Continúa el envejecimiento de la población
Los rumanos son cada vez menos y más viejos. Una nota de Bogdan Matei.
Bogdan Matei, 29.10.2024, 12:43
La población de Rumanía era de 21.779.000 habitantes a mediados de este año, un 1% menos que el 1 de junio de 2023. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el fenómeno del envejecimiento demográfico se ha acelerado, de modo que las personas mayores de 65 años superan en casi un millón al segmento de población joven de hasta 14 años. La población femenina supera en medio millón a la masculina y la edad media a escala nacional se acerca a los 43 años. Esta sería la situación actual. Pero la dinámica, advierten los expertos, no deja de ser preocupante. Desde el censo de 2011 y hasta el más reciente de 2021, Rumanía ha perdido alrededor de un millón de habitantes, declaró hace medio año el presidente del Instituto Nacional de Estadística, Tudorel Andrei, en un debate organizado por los medios de comunicación de Bucarest. Señala el envejecimiento acentuado de la población en los últimos 30 años (en unos 7,7 años de media, pero mucho más en el caso de las mujeres) y el hecho de que en los próximos años Rumanía muy probablemente cambiará de posición con los Países Bajos y descenderá del sexto al séptimo lugar en la Unión Europea en cuanto a número de habitantes.
El economista Ionuț Dumitru, antiguo jefe del Consejo Fiscal, advierte que «lo peor es que este descenso tan acusado en los próximos años se producirá en la población activa. Es un impacto muy fuerte el de la jubilación de los “decreței” (los niños nacidos entre 1968 y 1990, cuando el régimen comunista prohibió los abortos y desalentó el uso de métodos anticonceptivos – nota de la redacción) y vemos que durante ese período se proyectan descensos consistentes de la población activa. »
Los expertos también afirman que el grupo demográfico de rumanos de 65 años o más es uno de los que más rápidamente crece en Europa, una tendencia que se espera que continúe.
Las consecuencias del envejecimiento de la población activa se hacen evidentes cuando una reserva de mano de obra más reducida tiene que sostener a una comunidad de jubilados más numerosa. Este cambio tiene fuertes implicaciones en todos los sectores, desde la economía a la sanidad, creando un efecto dominó que afecta a todos los rincones de la sociedad rumana. Además, la tasa de natalidad en Rumanía lleva décadas descendiendo, por debajo del nivel de reemplazo necesario para mantener una población estable. En los últimos 35 años, casi se ha reducido a la mitad: de unos 60 nacidos vivos por cada mil mujeres en edad fértil a 35.
Muchos jóvenes abandonan el país en busca de mejores oportunidades económicas y este éxodo agrava los desequilibrios demográficos. Por último, los comentaristas culpan a la ineficacia del factor político: a pesar de sus declaradas buenas intenciones, ninguno de los Gobiernos de Rumanía, independientemente de su signo ideológico, ha logrado crear programas capaces de convencer al creciente número de rumanos en la diáspora para que se repatríen en masa.