Consumo de drogas en Rumanía, ¿hacia dónde?
El presidente rumano, Klaus Iohannis, convocó el 12 de octubre el Consejo Supremo de Defensa Nacional (CSAT).
Roxana Vasile, 18.10.2023, 12:51
El presidente rumano, Klaus Iohannis, convocó el 12 de octubre el Consejo Supremo de Defensa Nacional (CSAT). En el orden del día figuraba la cuestión del consumo de drogas entre los jóvenes y los escolares, tratado por primera vez como un riesgo importante para la seguridad individual y nacional. ¿Qué decidió el CSAT? Crear un grupo de trabajo interinstitucional –integrado por secretarios de Estado, representantes del Servicio Rumano de Informaciones, fiscales y especialistas– para prevenir y combatir los riesgos que plantean el tráfico y el consumo de sustancias prohibidas mediante la elaboración de un plan de acción con objetivos, medidas y responsabilidades.
Apenas un mes antes, en la inauguración del nuevo curso escolar, el presidente Iohannis declaró:
«Es un problema que preocupa cada vez más a nuestra sociedad y me alegro de que exista un interés creciente por tratar de encontrar soluciones para combatir esta lacra. Al mismo tiempo, quiero subrayar la importancia de un comportamiento preventivo y responsable. Es crucial que las jóvenes generaciones comprendan desde una edad temprana los peligros y las dramáticas consecuencias del consumo de drogas, alcohol y tabaco».
Si Vlad Pascu, con solo 19 años, hubiera comprendido a tiempo que las drogas pueden arruinar la vida, quizá la tragedia veraniega que provocó en la orilla del mar no habría ocurrido. Dos estudiantes murieron y tres resultaron heridos por el coche que conducía bajo los efectos de varias sustancias prohibidas, y el suceso generó mucha emoción entre los rumanos. Y esto es solo una gota en el océano de noticias aparecidas últimamente sobre la extensión del consumo de drogas en Rumanía.
Por ello se habla de elaborar una ley que regule los controles de drogas a los alumnos en las escuelas. También se prevé modificar el código de circulación o elaborar un registro de personas que cometan delitos de tráfico de drogas. Además de aumentar las penas de cárcel por incitación al consumo de drogas, el ministerio del Interior propone confiscar los coches en los que se encuentren drogas o que se utilicen para traficar. Se ha aumentado el número máximo de puestos de fiscal antidroga de la DIICOT. Por último, un proyecto de ley presentado en la Cámara de Diputados propone que las penas por tráfico de drogas se castiguen únicamente con el cumplimiento de la pena. ¿Por qué? Lo explica la ministra de Justicia, Alina Gorghiu:
«Hasta ahora, la ley preveía una multa, una pena de prisión firme o una condena condicional. Sin embargo, sin esconder ni barrer el asunto debajo de la alfombra, debemos entender que este cambio es absolutamente necesario, dado el aumento del número de casos a tratar por delitos en materia de tráfico ilícito de drogas en el 2023. Por poner un ejemplo, este año, a finales de septiembre, había 22 000 casos registrados en materia de drogas, frente a los 18 000 del mismo periodo del año pasado. Es difícil determinar cuántos se refieren a los traficantes y cuántos al consumo, porque es un tema complejo. Pero creo que es muy importante comprender que el tráfico de drogas también implica consumo. Cuanto mayor sea el tráfico de drogas, mayor será el consumo. Por lo tanto, para reducir el consumo, hay que encontrar palancas para reducir el tráfico de drogas, ya sea de riesgo o de alto riesgo. ¿Qué dice la propuesta legislativa? Que los rigores de esta ley los tienen que soportar los traficantes, en el sentido de que ya no tendremos penas suspendidas para los narcotraficantes de alto riesgo. Permanecerán en prisión si son condenados por ese tráfico de drogas».
Vlad Zaha, experto en criminología, cree que el esfuerzo de los representantes del Estado se centra más bien en detectar y castigar a millones de consumidores. Entonces, ¿las propuestas para reforzar el marco jurídico están diseñadas para llegar al núcleo del problema? La respuesta de Vlad Zaha es «no»:
«Creo que Rumanía no necesita necesariamente más fiscales o leyes más duras, porque tenemos algunas de las leyes más duras de la Unión Europea, sino que tenemos un enorme problema de eficiencia de los recursos que ya tenemos. El 80 % del trabajo de un policía, de un fiscal se centra de alguna manera en el consumo y no en el tráfico. Ese es el problema. Es bueno que las cosas se muevan cuando hay un poco de presión pública, y vemos estas semanas que se están descubriendo todo tipo de invernaderos de cannabis, se están descubriendo cantidades más importantes, pero esto es estrictamente, creo, por la presión pública, porque en los últimos dos años no ha habido tanta presión pública y no se ha descubierto nada, para entender exactamente lo que queremos decir. Se estima que el tamaño del mercado de la droga en Rumanía es de más de 250 millones de euros al año».
El problema de las drogas no desaparecerá en dos meses, cinco meses, un año o diez: las autoridades son conscientes de ello. Como la lucha es larga y encarnizada, es muy importante que la cuestión de las sustancias prohibidas siga ocupando un lugar destacado en la agenda pública. Tanto más cuanto que, según las estadísticas oficiales, 1 de cada 10 rumanos ha consumido drogas al menos una vez. En el caso de los jóvenes, la proporción es de casi 2 de cada 10. Y la edad del primer consumidor oscila entre los 10 y los 14 años.
Versión en español: Antonio Madrid