Atracciones turísticas únicas en el Banato
Llegamos hoy a la parte occidental, a la región histórica del Banato. Descubrimos el asentamiento más aislado de Rumanía, una aldea en las montañas de Cernei, cuya única conexión con el mundo civilizado es una escalera de madera de unos 100 metros, montad
Daniel Onea, 24.11.2022, 17:55
Llegamos hoy a la parte occidental, a la región
histórica del Banato. Descubrimos el asentamiento más aislado de Rumanía, una
aldea en las montañas de Cernei, cuya única conexión con el mundo civilizado es
una escalera de madera de unos 100 metros, montada en una pendiente. También
llegamos a los molinos de agua de Rudăria, únicos en Europa del Este. Hablamos,
luego, del Festival de Jazz de Gărâna, un evento internacional, y también de
tradiciones y folclore auténticos.
En toda Rumanía, como en el Banato, se quiere
activar el turismo de diferentes formas, dice Dan Mirea, gerente del Centro
para la creación y promoción de la cultura tradicional de Caraș Severin.
Si nos referimos al turismo auténtico o al turismo de marca, que ya
tenemos, creo que haría una referencia directa a la cascada Bigăr en el valle
del Almaj. Es una cascada muy famosa. Es una de las siete cascadas más hermosas
del mundo. Tenemos otra zona muy visitada especialmente por turistas
extranjeros. Se trata de los molinos de agua de Rudăria. Los molinos fueron
construidos en el siglo XVIII. Lo especial de estos molinos es que aún hoy en
día siguen funcionando, y los lugareños de esa zona todavía muelen allí su maíz
y trigo. Muchas cadenas de televisión de todo el mundo han venido a hacer reportajes
sobre estos molinos. Pero tenemos también otra zona especial. Tenemos un pueblo
en Caraş, en las montañas del Banato, a donde solo se puede llegar por unas
escaleras muy empinadas. Se llama Ineleț. Como dijo de manera muy hermosa un
poeta, es el pueblo de Rumanía que está más cerca de Dios. No existen vías de
comunicación en esta localidad. La gente sube estas escaleras e incluso lleva a
sus hijos al colegio o al médico a cuestas. Y el camino de los que dejan este
mundo y van al Más aAllá se hace en siete horas, porque el cementerio no está
allí.
En el
pueblo más aislado de Rumanía, Ineleț, hay unas cien casas destartaladas, cada
una sobre una colina. De estas, solo 33 están habitadas. Lo primero que ven los
turistas que llegan hasta aquí es la iglesia del pueblo, construida en una
colina en 1973 por los habitantes del pueblo. Otra zona muy hermosa es la del
pueblo de Gărâna, un pueblo habitado desde el siglo XIX por una comunidad de
sajones, dice Dan Mirea, gerente del Centro para la creación y promoción de la
cultura tradicional de Caraș Severin.
En la actualidad, aquí se
celebra uno de los festivales de jazz más importantes del mundo, y durante una
semana entera en verano, a finales de agosto, vienen muchos turistas
extranjeros. Las entradas se venden con dos años de antelación. Este año, a
diferencia de años anteriores, tras este periodo que ha frenado toda actividad
artística, las entradas se agotaron en 14 horas. Otro elemento novedoso serían
los montes Semenic, que ahora están en perpetuo cambio. Se invierte mucho en
logística e infraestructura. Se están construyendo dos pistas de esquí a nivel
europeo, una de ellas compitiendo logísticamente con la de la famosa estación
de Innsbruck, en Austria. De hecho, una empresa austriaca es la que lo está
gestionando. Seguramente, a finales de 2023, cuando se pongan en
funcionamiento, estas pistas reunirán a un número muy elevado de turistas.
También tenemos muchas actividades artísticas en el valle del Bistra, en el
corazón del Banato, y no solo en esta zona. El Banato está representado por
muchas, muchas actividades artísticas. Un ejemplo sería el Festival
Internacional de Hércules en Băile Herculane. Es una ciudad que honró no solo
al condado de Caraș-Severin y al Banato, sino también a Rumanía durante el
período en el que se convirtió en un emblema del turismo de balnearios en toda
Europa.
En
cuanto al centro balneoclimático de Băile Herculane, sin duda uno de sus
atractivos sería el centro histórico. Aquí encontramos edificios patrimoniales,
como el Casino, las Termas Imperiales austriacas y la villa donde se alojaba la
emperatriz austrohúngara Isabel o Sissi, que había desarrollado una pasión por
Băile Herculane y por el senderismo en los alrededores. Dan Mirea.
El antiguo centro acaba de ser completamente restaurado, y la
famosa estatua de Hércules, que se ha convertido en una marca internacional y
nacional de Băile Herculane, ha recuperado su esplendor del siglo XIX. En
Herculane hay un festival internacional que tiene más de 30 años. Se llama el
Festival Internacional de Hércules. Cada año, más de 40 países vienen a
representar las tradiciones y el folclore de sus países. Tenemos en el Banato
una cantidad muy grande de regiones que representan una parte del folclore
auténtico. Hay tres grandes áreas: el valle del Caraș, el valle del Bistra y el
valle del Almaj, la zona montañosa del Banato. En estas regiones del Banato, el
canto, el baile y, sobre todo, los trajes populares son lo más apreciado. La
gente valora los trajes típicos casi más que cualquier otra cosa. Se dice en el
Banato que los ancianos podrían llegar a vender incluso su tumba, pero no
venderían los trajes que heredaron de sus antepasados. Como gerente del Centro
para la creación y promoción de la cultura tradicional de Caraș-Severin, tengo
varios proyectos para el próximo año. Estamos tratando de unirnos a Timișoara,
la Capital Europea de la Cultura del año 2023, y uno de mis proyectos para el
próximo año es una exposición de más de 1000 trajes de todas las áreas
representativas del Banato.
A
excepción del famoso balneario de Băile Herculane, hay otra zona que ha
comenzado a representar un polo de atracción para los turistas: Muntele Mic.
Esta estación de montaña se encuentra a una altitud aproximada de 1550 metros y
es el destino de quienes practican deportes de invierno. Por otro lado, al pie
de las montañas encontrarás artesanos y sus historias. Dan Mirea, gerente del
Centro para la creación y promoción de la cultura tradicional de Caraș Severin.
Tenemos un pueblo justo al lado de Reșita que se ha vuelto representativo
no solo del Banato, sino también de Rumanía. Se trata del pueblo de Biniș,
donde un alfarero, que transmitió la tradición alfarera a sus descendientes,
representó a Rumanía en las ferias internacionales más importantes del mundo.
Como elemento singular de este hecho, cuatro presidentes de los Estados Unidos
de América condecoraron a este artesano popular. Su singularidad es que nunca
cambió su torno del alfarero. Es un torno que se ha utilizado durante más de
200 años y tiene una especie de encanto, dicen los mayores. Quien se sienta en
ese torno y da con el pie, consigue que no se le caiga la arcilla. Por último,
pero no menos importante, tenemos un campamento de esculturas talladas en
madera, que este año se ha ampliado. Empezó hace unos años de forma modesta, en
Gărâna. En la actualidad, hay muchas ciudades que han adoptado este campamento
de escultura. Artistas de todo el mundo, de más de 35 países, vienen a
Caransebeș cada año. Durante un mes, eligen cada uno un tronco de los bosques
de Caransebeș, en las montañas del Banato, después de un ritual de amistad con
ese tronco.
He
aquí, entonces, un destino donde los atractivos naturales se fusionan
armoniosamente con el patrimonio cultural. Y
todo esto se complementa con eventos populares, que se realizan durante todo el
año.