En la provincia de Bistrița-Năsăud
Hoy nos detenemos en la parte central y septentrional de Rumanía, en la provincia de Bistrița-Năsăud. Partiendo de los monumentos más representativos de la ciudad de Bistrița, nos dirigimos a los principales atractivos de la provincia.
Daniel Onea, 03.06.2021, 13:41
Hoy nos detenemos en la parte central y septentrional de Rumanía, en la provincia de Bistrița-Năsăud. Partiendo de los monumentos más representativos de la ciudad de Bistrița, nos dirigimos a los principales atractivos de la provincia. Tanto si le apetece disfrutar de una estancia relajante como de unas vacaciones en activo, en la zona encontrará ofertas para todos los gustos y bolsillos. Ovidiu Bozbici, concejal del Departamento de Turismo del Ayuntamiento de Bistrița, nos propone iniciar nuestro recorrido en el monumento y símbolo de la ciudad de Bistrița:
«Empezamos por la Iglesia Evangélica de Bistrița, principal monumento de la ciudad, con una torre de 75 metros de altura. Desde 2013 cuenta con ascensor, por lo que los turistas pueden visitarla. Pueden subir hasta una altura de unos 45 metros, desde donde pueden contemplar la panorámica de toda la ciudad. La iglesia se levantó a principios del siglo XIV y su construcción duró unos cincuenta años. A lo largo del tiempo ha sido objeto de varias reformas. Actualmente, se están realizando trabajos de restauración importantes, gracias a fondos europeos, por un valor de unos cuatro millones de euros, que esperamos que se acaben a finales de este año.»
La fortaleza de Bistrița es una de las famosas construcciones fortificadas de Transilvania, junto con las de Sighișoara, Brașov o Sibiu. Lo cuenta Ovidiu Bozbici, concejal del Departamento de Turismo del Ayuntamiento de Bistrița:
«Después tendríamos la antigua fortaleza de Bistrița, que en sus inicios contaba con dieciocho torres y bastiones defensivos. Estas se repartían a lo largo de la muralla defensiva de la fortaleza. A su vez, la muralla defensiva estaba reforzada con un foso de agua. Actualmente, solo queda una torre de la antigua fortificación, Turnul Dogarilor (torre de los toneleros, en español), con una altura de unos dieciocho metros. Alberga exposiciones de artistas locales. También contamos con el conjunto Sugălete. Se llama así porque hay casas donde se suponía que vivían los artesanos de Bistrița, que trabajaban metales. Es un conjunto único en Rumanía, una sucesión de trece edificios. Su construcción comenzó en 1480 y se prolongó aproximadamente hasta 1520. Bistrița era conocida por los artesanos de metales tanto preciosos como semipreciosos. Los minerales se explotaban de las minas de Rodna, a unos 60 km de la ciudad. Documentos antiguos atestiguan que los príncipes de Moldavia se abastecían aquí tanto de joyas como de herramientas agrícolas o armas. Ya que hablamos de Rodna, cabe mencionar que Bistrița se menciona por primera vez en la historia en 1241. Este año, en 2021, se cumplirán 780 años de la primera mención, realizada en el momento de la gran invasión tártara. Los tártaros vinieron, se hicieron con la antigua fortaleza de Rodna y acabaron llegando a Bistrița, en 1241, donde acabaron con la vida de 6000 habitantes. Este hecho indica que Bistrița era una ciudad muy poblada.»
En la provincia de Bistrița-Năsăud hay un abanico de museos que vale la pena visitar para conocer el rico pasado de esta zona, así como su artesanía y tradiciones. Sigue Ovidiu Bozbici:
«Tenemos el Museo Provincial, con una sección de etnografía y otra de historia natural. Tenemos Casa Argintarului, uno de los principales monumentos de la ciudad, también restaurado y bautizado ahora como Centro Alemán. Es una casa construida entre 1560 y 1563, por el mismo maestro que contribuyó a la construcción de la Iglesia Evangélica. Tenemos la Casa Andreas Beuchel. Esta también es una casa antigua, situada en el centro de la ciudad. Perteneció a uno de los primeros jueces de la ciudad de Bistrița, quien entró en conflicto con los poderes de la época, y que acabó decapitado. Al mismo tiempo, Bistrița es reconocida por su multiculturalismo. Tenemos la iglesia evangélica, las iglesias ortodoxas, la iglesia católica romana, la católica griega y la calvinista. Bistrița cuenta con aproximadamente 80 000 habitantes según el último censo.»
Los amantes de la tradición y el folclore pueden visitar, en la zona de Năsăud, el pueblo de Salva, prosigue Ovidiu Bozbici, concejal del Departamento de Turismo del Ayuntamiento de Bistrița:
«Aquí pueden visitar un museo etnográfico excepcional, así como un museo de trajes folclóricos. La artista de aquí, conocida en toda Rumanía, no solo ha conservado la indumentaria rumana antigua, sino que también elabora, para quien lo desee, sombreros de plumas de pavo real, muy conocidos en Rumanía. A continuación, los turistas pueden ir a Sângeorz-Băi. Aquí las aguas minerales son famosas para el tratamiento de afecciones gástricas. Para tratarnos con aire muy fresco, tenemos el nuevo complejo turístico de Colibița, donde los turistas pueden practicar deportes acuáticos, montañismo o rafting. También contamos con un nuevo complejo en Băile Figa, en Beclean, a unos 38 km de Bistrița. Aparte de aguas saladas con propiedades curativas, también ofrecen barros y piscinas de nueva construcción. Por todo ello han sido reconocidos como centro turístico de interés local.»
El turismo es una de las prioridades de la ciudad de Bistrița. Se han iniciado proyectos en este ámbito con fondos europeos, gracias a los cuales se han conseguido rehabilitar doce de los veinte pasajes antiguos. La ciudad es famosa en este aspecto, por lo que ha sido bautizada como «la ciudad de los pasajes». Aunque los proyectos no se acaban aquí, cuenta Ovidiu Bozbici:
«Tenemos un proyecto de envergadura, llamado Cetatea Bistriței, que se propone reacondicionar las murallas de la antigua fortaleza y algunos de los bastiones principales. También tenemos un proyecto en la Iglesia Evangélica. Consiste en la restauración completa de este monumento, que entrará en los recorridos turísticos. Otro proyecto, que ahora se está debatiendo, es el Smart Cities Challenge. Así, intentamos revitalizar el centro histórico, para que se parezca al centro de una ciudad medieval.»
Así, tanto si le apetece disfrutar de una estancia relajante como de unas vacaciones en activo, en Bistrița-Năsăud encontrará ofertas para todos los gustos y bolsillos. Para obtener información práctica sobre los precios de los alojamientos, rutas personalizadas, mapas y folletos, pueden detenerse en el centro de la ciudad y visitar el Centro Nacional de Información Turística, a su disposición todos los días de la semana.
Versión en español: Víctor Peña Irles