La exposición anti-Instagram
¿Cómo era cuando estaba bien? Bajo este lema, veinte jóvenes rumanos se reunieron el verano pasado en Anina, donde pasaron una semana y media explorando las realidades sociales de esta antigua ciudad minera, actualmente desindustrializada. Los recuerdos sobre la realidad difieren, es algo que los jóvenes han aprendido allí y han querido presentarlo en una exposición-instalación.
România Internațional, 14.01.2020, 14:27
La exposición titulada anti-Instagram es el resultado de un ejercicio pedagógico orientado hacia los métodos clásicos de documental, cine y dibujo. Trabajando en equipo, los jóvenes han realizado documentales, cortometrajes, películas y fotos de polaroid, revistas de cómics y pinturas basadas en la historia de la ciudad, así como en la historia de sus habitantes. El uso exclusivo de medios analógicos permite a los artistas centrarse en su visión individual, su interpretación y los problemas éticos involucrados en la representación de la realidad.
Irina Novac tiene 19 años y nos ha contado cómo empezó todo:
Nosotros, a finales de agosto y principios de septiembre, nos reunimos en la ciudad de Anina, una antigua ciudad industrial, e hicimos varias visitas para escoger cada uno un determinado tema. Por ejemplo, mi equipo se ha centrado en la cultura de Anina. Otros equipos han optado por la mina, o los jóvenes y sus problemas.
A primera vista, Anina deja la impresión de una ciudad exótica, ubicada en las montañas, pero con el tiempo, la identidad del espacio documentado comienza a revelarse junto con la realidad de la vida cotidiana.
Sara-Patricia Pongrac, de 18 años, ha hablado sobre el trabajo en equipo:
Por ejemplo, mi equipo se encargaba de la documentación fotográfica. Hemos recogido historias de personas, hemos hablado con ellos, y luego hemos realizado varios retratos. También hemos colaborado con Dragoş (n.r.Dragoş-Andrei Mandrila, uno de los jóvenes participantes en el proyecto) en un cortometraje sobre la ruta Anina-Oraviţa, en el que hemos hablado con gente que suele viajar en este tren y que nos han contado algunas de sus historias.
Los días del minero transcurren en el patio trasero de la estación de tren donde él también vive, es otra realidad que los jóvenes han descubierto en Anina.
Luisa Balaban, de 19 años, ha compartido su experiencia en este lugar:
Creo que Anina no recibe suficiente atención en este momento. Es muy interesante estar allí y de alguna manera ver la perspectiva de las personas de nuestra edad, de los jóvenes, porque es una ciudad bastante limitada. Yo he disfrutado mucho, ya que he conocido a algunos adolescentes y me ha resultado muy interesante ver su perspectiva. Obviamente, en algunos casos hemos encontrado clichés como: es una ciudad muerta, quiero salir de aquí porque no sé que tengo qué hacer en el futuro.
Pero al mismo tiempo estaban muy arraigados en esta cultura minera, sus familias estaban muy arraigadas en estas ideas, y fue muy interesante ver cómo estos niños que vienen de una ciudad con mucha historia, la aceptan, la abrazan, pero al mismo tiempo, de alguna manera quieren irse de aquí porque no ven ninguna continuación de su historia.
Los veinte jóvenes han realizado una investigación multidisciplinar en el marco de un proyecto de One World Romania en la escuela, que combina la teoría antropológica e histórica con diversas prácticas artísticas.
Lo que ha motivado a los jóvenes a unirse al proyecto es precisamente el enfoque transdisciplinario y especial, según nos han dicho Luisa Balaban:
Me parece muy interesante trabajar con cinta, es decir, con instrumentos analógicos. A mí siempre me ha gustado mucho sacar fotos con película, pero la idea de trabajar con cinta de 16 mm me pareció estupenda, una experiencia que no habría tenido en ningún otro lugar. Por eso quise participar en este proyecto .
Sara-Patricia Pongrac nos amplía más detalles:
“Me enteré de que se organizaba un campamento de antropología y me pareció muy interesante. Al principio no sabía lo que está haciendo la antropología. Y luego vi que se trata del estudio de las personas y sus vidas, más que de hacer fotos y películas, esto vino un poco más tarde. Nos inspira la vida de la gente e intentamos, con esta exposición, mostrar lo que vimos allí.
Hablé con un amigo que me contó sobre este proyecto, también lo vi en la página de One World Romania, vi que estaba lejos de casa, vi que tenía lugar en verano, con gente, me pareció muy interesante (genial), así que decidí apuntarme, ha dicho Irina Novac.
Así se ha creado la exposición-instalación artística que se puede ver en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo hasta mediados de abril. Luisa Balaban nos amplía más detalles:
Aquí verán ustedes nuestra ruta, que era muy incierta al principio, porque había muchas áreas de interés y no sabíamos de donde empezar, desde fotos, películas o documentales. Hay áreas donde no tenemos experiencia. Es complicado ir a la gente y preguntarles sobre su historia; pedirles que te muestren fotos de la ciudad, como era en el pasado, pero eso es lo que se ve en la exposición: nuestro esfuerzo y como hemos logrado empezar, poco a poco, a conocer la historia de Anina, a través de las personas que aún viven aquí y quieren compartir su historia con aquellos que vienen y les preguntan.
El niño con un embudo en la cabeza es uno de los personajes de los cómics creados para ilustrar aspectos de la vida de la ciudad minera. El muchacho camina por las calles desiertas y encuentra un embudo que se lo pone en la cabeza. Luego se da cuenta de que el embudo se convierte en un casco de minero. Este disfraz le ayuda descubrir la realidad circundante. Las películas realizadas por nuestros equipos de adolescentes también se pueden ver en esta exposición.
Los talleres de documentación creativa representan el proyecto más reciente de One World Romania en las escuelas.
(versión española: Simona Sarbescu)