Rumanía, 35 años después de la autorización de anticonceptivos de venta libre
Mientras Rumanía sigue siendo el país de la UE con más madres menores de edad y la educación sexual no consigue adquirir el estatus de asignatura obligatoria en las escuelas, para muchos adolescentes rumanos la pornografía sigue siendo la fuente principal de información sobre la sexualidad.
Iulia Hau, 13.11.2024, 13:01
La sociedad rumana tiene un pasado turbulento en materia de salud reproductiva que se remonta a 1966, cuando se aprobó el decreto destinado a acelerar el crecimiento demográfico. Por eso, para las generaciones anteriores, durante la época comunista, el acceso a los métodos anticonceptivos estaba al límite de la legalidad y la interrupción del embarazo se consideraba un delito. ¿Cómo están las cosas hoy día? Andrada Cilibiu, activista feminista del Centro Filia y experta en derechos sexuales y reproductivos, explica:
«Dado que no hay acceso gratuito a los anticonceptivos de venta libre, especialmente para las mujeres más vulnerables, ni información ni educación sexual integral en las escuelas, la tasa de utilización de anticonceptivos es baja. Esto es preocupante, sobre todo porque se registra un aumento de las infecciones de transmisión sexual y por los casos de embarazo adolescente. Queremos que todas las mujeres tengan acceso gratuito a los anticonceptivos, a la información, a la educación sexual y a los servicios de abortos seguros. Lamentablemente, en los últimos 10 años hemos asistido a un retroceso en este sentido».
Andrada Cilibiu describe cómo, en la década del 2000, se creó en Rumanía una red de planificación familiar que ofrecía acceso a conversaciones individuales con médicos especializados sobre métodos anticonceptivos, miedos y bloqueos emocionales en torno al sexo, el embarazo y otros aspectos de la salud reproductiva. Además, la red ofrecía anticonceptivos gratuitos y el debate sobre la educación sexual se desarrollaba en términos más positivos. Andrada Cilibiu considera que la situación actual se debe a que estos médicos se jubilaron sin haber formado a otros especialistas y sin que la red recibiera más recursos. Además, la década del 2000 estuvo marcada por los enormes avances en la preparación para la entrada en la Unión Europea, que exigía el cumplimiento de determinadas normas. A la pregunta de dónde podemos aprender buenas prácticas, Andrada Cilibiu responde:
«Los modelos de educación integral en la sexualidad que encontramos en los países nórdicos, en el Reino Unido y en los Países Bajos son diferentes. En algunos de estos países, la educación sexual se imparte desde los primeros años de vida con información que los niños entienden, especialmente sobre el consentimiento y la autonomía corporal. Luego, a medida que crecen, se les proporciona información sobre relaciones afectivas y sexuales sanas. Hay ejemplos de buenas prácticas sobre el aborto, procedentes de los Países Bajos y de Francia, que acaba de incluir el derecho al aborto en la Constitución. También tenemos el caso de España que cuenta con un programa muy bueno de distribución de anticonceptivos. En realidad, la mayoría de los países de la UE tienen programas nacionales de anticoncepción y ofrecen anticonceptivos gratuitos, especialmente a adolescentes, jóvenes y grupos vulnerables. Rumanía, sin embargo, está en este grupo minoritario de países que no ofrecen ningún tipo de anticonceptivos gratis».
En primavera de este año, el Centro Filia presentó el estudio «Cuidar la democracia. Los intereses políticos de las mujeres en 2024», en el que se dedica un capítulo al uso de métodos anticonceptivos por parte de las mujeres rumanas en la actualidad. Según este, el 37 % de las encuestadas declaró haber utilizado métodos anticonceptivos en los últimos 10 años, el 62 % dijo no haberlos utilizado y el 1 % se negó a dar una respuesta. Del grupo de mujeres que habían utilizado un método anticonceptivo, el 63 % utilizaba preservativos, el 55 % píldoras anticonceptivas, el 42 % el método del coito interrumpido, el 38 % el método del calendario, el 24 % la píldora del día después (considerada más bien una solución de emergencia) y porcentajes mucho menores utilizaban métodos más invasivos como la espiral, la ligadura de trompas o el implante anticonceptivo.
En toda Europa, la Organización Mundial de la Salud ha dado la voz de alarma por el preocupante descenso del uso del preservativo entre los adolescentes. El estudio de la OMS se realizó entre 2014 y 2022, incluyó a más de 240 000 adolescentes de 42 países europeos y mostró que el uso del preservativo entre los chicos de 15 años descendió un 9 % entre 2014 y 2022 (del 70 % al 61 %). En el caso de las chicas, el porcentaje cayó del 63 % al 57 % en el mismo periodo de tiempo. El mismo estudio también señaló que el 30 % de las chicas sexualmente activas y el 22 % de los chicos sexualmente activos en Rumanía no utilizaron preservativo ni ningún otro método anticonceptivo en su última relación sexual.
Andrada Cilibiu argumenta:
«Lamentablemente, muchos jóvenes utilizan la pornografía como sistema de referencia para mantener relaciones sexuales seguras. Hay mucha confusión entre ellos y acaban creyendo muchos mitos y estereotipos; además, tienen muchas ansiedades sobre su propia imagen corporal, las relaciones románticas o afectivas en las que se meten, las relaciones sexuales, etcétera. Eso porque no hay una autoridad en la familia o en la escuela que les proporcione información validada científicamente sobre la educación sexual. Desgraciadamente dejamos a nuestros jóvenes en la estacada y acaban teniendo relaciones sexuales o entablando relaciones en las que no reconocen la violencia o que lo que les está pasando no está bien. En este sentido, necesitamos una educación sexual integral para todos, sin consentimiento paterno, y servicios de salud sexual adaptados a los jóvenes».
A nivel regional, otro estudio publicado en 2022 por la revista médica británica «The Lancet» mostró que la media de elección del preservativo como método anticonceptivo en Europa del Este (por parte de quienes deciden utilizarlo) es del 37,8 %, pero que en Rumanía el porcentaje no llega al 31 %. El método del calendario es utilizado por el 19,9 % de los rumanos que eligen un método anticonceptivo, frente al 5,9 % en Europa del Este. El coito interrumpido es preferido por el 12,8 % de los rumanos y el 10 % de los encuestados en la región.
Versión en español: Victoria Sepciu