más allá de las pérdidas materiales, los investigadores estiman que si no se toman medidas drásticas e inmediatas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el cambio climático podría causar directamente más de 2,3 millones de muertes adicionales relacionadas con el calor en 854 ciudades europeas para finales de siglo.
Versión en español: Mihaela Stoian