La historia del vino en Rumanía
Las rutas y las visitas a las bodegas rumanas se centran en un único objetivo: conocer las regiones dedicadas a la producción y la cata de vinos.
Daniel Onea, 19.09.2024, 13:23
Los turistas pueden participar en catas, realizar visitas guiadas a bodegas y viñedos, alojarse en regiones vinícolas y también disfrutar de experiencias culinarias extraordinarias. Cualquier temporada del año tiene su encanto, pero las más concurridas son entre mayo y octubre. Es entonces cuando las temperaturas exteriores permiten a los veraneantes disfrutar de otras experiencias además del vino.
Alexandra Gălbează, fundadora de la Asociación Rumana de Enoturismo, nos cuenta que esta forma de turismo ha experimentado una tendencia al alza en los últimos años. Además, la oferta se ha diversificado.
«Por supuesto, en sentido estricto, enoturismo significa una visita a la bodega, pero en los últimos años, sobre todo después de la pandemia, el enoturismo ha empezado a adquirir otras connotaciones. Ya no significa solo una visita a la bodega, sino también la oportunidad de disfrutar de una experiencia diferente junto a la cata de vinos. Estamos hablando de organizar conciertos musicales en el viñedo, picnics, veladas musicales, obras de teatro, conciertos, fiestas temáticas con hogueras, actividades que se prolongan hasta tarde, sobre todo si hablamos de bodegas que también tienen capacidad de alojamiento. Así, los turistas pueden pernoctar en la bodega tras su visita».
Junto con Alexandra Gălbează, fundadora de la Asociación Rumana de Enoturismo, empezamos nuestro viaje en el viñedo Dealu Mare, muy cerca de Bucarest.
«Empezamos con esta región porque está muy cerca de Bucarest, donde hay muchísima gente. Los que quieren escapar de la capital tienen la oportunidad, a un tiro de piedra, de ir a disfrutar de una experiencia de enoturismo. También se considera la región con el mayor número de bodegas. Es una zona muy compacta, con las bodegas muy cerca. Así que las actividades de enoturismo pueden ser diversas y numerosas. Hablamos de bodegas de reciente construcción, pero también de bodegas con una rica historia. Hablamos de la bodega conocida por producir vino espumoso y proveedora de la casa real. Aquí también tenemos alojamiento. Podemos empezar con una visita a la bodega, con una cata de vinos espumosos y, también en esta zona, hay otra bodega, con una rica historia, que era una propiedad real, perteneciente al príncipe Nicolae de Rumanía y su esposa. Esta bodega ha desarrollado muchos paquetes de enoturismo. Tenemos alojamiento, se pueden organizar fiestas temáticas con maridaje de vino y comida, también hay un chef personalizado que puede ofrecer una experiencia personalizada. Son iniciativas que han tomado las propias bodegas, pero también iniciativas que han puesto en marcha las bodegas de esta región uniendo fuerzas».
A continuación, nos dirigimos al este de Rumanía, hacia Moldavia, y nos detenemos en la zona de Vrancea. Aquí encontramos una bodega con una larga tradición vinícola, pero modernizada en los últimos años, en un paisaje de ensueño. Esta bodega también ofrece alojamiento, y quienes deseen pasar más tiempo aquí pueden beneficiarse de múltiples experiencias.
«Además de disfrutar de catas y vinos locales, pueden quedarse un par de días, recorrer el viñedo en bicicleta, se pueden organizar picnics, los aficionados al deporte pueden incluso quedarse a pasar la noche para jugar un partido de tenis. Si hay buen tiempo, también tenemos piscina. Luego, viajando más hacia Moldavia, encontramos una bodega con una rica historia en la zona de Iași. Es la bodega que produce vinos solo de variedades locales: Frâncușă, Grasă de Cotnari. Así que el enoturismo no es apenas cata. No soy solo yo, son también las iniciativas a nivel europeo que están poniendo en marcha la Ruta del Vino, Iter Vitis, la ruta cultural del vino. Esto significa combinar el vino con la historia cultural del lugar. En la zona de Moldavia, hablamos de vinos locales, pero también está cerca la civilización de Cucuteni. Los turistas pueden visitarla, aprender sobre la historia del lugar, sobre la civilización de Cucuteni, conocida por ser la más antigua en Europa».
El programa de visitas a la bodega debe organizarse con antelación. Este tipo de turismo puede realizarse durante todo el año. Por ejemplo, si queremos disfrutar del paisaje natural, del viñedo, la mejor época sería otoño o primavera, cuando podemos disfrutar del olor, de la fragancia, del paisaje verde. También podemos ir en la estación fría, pero la visita a la bodega se limitará a la experiencia en el interior, como nos comentó Alexandra Gălbează, fundadora de la Asociación Rumana de Enoturismo.
«Quienes deseen ir a la bodega y disfrutar de la experiencia deben llamar y concertar una cita con antelación para asegurarse de que hay alguien en la bodega para darles la bienvenida. Además, una vez en la bodega, se comienza con la visita, con la historia del lugar. Se explica cómo se elaboran los vinos, cómo se produce el vino, desde el viñedo hasta el producto final. También se va a la zona de embotellado para ver el proceso y, por último, pero no por ello menos importante, se realiza la esperada visita a la zona de barricas. La cata suele tener lugar en la zona de barricas o en la sala de cata. Depende de cada bodega, pero también depende mucho de la experiencia que el turista quiera tener».
Alexandra Gălbează, fundadora de la Asociación Rumana de Enoturismo, organiza el Foro de Enoturismo y anuncia otros proyectos interesantes.
«El próximo evento que estamos preparando tendrá lugar en la primavera de 2025. Se trata de un evento dedicado exclusivamente a este tipo de turismo, en el que queremos invitar a representantes de bodegas, agencias de viajes, pero también guías de viajes, para que podamos reflexionar juntos sobre lo que está ocurriendo y lo que hay que desarrollar en este segmento en Rumanía. Al mismo tiempo, también queremos realizar una ruta del vino a nivel nacional, por supuesto, que se aplique a las principales regiones del país, para que luego podamos integrar esta ruta en la ruta cultural europea».
Muchos turistas buscan autenticidad, una vida tranquila y local, y se alegran al descubrir que Rumanía aún conserva tradiciones y gastronomía locales. Les entusiasman los vinos rumanos, especialmente los de la tierra. Todo ello, complementado con la oferta de alojamiento de alto nivel, hace de la visita a las bodegas una experiencia inolvidable.
Versión en español: Monica Tarău