Talleres sin fronteras
La sociedad civil de la UE desempeña un papel activo para alcanzar la neutralidad climática. En este sentido, la UE se ha fijado como meta el año 2050 en virtud del Pacto Verde Europeo. Con el fin de fomentar la iniciativa en este ámbito, el Comité Económico y Social Europeo (CESE) lanzó un premio a la acción por el clima en abril para poner en valor la importancia de que todas las partes de la sociedad aborden las políticas climáticas. El Comité espera, mediante este premio, inspirar a los ciudadanos para que formen parte de la solución y animarlos a cambiar los sistemas, normas y comportamientos que nos han llevado al borde de la crisis climática.
Ana-Maria Cononovici, 14.12.2021, 16:12
La sociedad civil de la UE desempeña un papel activo para alcanzar la neutralidad climática. En este sentido, la UE se ha fijado como meta el año 2050 en virtud del Pacto Verde Europeo. Con el fin de fomentar la iniciativa en este ámbito, el Comité Económico y Social Europeo (CESE) lanzó un premio a la acción por el clima en abril para poner en valor la importancia de que todas las partes de la sociedad aborden las políticas climáticas. El Comité espera, mediante este premio, inspirar a los ciudadanos para que formen parte de la solución y animarlos a cambiar los sistemas, normas y comportamientos que nos han llevado al borde de la crisis climática.
La duodécima edición del premio se otorga a personas y organizaciones sin ánimo de lucro por su «excelencia en el ámbito de las iniciativas de la sociedad civil». Cada año se elige un tema diferente, que responde a un área importante del trabajo del CESE. La ONG rumana Ateliere fără Frontiere —Talleres sin Fronteras en español— se ha llevado el tercer premio este año. Talleres sin Fronteras pretende promover una transición justa hacia una economía baja en carbono y resistente a los cambios climáticos.
Damien Thiery, director general de Talleres sin Fronteras, nos lo ha contado:
«Talleres sin Fronteras presentó su candidatura en junio de 2021 al premio a la acción por el clima del CESE (Comité Económico y Social Europeo), que reconoce a los miembros de la sociedad civil más activos en el ámbito del cambio climático. Talleres sin Fronteras es una empresa social de inserción. Estamos en Bucarest y Dâmbovița, trabajamos para ayudar a aquellas personas vulnerables alejadas del mercado laboral. Estas personas, que tienen muchas vulnerabilidades, están contratadas en la asociación Talleres sin Fronteras, durante un período máximo de 24 meses, en que les enseñamos a trabajar y luego las ayudamos a encontrar un trabajo. Tenemos tres talleres. El primero, creado en 2008, se llama Educlick, y somos recolectores autorizados de residuos eléctricos y electrónicos. Somos la única organización de este tipo en Rumanía autorizada por el Ministerio de Medioambiente para reacondicionar estos residuos, es decir, para darles una segunda vida. Optamos por reacondicionar ordenadores, ya que son más adecuados para su reacondicionamiento. Nuestros empleados los reacondicionan y los donamos además a escuelas rurales, escuelas que no tienen ordenadores actualmente. En los últimos trece años, hemos donado más de 22 000 ordenadores, es decir, hemos equipado más del 10 % de las escuelas de Rumanía con ordenadores reacondicionados. Disponemos de quince puestos de trabajo en el taller de reacondicionamiento de ordenadores de Educlick y en Talleres sin Fronteras hemos ayudado a más de 300 personas en total.»
Damien Thiery, director general de Talleres sin Fronteras, nos ha contado qué otros talleres se están organizando:
«El segundo taller es Remesh, un taller de confección, en el que reaprovechamos pancartas publicitarias. Están fabricadas de PVC reforzado, muy perjudicial para el medioambiente. Estas pancartas se queman o se tiran y son muy dañinas para el medioambiente. Nosotros las convertimos en productos, lo que se llama upcycling o suprarreciclaje: convertimos un residuo en un producto bonito, a la venta en nuestra web, para eventos. El tercer taller es una granja social, llamada Bio&co, ubicada en Ciocănari, en la provincia de Dâmbovița. Nos encontramos en una ciudad pequeña donde la comunidad romaní es del 80 % y empleamos a personas de esta comunidad. Producimos 80 tipos de verduras, certificadas como ecológicas, y las entregamos “de la granja a la mesa”, directamente a consumidores de Bucarest. Contamos con la certificación ecológica.»
Entusiasmado por recibir el premio, Damien Thiery ha declarado:
«Para nosotros es, obviamente, un gran reconocimiento recibir un premio a escala europea, del CESE, sobre todo en el ámbito de la acción por el clima. Es exactamente lo que llevamos haciendo, día a día, los últimos 13 años y vamos a seguir haciéndolo todavía más ahora que tenemos este premio.»
El anuncio del ganador y la clasificación de los otros cuatro finalistas tuvo lugar en una ceremonia celebrada el 9 de diciembre, durante el pleno del CESE en Bruselas. El valor total del premio es de 50 000 euros y se dividirá entre los cinco candidatos. Los otros cuatro finalistas han sido, por orden alfabético, la asociación catalana Enginyeria Sense Fronteres, el Movimiento Medioambiental de Estonia/Fondo por la Naturaleza de Estonia, Grootouders voor het Klimaat —Abuelos en Lucha contra el Cambio Climático— y Prostorož, una oficina de planificación urbana sin ánimo de lucro que ha movilizado a los ciudadanos de Liubliana mediante el proyecto Hot Spots. El primer clasificado recibirá un premio de 14 000 euros y los cuatro siguientes candidatos 9000 euros cada uno.
Versión en español: Víctor Peña Irles