La miscelánea: Chocolate Saga 2024, el mayor festival de chocolate de Rumanía
Hoy tenemos una cita muy dulce, vamos a hablar de una de las grandes pasiones del mundo: el chocolate. Y, específicamente, del festival Chocolate Saga de la capital y del vínculo que tiene este alimento con Rumanía, un país cuyo amor por el cacao ha dado lugar a algunas de las marcas y dulces más emblemáticos de Europa del Este.
Brigitta Pana, 18.11.2024, 15:00
Desde sus orígenes hasta las deliciosas creaciones modernas, los rumanos han adoptado el chocolate en su propia tradición culinaria de formas únicas y sorprendentes. Para entender cómo el chocolate llegó a Rumanía, tenemos que retroceder en el tiempo. El cacao, originario de América, comenzó a llegar a Europa en el siglo XVI, pero no fue hasta el siglo XIX cuando empezó a ganar popularidad en los países del este de Europa. Sin embargo, en Rumanía, el acceso al cacao estuvo inicialmente limitado debido a las restricciones económicas y políticas de la época. A lo largo del siglo XX, Rumanía experimentó una serie de cambios que transformaron su industria alimentaria. En los años 50 y 60, con el establecimiento del régimen comunista, el chocolate comenzó a producirse a nivel industrial, y fue entonces cuando las primeras marcas locales comenzaron a consolidarse.
Hoy en día, el mercado del chocolate en Rumanía está viendo una evolución interesante. Nuevas marcas y productores artesanales están apostando por chocolates de alta calidad, orgánicos o con ingredientes innovadores. Además, el interés por el cacao fino y la producción local de chocolate está creciendo, lo que ha llevado a muchos chocolateros rumanos a experimentar con sabores y técnicas que colocan a Rumanía en el mapa del chocolate gourmet. Esto está creando una combinación perfecta entre la tradición y la innovación, lo que augura un futuro prometedor para el chocolate rumano.
Cabe precisar que el consumo de chocolate artesanal en Rumanía se ha duplicado en los dos últimos años, ya que los rumanos se han vuelto más selectivos y están dispuestos a gastar más por un chocolate mejor que el del estante, afirma Adina Istrate, organizadora del festival Chocolate Saga, que se celebra en el periodo 22-24 de noviembre de 2024 en la Sala Polivalenta de Bucarest. Los participantes tendrán la oportunidad de participar en demostraciones y degustaciones en directo en las que aprenderán más sobre el arte de hacer chocolate. Chocolate Saga es el mayor festival de chocolate de Rumanía, un lugar ideal para degustar el mejor chocolate que pueda desear. Hay una gran variedad de chocolateros artesanos, marcas famosas y tiendas de especialidades locales. Se puede probar de todo, desde chocolate negro a chocolate blanco, chocolate con leche, chocolate con todo tipo de rellenos y coberturas. Además de chocolate, habrá helados, dulces, café, té y bebidas que maridan a la perfección con el chocolate. Chocolate Saga también ofrece una gran variedad de talleres y demostraciones en directo. Podrán aprender a hacer sus propias trufas de chocolate, verter sus propias tabletas y decorarlas, construir figuritas. Chocolate Saga es un evento familiar, por lo que hay muchas actividades para que disfruten los niños. Hay una zona de talleres infantiles, pintura con chocolate e incluso una fuente de chocolate. Chocolate Saga es una visita obligatoria para cualquier amante del chocolate. Es una celebración del alimento que ha alegrado la vida de todos durante tanto tiempo, indica la página web del festival. El precio de un billete es de 15 ron, o sea 3 euros. Pueden adquirirse en el recinto, con tarjeta o en efectivo. Los niños de hasta 10 años acompañados de adultos y las personas discapacitadas tienen acceso gratuito.
En Rumanía, el consumo medio de chocolate per cápita fue de 3,5 kg en 2021, muy por debajo del líder mundial, Suiza, con 9,7 kg, pero más de 3 veces superior a la media mundial, de sólo 0,9 kg. A la pregunta de quién compra todo este chocolate, la respuesta sencilla es todo el mundo. Pero los millennials (de 30 a 45 años) y los de la Generación X (de 45 a 65 años) representan el 71% de la demanda. Las mujeres consumen algo más de chocolate que los hombres (53% frente a 47%), pero la proporción se inclina a favor de las mujeres en el caso del chocolate fino. La mayoría de los consumidores también compran este tipo de productos en el supermercado. En el caso del chocolate premium, la demanda es elástica, lo que refleja el componente de lujo. Los meses de marzo y febrero son los más importantes en términos de ventas, ya que representan numerosas ocasiones de consumo, como el 1 de marzo, el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), San Valentín (14 de febrero) o Dragobete (24 de febrero).
Rumanía no es un productor de cacao, por lo que depende completamente de las importaciones de este grano, que proviene principalmente de países tropicales como Ghana, Costa de Marfil y Brasil. Esta dependencia puede ser un reto debido a las fluctuaciones de los precios internacionales del cacao, que están sujetos a condiciones climáticas, cambios en la demanda global, y cuestiones económicas. Los altos precios del cacao pueden impactar directamente en los márgenes de ganancia de las empresas chocolateras rumanas. Los principales retos a los que se enfrenta la industria chocolatera rumana son, en gran medida, los mismos a los que se enfrenta el resto del mundo. La subida exponencial de los precios del cacao en grano que comenzó en enero de 2024 tiene muchas causas. Por un lado, el cambio climático, como el fenómeno de El Niño, tiene como efecto secundario enfermedades específicas de los árboles del cacao que disminuyen la producción. Por otro, los problemas en las cadenas de suministro y la falta sistémica de inversión en infraestructuras en los países de África Occidental presionan a los productores y minoristas de chocolate de todo el mundo.
Aunque el comercio minorista de chocolate es un sector antiguo y bien establecido en Rumanía, los datos presentados muestran que la industria del chocolate sigue ofreciendo oportunidades, tanto en términos de nuevos competidores como de innovación. Estas oportunidades se basan en el creciente poder adquisitivo de los rumanos y en el cambio de preferencias que conlleva un mayor nivel de vida.
En Rumanía, regalar chocolate no es solo un gesto gastronómico, sino también emocional. El chocolate se asocia a momentos de compartir, de mimar a los seres queridos y de transmitir afecto, algo que se ve reflejado en el simple acto de ofrecer un bombón o una barra de chocolate como presente en una ocasión especial. Así que ya lo saben, el chocolate en Rumanía es mucho más que un simple dulce, es una tradición, un símbolo de hospitalidad y generosidad, y una parte integral de la cultura gastronómica del país. Desde sus raíces históricas hasta las modernas creaciones, el cacao sigue endulzando la vida de los rumanos y del mundo entero.