Desde Rumanía hacia el mundo: El kilómetro 0 de Bucarest
Durante el período comunista en Rumanía, hubo rumores de que el monumento estaba bajo vigilancia especial, no sólo por sus connotaciones nacionalistas, sino también por su supuesta capacidad para influir en las emociones de la gente o incluso manipular la energía política.
Simona Sarbescu, 04.02.2025, 16:42
El lugar desde el que se miden todas las carreteras de Rumanía está representado por un monumento situado cerca de la Iglesia de San Jorge el Nuevo de Bucarest. Este tipo de monumento es una característica común en muchas capitales europeas, simbolizando el centro o «corazón» de la nación.
Os contamos hoy su historia.
La Plaza de San Jorge, el auténtico «kilómetro cero» de Bucarest, (en rumano Sf. Gheorghe) era un punto de referencia en el antiguo distrito comercial de la capital y el lugar donde los comerciantes ansiaban abrir una tienda. Una fotografía de 1931 muestra el mercado en una forma muy diferente a la de hoy.
El monumento fue creado por el escultor Constantin Baraschi en 1937, quien también contribuyó a las decoraciones del Arco del Triunfo. La escultura fue creada por Baraschi, siendo el proyecto concebido por los arquitectos Horia Creangă y Ștefan Niculescu. El monumento se llamaría «Piedra Militar» y estaría compuesto por una cuenca circular con una rosa de los vientos en la que estaban inscritos los nombres y escudos de las provincias rumanas.
El diseño del monumento es simbólico y algunos le han dado interpretaciones esotéricas. El monumento consta de una pila circular, una rosa de los vientos y una esfera de metal en la que se encuentran los signos del zodíaco. En la plataforma circular están escritas las principales regiones de Rumanía: Transilvania, Banato, Besarabia, Bucovina, Dobrogea, Moldavia, Valaquia (Muntenia) y Oltenia. En los lados de piedra están grabados los nombres de las principales ciudades y la distancia a ellas. Entre las ciudades cuyos nombres están grabados figuran Chisináu, Orhei y Tighina, que actualmente se encuentran en la República de Moldavia, así como Silistra y Bazargic, hoy Dobrich en Bulgaria, ciudades que formaban parte de la Gran Rumanía.
En el centro de esta construcción se situaría una estatua que representaría a San Jorge matando al dragón. El Patriarcado rumano rechazó el proyecto por considerar que violaría el segundo mandamiento: «No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté en el cielo, ni en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra». Incluso el Príncipe Azul fue expulsado del «Kilómetro 0». El escultor Constantin Baraschi propuso entonces colocar una estatua del Príncipe Azul en lugar de la estatua de San Jorge. Esta idea tampoco fue aceptada, pasó el tiempo y comenzó la guerra.
En las tradiciones esotéricas, la idea de un punto central como el Kilómetro Cero tiene un profundo significado místico. Representa el Axis Mundi (eje del mundo, eje cósmico, pilar o centro del mundo) siendo un símbolo mitológico de la conexión entre el cielo y la tierra o entre los reinos superiores e inferiores. Se cree que dicho punto conecta los mundos material y espiritual, sirviendo como eje cósmico o portal secreto entre los diferentes planos de existencia. Los que creen en esta teoría, sostienen que el monumento es más que un marcador geográfico, es una puerta espiritual, un punto de convergencia entre mundos.
Algunas teorías sugieren que el Kilómetro Cero de Bucarest, situado cerca de una iglesia, fue ubicado intencionalmente sobre una línea o punto de alta energía geomagnética, atrayendo las fuerzas naturales de la tierra.
Aunque el Patriarcado de Rumania dio inicialmente su aprobación, más tarde revirtió su decisión y se opuso a la creación del monumento. Como resultado, la estatua de San Jorge fue colocada en el parque Carlos II, el actual Parque Herastrau, y el escultor Baraschi propuso que la estatua del Príncipe Azul matando al dragón se erigiera sobre la esfera de mármol negro. El monumento tampoco fue aceptado en esta forma y antes de que se pudiera tomar ninguna decisión, comenzó la Segunda Guerra Mundial. Después del final de la guerra, comenzó el período comunista y los escudos de armas y los nombres de Besarabia y Bucovina ya no pudieron aparecer en el monumento. En 1952 se desmontó la esfera y se cubrió con tierra la cuenca circular.
Después de 1989, el monumento fue restaurado según la situación descubierta in situ y fue inaugurado el 9 de junio de 1998, en Bucarest. En lugar de la esfera de mármol negro, se creó un globo esquemático de bronce, obra del escultor Ioan Bolborea.
Las obras conocidas del escultor Ioan Bolborea, ubicadas en Bucarest, son el grupo escultórico «Carruaje con marionetas» (2005), inaugurado el 19 de diciembre de 2010, la Fuente del violín roto, instalada en el parque Colțea, pero también los trabajos para la estatua del emperador Trajano, obra de Vasile Gorduz, ubicada en la escalinata del Museo Nacional de Historia de Rumanía.
Algunos nacionalistas esotéricos creen que el Kilómetro Cero representa un lugar simbólico para la reunificación de todos los territorios rumanos, incluidos aquellos perdidos después de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, como partes de Besarabia (ahora en Moldavia y Ucrania). El monumento simboliza la esperanza y el destino, envuelto en un aura de significado oculto, que apunta a un evento futuro, una posible reunificación de Rumanía.
En los círculos esotéricos corren rumores de que aquí se celebran ceremonias o rituales secretos. Aunque no hay evidencia sólida que respalde esto, algunos creen que grupos ocultistas en Rumanía ven el monumento como un poderoso punto de energía, realizando rituales para invocar espíritus de la tierra o del cielo o incluso espíritus de aquellos que han muerto.