El archivo del rock rumano
Con un ritmo y estilo diferente a lo que estaba de moda en Occidente, el rock rumano apareció a finales de los 60, siendo a la vez arte y manifiesto político por la libertad. Al tener un acceso limitado al fenómeno occidental, los músicos rumanos que abrazaron este estilo tuvieron que recrear instrumentos, partituras, atuendos, aspectos que tenían una connotación política en ese momento.
România Internațional, 20.07.2021, 17:12
Para mantener vivo el recuerdo de este fenómeno, apareció en Rumanía el Museo del Rock Rumano, sobre el cual Cosmin Năsui, historiador del arte y organizador del museo, nos ha hablado con mucho entusiasmo:
“Llegamos a la idea de un museo del rock gracias a un documental realizado previamente por nuestro colega, el musicólogo, Doru Ionescu, quien realiza programas de televisión sobre el rock rumano y es autor de diccionarios de músicos que han llegado más allá de las fronteras de Rumanía. De hecho, la idea de crear un museo le pertenece a Doru Ionescu. Comenzó este proyecto documentando, por supuesto, el fenómeno musical, incluso en el área del Club A, el club Preoteasa (lugares en Bucarest en que los jóvenes de aquellos años podían escuchar música rock). Todos los elementos del patrimonio inmaterial y material con los que entró en contacto, nos demostraron, que es necesario presentar este fenómeno en un museo.
Exploremos el Museo del Rock de la mano de nuestro guía, Cosmin Năsui:
“La producción del rock rumano se inició a finales de la década de 1960 y tuvo varias evoluciones durante el período comunista en los años 70-80, hasta después de 1989. Existe toda una discusión sobre la invención de la guitarra rock en Rumanía. Rock significa guitarra eléctrica, tal como en la música folk se toca solo la guitarra fría, pero el problema en la Rumanía comunista era que no existía la posibilidad de importar guitarras eléctricas. Los rockeros rumanos procuraron entonces construir sus propias guitarras según fotografías, según esquemas eléctricos publicados en revistas de especialidad. Todavía tenemos acceso a las fuentes y es por eso que el proyecto iniciado por Doru Ionescu, creció a medida que ampliamos la documentación e investigación en todas las áreas. Usamos las herramientas museísticas, que consisten básicamente en archivar, y las aplicamos a un fenómeno efímero, el del área del audio, a veces del audio-video porque este fenómeno ha dejado la memoria de temas fabulosos, bandas legendarias, artistas extraordinarios, numerosos elementos de patrimonio material, como los instrumentos musicales, los atuendos, las cartas que intercambiaron estos artistas, las partituras, las cosas relacionadas con los borradores de texto y por último, pero no menos importante, la forma en que nos muestran cómo funcionaban los mecanismos creativos de los grupos de rock. Este fenómeno nos habla también de la infraestructura cultural del período comunista, que se basaba en clubes o discotecas integradas en las casas de cultura de los estudiantes que albergaron un movimiento estudiantil y juvenil muy interesante. Esta es una peculiaridad del rock rumano, que nace de un movimiento estudiantil y juvenil.
Cosmin Năsui ha añadido:
“Antes de que existiera el museo, estuvimos interesados en crear un archivo. Para ello necesitábamos tomar prestados de colecciones privadas objetos, los cuales escaneamos, archivamos, fotografiamos, según correspondía. Algunos fueron escaneados en 360 grados y como tal pueden ser rotados en la plataforma en línea, se pueden acercar y aumentar el zoom, y esto ha sido el inicio de la presentación de estos objetos. Algunos de ellos siguen siendo funcionales para el escenario, no para un estudio de grabación, otros ya no son funcionales, y otros objetos están perdidos para el patrimonio rumano porque una parte importante de los músicos de rock rumanos emigraron a diferentes países occidentales y se llevaron con ellos los instrumentos que tocaban .
En el Museo del Rock Rumano se presentan también postales, cartas de los artistas, y también álbumes accesibles para ciegos, por ejemplo. Cosmin Năsui ha ofrecido más detalles:
“Los museos no deben presentar solo el pasado de la edad de piedra o de la época medieval o del período moderno de Rumanía, creemos que hace falta acercarnos al presente porque algunos de estos grupos ya no funcionan, algunos de estos escenarios han desaparecido. Cosas como esta se pueden perder, son bastante frágiles. Es cierto que las historias orales relacionadas con estas leyendas del rock rumano se pueden escribir, pero si se pierden los objetos, los instrumentos que tocaron creo que será bastante difícil para cualquiera que intente tal empresa recuperar y redescubrir lo que no se escucha en la música. Por supuesto, la música es lo primero .
La historia continúa. Un próximo paso podría ser descubrir a nivel regional qué significa el rock en diferentes partes del país y en los centros de estudiantes y luego construir una red de cápsulas del museo, para asociarlas con los principales eventos musicales, como una especie de entrada entre bastidores.