El barril de helado
Ana-Maria Cononovici, 08.11.2022, 12:46
Recordaba con cariño el sabor del helado que su madre preparaba en casa y decidió redescubrir el sabor del helado auténtico. Empezó a viajar por las aldeas rumanas para descubrir recetas de antaño. Después decidió reorientar su carrera profesional. Así que Adrian Mengheş renunció a su profesión de ingeniero y creó su propio negocio, “el barril de helado”.
Al principió usó máquinas, pero al ver que se perdía muchos eventos en el interior, se dio cuenta de que tenía que encontrar algo nuevo. Y entonces su madre recordó que, cuando era pequeña, alguien pasaba por su pueblo con un barril de helado. Adrian Mengheş nos cuenta la historia de la marca que creó:
“Fue muy difícil, porque no conocía los secretos del barril de helado. Recorrimos las aldeas rumanas en busca de recetas, en busca de su historia, pero nos rechazaron. Aquellos que todavía lo preparaban de esta forma no quisieron decirnos cómo lo hacían. Llamamos a los ayuntamientos diciendo que éramos de alguna televisión para decirnos dónde podríamos encontrar eso, porque queríamos hacer reportajes. Nos ayudó el alcalde, el vicealcalde, y encontramos a Ion de Vâlcea. Él nos contó los secretos del barril de helado. Por lo demás, lo molestaba que su hijo no quería continuar la tradición y preparar este tipo de helado. Le dijo que había venido un desconocido y, como él no quería hacerlo. le iba a contar todo.”
Al dedicarse a esto desde hace más de 11-12 años, nuestro interlocutor ha notado un cambio en los hábitos de consumo de la gente, sobre todo últimamente. Adrian Mengheş:
“La gente ha empezado a prestar cada vez más atención a lo que come. Ha empezado a ser más educada. Siempre decimos que preparamos helado casero. Hay una gran diferencia entre el helado que se encuentra en la ciudad y el nuestro. En primer lugar, se trata de cómo lo preparamos, porque hay otra textura, otro sabor. Es mucho más denso, no tiene tanto aire como el helado industrial. Por lo tanto, esta es una gran diferencia. En segundo lugar, preparamos la materia prima. Es decir que preparamos la base del helado con leche, huevos, nata montada y yema de huevo. También preparamos los aromas.”
Los pedidos se entregan en coches especiales de la empresa o a través de las aplicaciones de entrega a domicilio. El mayor número de clientes se registró después del confinamiento, cuando las ventas directas de la heladería alcanzaron 6.000 – 7.000 leus (1.200 – 1.400 euros) al día. En la página web hay aproximadamente 30 tipos de helado, y entre los más vendidos están el de vainilla, chocolate, mango, caramelo salado y menta, pero Adrian Mengheş nos ha contado lo siguiente:
“Preparamos los sabores con frutas congeladas o ahora, en otoño, con calabaza al horno, manzanas al horno y canela. Preparamos solos los aromas de principio a fin. Nos gusta decir que somos verdaderos heladeros, a pesar de no habernos especializado en esto, de no haber estudiado el helado, de no haber participado en cursos. Simplemente lo preparamos para que nos guste, para que guste a la gente común. A lo largo del tiempo, hemos experimentado más de cien aromas, pero es muy difícil, porque la vainilla, el chocolate, las fresas y las frambuesas tienen la mayor demanda. Normalmente en verano, durante la temporada alta del consumo de helado, preparamos los tipos clásicos. Y ahora, en otoño, nos adaptamos a la temporada.”
Adrian Mengheş ha participado en esta edición del Festival Hombres en Mătăsari y ha presentado una novedad:
“Hemos participado en las tres ediciones del Festival Hombres en Mătăsari, pero fue la primera vez que hicimos allí demostraciones. En general, veníamos con el helado ya preparado, pero el organizador nos lo propuso y estuvimos de acuerdo. Debo admitir que me recibieron muy bien en aquel festival. No esperábamos vender tanto un día de octubre.”
El helado se prepara al poner los ingredientes en un cilindro de acero inoxidable, que también se coloca en un barril alrededor del cual se añade hielo y sal, para acelerar el proceso de congelación. Posteriormente, se inicia la rotación del cilindro de acero inoxidable, manualmente, durante aproximadamente 4 horas. Después, el helado se almacena en un lugar seguro, que cumple los criterios sanitarios y ambientales necesarios.
Los helados más desafiantes de la oferta parecen ser los de colivă (pastel de difuntos rumano), mostaza, lavanda, albahaca, pero también probaría el helado de jengibre y pasas, de manzanas al horno y galletas o de vainilla sin azúcar.
Versión en español: Monica Tarău