Los camellos en el espacio rumano
La historia de la humanidad, de las comunidades y de los individuos también se puede conocer a través de los animales.
Monica Tarău y Steliu Lambru, 08.04.2024, 18:01
La historia de la humanidad, de las comunidades y de los individuos también se puede conocer a través de los animales. Los arqueólogos que desentierran los objetos más sorprendentes para nosotros hoy en día, vuelven a sacar a la luz los restos de animales domésticos.
La arqueozoología es la disciplina que estudia las relaciones del ser humano histórico con el mundo animal, es decir, la domesticación, la nutrición humana, la economía animal, los ritos funerarios, etc. La arqueozoología difiere de la paleontología, que estudia la evolución de los animales y los humanos sin preocuparse por sus posibles relaciones, y también de la paleozoología, que estudia los animales extintos. Gracias a la arqueozoología sabemos que el camello, mamífero típico de las zonas tropicales y desérticas de África, Asia y Australia, ocupa un lugar en la historia de Rumanía.
Mamífero herbívoro rumiante de gran tamaño, el camello también está presente en el espacio rumano a través de sus tres variantes: el dromedario o camello con una joroba, el camello bactriano o el camello con dos jorobas, y los híbridos entre ambos que tienen una joroba grande y una joroba pequeña. Llamado el barco del desierto, el camello se utilizaba para el transporte porque podía recorrer largas distancias con pequeñas reservas de agua y alimentos en el cuerpo. Domesticado hace unos 5000 años, el camello provee carne, leche y lana y, en caso de escasez de alimentos, se puede comer.
Adrian Bălășescu es doctor en biología, historia y zooarqueólogo en el Instituto de Arqueología Vasile Pârvan de la Academia Rumana. Investiga restos de camellos encontrados en yacimientos arqueológicos de Rumanía y presenta una cronología de los hallazgos. El camello más antiguo de Rumanía data de los siglos II-IV y fue descubierto en la región de Dobrogea, en la fortaleza de Ibida, en el distrito de Tulcea.
«Hace 60 años, se publicaron los primeros restos de camellos que se descubrieron en Dinogeția, en Garvăn, en el distrito de Tulcea. Hubo una investigación arqueológica sistemática en un nivel bizantino del siglo IX-XII. Se descubrió una falange 1 de camelus bactrianus, un camello con dos jorobas. Después de más de 40 años, en 2007, se menciona otro resto descubierto en Noviodunum, la actual Isaccea, también en el distrito de Tulcea, a orillas del Danubio. Estos restos se descubrieron en un nivel del siglo XI».
Los camellos de Agighiol, Dobrogea, forman parte de un importante material faunístico descubierto en 2007. Se trata de seis camellos adultos identificados por sus mandíbulas, cuyos huesos no muestran rastros de intervención humana ni rastros de dientes de carnívoro. Esto indica que fueron enterrados rápidamente, un hecho explicado por Adrian Bălășescu:
«Tal vez nos preguntemos cómo llegaron los huesos de estos animales al suelo. No tenemos mucha información sobre el terreno y es difícil responder. Tengo la teoría de que la falta de rastros de corte, troceado, desarticulación y descarnado podría indicar que estos animales murieron en poco tiempo a causa de una enfermedad y fueron enterrados rápidamente para evitar la propagación de enfermedades. En apoyo de esta teoría vienen estudios recientes de paleogenética y microbiología que acreditan la idea de que estos animales, concretamente los camellos, son vectores de propagación de la peste. Las grandes epidemias vinieron de Asia, y además de ratones y ratas como portadores del patógeno de las pulgas, parece que los camellos también jugaron un papel muy importante. Esta bacteria que causa la peste también la he encontrado en el sarro dental de camellos que he estudiado».
Otros rastros de camellos en el espacio rumano se encontraron en Timișoara, una fortaleza conquistada por los turcos en 1552 y gobernada por ellos hasta 1716. Aquí tenemos dos mandíbulas encontradas en excavaciones en el centro de la ciudad. Pero los camellos existían en Europa Central y Oriental mucho antes de la llegada de los otomanos. Adrian Bălășescu:
«En el centro y sureste de Europa, se han encontrado camellos desde la época romana. Su presencia puede deberse principalmente a la expansión del Imperio Romano y al despliegue de unidades militares procedentes de provincias de Oriente Próximo o África, donde era habitual encontrar esta especie. Así, se encontraron evidencias osteológicas en Alemania, Suiza, Austria, Hungría, Serbia y Bulgaria. A principios de la Edad Media tenemos los hallazgos de Dinogeția y Noviodunum, siglos IX-XII, cuando estos animales están presentes en la zona debido a la influencia romano-bizantina».
La presencia otomana en Europa central entre la segunda mitad del siglo XVI y principios del XVIII también significó la presencia de los camellos. Adrian Bălășescu:
«Con la entrada de los turcos en Europa asistimos a un nuevo retorno de la especie que está relativamente bien documentada en Hungría durante los siglos XV a XVII. La presencia de estos animales en territorio rumano se debe principalmente al hecho de que fueron utilizados como animales de transporte con fines militares y civiles. Probablemente, en condiciones de escasez de alimentos, también se utilizaron para la alimentación. En los siglos XVI y XVII, en la región de Banato que estaba bajo ocupación turca, había posadas donde se servía carne de camello como alimento. La presencia de estos animales en Rumanía está atestiguada hasta al menos el siglo XX. Hay un archivo fotográfico de un regimiento de artillería de la Primera Guerra Mundial en Dobrogea donde vemos que los cañones eran trasladados por camellos».
Animal típico de las regiones cálidas, el camello tiene una antigua historia transcontinental. Y el espacio rumano forma parte de esta historia universal.
Versión en español: Mihaela Stoian