Los otomanos y los rumanos
Uno de los actores más importantes que influyeron en la historia de los rumanos de la zona extracarpática fue el Imperio Otomano.
Steliu Lambru, 19.02.2024, 13:50
Uno de los actores más importantes que influyeron en la historia de los rumanos de la zona extracarpática fue el Imperio Otomano. Está considerado uno de los grandes imperios de la historia y dominó, durante más de medio milenio, el mundo en tres continentes, Europa, Asia y África. Los otomanos y los rumanos se encontraron, se enfrentaron y coexistieron estrechamente desde la segunda mitad del siglo XV hasta el último cuarto del siglo XIX.
En su historia de proximidad al mundo otomano, los principados rumanos gozaron de autonomía en comparación con otros estados balcánicos que fueron conquistados y convertidos en pashalacs (regiones bajo el control de dinastías nativas tributarias del sultán). El historiador británico Marc David Baer, autor de un exitoso libro sobre la historia del Imperio Otomano, señaló este estatus especial:
«Una cosa interesante sobre estas tres provincias otomanas, Transilvania, Valaquia y Moldavia, que hoy constituyen Rumanía, es que fueron conquistadas en momentos diferentes. Y lo que es más importante, fueron tratadas de forma diferente a como el Imperio Otomano trató a sus otras provincias clave. Por eso, si comparamos lo que es hoy Rumanía con Grecia, Bulgaria, Serbia, etc., es muy diferente. Los rumanos resistieron mejor, y eso significó que los otomanos no los subyugaron por completo, sino que consiguieron un estatus autónomo bastante significativo, que es bastante similar al del Kurdistán en el sureste. Permitieron a los kurdos una gran autonomía siempre que suministraran tropas y defendieran al imperio de enemigos externos».
Como parte del mundo otomano, hubo, según Baer, tanto ganancias como pérdidas para los rumanos:
«Cuando Mehmet II conquistó Valaquia hacia 1460, conectó esta parte del mundo con el mundo del comercio y el mundo del flujo de ideas. El Imperio Otomano se convirtió entonces en uno de los más grandes, poderosos y ricos del mundo. Formar parte del mundo otomano aportó muchos beneficios a sus súbditos. Desde el punto de vista de los conquistados había muchos inconvenientes. Por ejemplo, los otomanos cobraban tributo en los niños, en los varones. Uno de cada 40 niños cristianos de las provincias otomanas o de los territorios recién conquistados era llevado a la capital, obligado a ser circuncidado y convertido al islam y preparado para convertirse en jenízaro de su cuerpo militar de élite o en miembro de la administración, posiblemente un ministro».
Los historiadores del Imperio Otomano han escrito a menudo sobre la tolerancia que los otomanos tenían hacia la diversidad que dominaban. Marc David Baer cree que estas afirmaciones deben matizarse:
«En primer lugar, tenemos que definir lo que entendemos por tolerancia y permisividad. La historia europea de la que hablamos nos dice que la tolerancia comienza con la Guerra de los 30 Años, es decir, en 1648. Pero si pensamos en la tolerancia solo como algo traído a Europa por las normas, entonces podemos remontarnos más atrás en la historia europea, hasta el siglo VIII. Podemos referirnos a los árabes que conquistaron España. En la España musulmana tenemos tolerancia religiosa, tenemos cristianos, judíos y musulmanes por igual viviendo en reinos musulmanes. Los otomanos introdujeron la tolerancia religiosa en Europa, adonde llegaron en el siglo XIV. Pero tolerancia no es lo mismo que coexistencia. No es lo mismo que decir tu religión es igual a la mía, somos iguales, respetémonos. En la época premoderna, tolerancia significaba jerarquía. Había un grupo, en el caso otomano eran los musulmanes, luego eran los hombres y las personas libres que tenían más derechos que los demás que eran cristianos, judíos, mujeres, esclavos».
En el siglo XIX, las naciones balcánicas derrocaron el modelo otomano, obtuvieron su independencia y adoptaron el modelo europeo de Estado y sociedad modernos. Marc David Baer:
«El Imperio Otomano fue un imperio que duró 600 años. Los propios otomanos eran una nueva clase de cristianos conversos, hombres y mujeres. Eran una minoría en su propio imperio. Crearon la lengua otomana que era una lengua inteligible solo para esta élite otomana, no para todos los demás. La mayoría de los súbditos otomanos en los primeros cuatro siglos del imperio eran cristianos. Pero a medida que avanzamos en el siglo 19, tienes un imperio diferente, tienes un nuevo mundo, te metes en un mundo diferente donde los rusos comienzan a derrotar a los otomanos una y otra vez. Los otomanos comienzan a perder territorio desde el siglo 17 hasta el siglo 19. Y los intelectuales, los estadistas, el sultán empiezan a preguntarse ¿cómo se puede salvar el imperio después de haber sido derrotado militarmente? Y no recurren a la solución nacionalista, la idea de que apenas hay un pueblo en un territorio. Pero para los otomanos, este objetivo no existió hasta muy tarde. El objetivo siempre fue la salvación territorial del imperio y encontrar una manera, que al final fracasó, de ganarse la lealtad de los súbditos».
El Imperio Otomano desapareció formalmente en 1918, hace más de un siglo. Las huellas de lo que representó permanecen sobre todo en documentos escritos y menos como rasgos definitorios reales.
Versión en español: Antonio Madrid