Historias en las galletas
La costumbre de ofrecer y recibir regalos se remonta a tiempos inmemoriales. Ofrecer un regalo puede ser un gran placer: ver en los ojos del destinatario la alegría de recibir algo que deseaba, o incluso una sorpresa. También están los que odian buscar un regalo y temen elegir algo inapropiado. Sin embargo, para cualquiera de los casos hay cada vez más opciones para elegir regalos inspirados, confeccionados y elaborados por otros. Y cuando eliges crear productos que se puedan regalar, prácticamente te conviertes en un duende de la alegría. Esta fue la intención de la que partió Raluca Matei, una joven de Bucarest, quien primero creó unas galletas pintadas, para que su hija las llevara al jardín de infancia a modo de «martisoare» (pequeños amuletos que las chicas y mujeres rumanas reciben el 1 de marzo).
Ana-Maria Cononovici, 18.07.2023, 11:24
La costumbre de ofrecer y recibir regalos se remonta a tiempos inmemoriales. Ofrecer un regalo puede ser un gran placer: ver en los ojos del destinatario la alegría de recibir algo que deseaba, o incluso una sorpresa. También están los que odian buscar un regalo y temen elegir algo inapropiado. Sin embargo, para cualquiera de los casos hay cada vez más opciones para elegir regalos inspirados, confeccionados y elaborados por otros. Y cuando eliges crear productos que se puedan regalar, prácticamente te conviertes en un duende de la alegría. Esta fue la intención de la que partió Raluca Matei, una joven de Bucarest, quien primero creó unas galletas pintadas, para que su hija las llevara al jardín de infancia a modo de «martisoare» (pequeños amuletos que las chicas y mujeres rumanas reciben el 1 de marzo).
Debido a que la iniciativa tuvo una gran acogida, nuestra interlocutora creó la marca «Historias en las galletas», sobre la cual nos comentó lo siguiente:
«En realidad, se trata de pan de jengibre. Inicialmente, la historia empezó con galletas, pero poco a poco me quedé con el pan de jengibre porque llegué a una muy buena receta. Es suave, esponjoso y muy bien aromatizado. A los clientes les encantó y por eso me quedé con el pan de jengibre. Empecé con los “martisoare que mi hija llevó al jardín de infancia. Después la demanda se incrementó. Hicimos varios regalos para cumpleaños, ramos de flores, regalos para médicos, para maestros, para niños, para adultos, para abuelos, para todos».
Y creación tras creación, Raluca y las historias en las galletas han cumplido cuatro años y están llenas de optimismo para el futuro. Y como cada vida es una historia y cada celebración o aniversario puede contar una parte de esta historia, le hemos preguntado a Raluca Matei cuáles son las historias que cuenta en las galletas:
«Cada uno tiene su propia historia. La gente hace regalos para los seres queridos, para los amigos, y luego nos interesamos en los pasatiempos y placeres de esa persona. Me dan varios elementos, varias ideas que combinamos y al final sale una historia, porque todo tiene una conexión y se refiere a la persona que recibe ese regalo».
Raluca Matei nos contó dónde ha llegado esta aventura de las «Historias en las galletas»:
«Logramos abrir un obrador de repostería, ahora somos 5 chicas, un equipo que espero sacar adelante y aumentar lo más posible. Hemos llegado a todo el país, incluso a Europa. Enviamos muchos regalos. Regalos, todos hechos de pan de jengibre: flores, cajas de cumpleaños, rompecabezas, recuerdos para bodas, bautizos, primer cumpleaños, incluso reemplazamos el tradicional pastel que se rompe sobre la cabeza del niño por un pastel de jengibre dulce, pero decorado con el tema del evento. Todo está hecho a mano, todo está pintado. Así que no hay nada que vaya en serie. Todo está hecho a mano en función de las peticiones del cliente, con colorante alimentario, absolutamente cualquier tema. Realmente logramos combinar todo tipo de temas, desde la cocina, el café, los viajes, los pasatiempos, absolutamente cualquier cosa, personajes de dibujos animados, películas, paisajes, cualquier cosa».
Corazones decorados con candados, llaves, flores, pétalos, hojas, pan de jengibre en forma de piedritas pintadas al estilo «martisor», o decoradas para Halloween con calabazas naranjas y gorros de mago, cestas de flores de pan de jengibre, o simplemente flores que parecen reales, embaladas en un ramo lleno de sabor, todo lo cual se puede encontrar en la oferta del taller de repostería.
Debido a la alta demanda, los pedidos deben hacerse con anticipación para garantizar que se entreguen en la fecha deseada. Raluca Matei nos ha ampliado más detalles al respecto:
«Nuestros clientes ya saben que tienen que hacer el pedido con 2 o 3 meses de anticipación. Ramos muy grandes y complejos con muchas flores, con mensajes, generalmente diciendo Te amo, ¡Feliz cumpleaños! o con buenos deseos, para los niños ponemos personajes de dibujos animados, para los adultos hacemos todo tipo de elementos con las pasiones del destinatario y se forma un ramo especial. Nosotros creemos que hacemos algo especial y único y les esperamos con pedidos para deleitarles con el sabor, porque primero apostamos por el sabor y luego por el diseño».
Así que, si optan por festejar una celebración conjunta, como el «martisor» o el día de la mujer, o bien quieren sorprender a una persona cercana con un deseo hecho de manera diferente, ¡tienen otra opción para darle aún más sabor y color a la vida!