La ciudad inacabada de Bucarest
En Rumanía, las ciudades modernas comenzaron a desarrollarse según el modelo europeo después de la década de 1830.
Steliu Lambru, 20.01.2025, 15:19
En Rumanía, las ciudades modernas comenzaron a desarrollarse según el modelo europeo después de la década de 1830. En esa época, algunas disposiciones del Reglamento Orgánico se referían a las medidas de planificación urbana que debían adoptarse para aumentar el nivel de vida de sus habitantes. La ciudad que marcó la pauta de los cambios fue la capital, Bucarest, que experimentó con las ideas que circulaban en diferentes épocas y que repercutió en las ciudades de la provincia. La microhistoria urbana de Bucarest es en gran medida la macrohistoria urbana de Rumanía, con visiones a menudo contradictorias de cómo debería ser la vida de las personas, que combinan inercia y mentalidades conservadoras con ambiciones y transformaciones innovadoras.
De los escritos de quienes visitan Bucarest en diferentes períodos de su existencia moderna, aprendemos que era una ciudad cambiante donde Oriente y Occidente se encontraban. Era una ciudad que miraba a las grandes metrópolis europeas y pretendía estar al día con ellas y con las novedades de los tiempos. En la lista de los que han desempeñado el cargo de alcalde de la capital rumana figuran algunos nombres famosos: el revolucionario Dimitrie C. Brătianu de la generación de 1948, el periodista y político C. A. Rosetti, el escritor Barbu Ștefănescu Delavrancea, el político Vintilă Brătianu. Sin embargo, destacan dos nombres que gestionaron el desarrollo más consistente de la capital: el abogado y político liberal Pache Protopopescu, alcalde entre 1888 y 1891, y el abogado y político campesino Dem I. Dobrescu, alcalde entre 1929 y 1934. Los dos, alcaldes de los reyes Carol I y Carol II, los soberanos cuyos nombres están vinculados a las principales líneas de desarrollo de Bucarest, lograron movilizar recursos para grandes proyectos urbanos como, por ejemplo, las redes de calles, agua corriente, alcantarillado y transporte público, así como la sistematización de los ríos Dâmbovița y Colentina.
A partir de 1945, el régimen comunista también ideó proyectos de desarrollo urbano. Durante este régimen se producen grandes cambios, pero también proyectos que incluso pueden considerarse antiurbanísticos. La ciudad se expande y gana altura, se construye verticalmente más de lo que se había construido anteriormente, y la afluencia de población rural atraída por el desarrollo de la industria aumenta, especialmente desde la década de 1970. Los dos líderes de la Rumanía socialista, Gheorghe Gheorghiu-Dej, de 1945 a 1965, y Nicolae Ceaușescu, de 1965 a 1989, también dejaron decisivamente su huella en la capital rumana.
Ninguna ciudad está nunca acabada, sigue el curso de la vida de quienes la habitan y Bucarest no es una excepción. Cezar Buiumaci es un historiador de la ciudad de Bucarest, museógrafo en el Museo Municipal de Bucarest, preocupado por la planificación urbana y la historia de los monumentos públicos. Es responsable de la última publicación editorial, La ciudad inacabada, sobre las transformaciones profundas de la capital rumana durante los años del régimen socialista entre 1945 y 1989.
«La ciudad inacabada es un proyecto inconcluso en el sentido de que hay tantos aspectos de los componentes de la ciudad, de las transformaciones, que un autor tiene que terminar la investigación en algún momento. Empecé la investigación porque personalmente quería entender qué le pasaba a esta ciudad. Era una mezcla de información insignificante en diferentes libros y artículos, ninguno que tratara real y objetivamente el período comunista, y los recuerdos de las personas que están corrompidas por ciertas influencias, especialmente por el paso del tiempo».
Desde una aglomeración en las afueras del espacio otomano, la capital del principado de Valaquia, como era alrededor del siglo XIX, a lo que es hoy, han sucedido muchas cosas en Bucarest en 225 años. Ha pasado por desastres naturales como terremotos, incendios, epidemias, pero también los causados por la mano del hombre como revoluciones, guerras, ocupaciones militares y sistematización en la década de 1980. Cezar Buiumaci quería saber cómo los rumanos llegaron a tener la capital que tienen hoy y escribió un libro.
«¿Qué le pasó a esta ciudad? ¿Qué pasa con todos estos barrios, con esta ciudad? ¿Cómo es que tenemos los barrios de Militari, Drumul Taberei, Crângași y otros, todos estos que rodean la ciudad vieja? Así es como traté de averiguar qué pasó y puse toda la información aquí para que todos pudieran entender por qué la ciudad está inconclusa y qué pasó a lo largo del tiempo en Bucarest. El historiador Răzvan Theodorescu dijo que Bucarest tuvo tres grandes fundadores: Carol I, Carol II y Ceaușescu. No estoy de acuerdo y digo que el tercer fundador no es Ceaușescu sino Dej. Esta ciudad se ha convertido en el tamaño de un país, está rodeada por varias otras ciudades, todos estos barrios son tanto como una pequeña ciudad, la ciudad dentro de la ciudad, fue construida en la época de Dej. Ceaușescu no es el fundador de esta ciudad, es él quien la destruyó y la deconstruyó de una manera que ya no se puede volver a armar. Además, no hubo coherencia y no se llevó a cabo ningún proyecto hasta el final, ningún proyecto de sistematización, ni siquiera el proyecto de destrucción se llevó a cabo hasta el final. La ciudad está inacabada desde muchos puntos de vista».
La Bucarest de hoy es una ciudad en la que se han producido transformaciones tanto en su casco antiguo como en el interior. Los nombres de barrios antiguos como Cotroceni, Vatra Luminoasă, Dudești, Ferentari, Bucureştii Noi están en el vocabulario actual de los residentes de Bucarest junto con los nombres de barrios de los años del socialismo como Titan, Berceni, Drumul Taberei y los posteriores a 1989 como Brâncuși, Latino, Francés o Cosmopolis.
Versión en español: Mihaela Stoian