Arte rumano y europeo, a través de visitas virtuales
Hoy continuamos la serie de recorridos virtuales en el mundo del arte con el Museo de Colecciones de Arte, que está ubicado en Calea Victoriei, en el centro de Bucarest, en el antiguo palacio Romanit.
Daniel Onea, 06.05.2020, 17:55
Hoy continuamos la serie de recorridos virtuales en el mundo del arte con el Museo de Colecciones de Arte, que está ubicado en Calea Victoriei, en el centro de Bucarest, en el antiguo palacio Romanit. Se trata de un palacio impresionante, construido a finales del siglo XIX y conservado en su forma original, con tres cuerpos, hasta el día de hoy. Georgiana Iacob, del Departamento de Educación, Comunicación y Proyectos Culturales del Museo Nacional de Arte de Rumanía, nos amplía más detalles.
”Al ver el recorrido virtual, podrán obtener una visión general de las colecciones rumanas, especialmente del período de entreguerras. Verán arte rumano, pero no solo esto. Cabe mencionar las impresionantes colecciones de pintura rumana, como la colección Dona, una de las más importantes, que contiene una impresionante cantidad de pinturas firmadas por Nicolae Grigorescu. El orientalismo fue una tendencia muy importante e interesante durante este período. Muchos coleccionistas se sienten atraídos por todo lo que Oriente significa, ya sea que estemos hablando del área de influencia islámica o del lejano Japón. Tenemos las obras de los hermanos Avakian, Hrandt y Béatrice, y también una hermosa sala árabe en la colección del diplomático Marcu Beza. En este palacio, hay importantes colecciones monográficas. Mencionaría la colección Corneliu Baba, que representa el último período de la creación del artista. Esta colección se convirtió en parte del museo en 2009, fue donada por la esposa del artista y destaca exactamente este período final, un período muy importante de transformaciones».
El público podrá admirar obras de la serie Reyes locos o Temores y, por supuesto, retratos y autorretratos. Verán los retratos de la esposa, los autorretratos del artista, presentes en muchas composiciones, con muchos personajes. Georgiana Iacob.
«Entre las colecciones monográficas, también mencionaría las dedicadas a Iosif Iser, muy bien representadas en la colección Weinberg. Además, Micaela Eleutheriade o Lucia Demetriade-Bălăcescu son representantes del movimiento feminista en el arte rumano de entreguerras. Extensas colecciones de ellas figuran en exposiciones del museo. En el recorrido virtual, también recomendamos navegar por el catálogo, que, de modo excepcional, durante este período, ha sido incluido en el sitio web del museo. Este catálogo proporciona información adicional sobre cada colección y coleccionista, y también se ilustra ampliamente con los trabajos que se pueden ver en este recorrido virtual».
El Museo Zambaccian y el Museo Theodor Pallady son dos museos pequeños. Cada uno está construido alrededor de una sola colección. Comenzamos con el Museo Zambaccian. Georgiana Iacob, del Departamento de Educación, Comunicación y Proyectos Culturales del Museo Nacional de Arte de Rumanía.
”Esta colección, recopilada especialmente en el período de entreguerras por el importante coleccionista Krikor Zambaccian, presenta uno de los mejores panoramas del arte rumano de entreguerras, entre otros. Junto con nombres importantes en el arte rumano, como Nicolae Grigorescu, Ștefan Luchian, Tonitza, Pallady o Petrașcu, Zambaccian también estaba interesado en el arte francés. Aunque la colección de arte francés es bastante pequeña, hay nombres famosos como Paul Cézanne, Camille Pissarro, Pierre Bonnard o Albert Marquet. Les invitamos a ver hasta dónde ha llegado el interés del coleccionista en el arte francés, pero también a admirar a través de este recorrido el interior muy interesante de su casa, una casa construida especialmente para albergar su colección que se podía visitar incluso durante la vida de Zambaccian y que estaba destinada a convertirse en un museo de arte».
El edificio del Museo Zambaccian fue construido a finales de la década de 1940 y se amplió a medida que la colección estaba creciendo y necesitaba más y más espacio de exposición. Hay una generosa planta baja con un gran salón, donde hay muebles españoles, italianos y una impresionante chimenea. Las puertas no son tradicionales, no se abren en una dirección u otra, sino que entran en la pared precisamente para no ocupar el espacio de exposición. Georgiana Iacob, del Departamento de Educación, Comunicación y Proyectos Culturales del Museo Nacional de Arte de Rumanía.
«La última habitación, en la planta baja, dedicada a Luchian, tiene una claraboya para crear una luz difusa, muy adecuada para admirar obras de arte. También en la planta baja se encuentra una de las hermosas habitaciones de este edificio, la biblioteca-oficina del coleccionista, donde se presentan obras firmadas por Theodor Pallady. El piso superior tiene una serie de habitaciones pequeñas, las antiguas habitaciones de la familia. Estas salas ahora se están transformando en pequeñas salas de exposiciones. Los pasillos de conexión, donde la luz no es tan fuerte como para perturbar las exposiciones, están dedicados a los dibujos. También aquí, arriba, la colección de arte francés abarca dos salas pequeñas».
El último recorrido es el del Museo Theodor Pallady, un museo muy especial, porque no cuenta solo una historia, sino tres. En primer lugar, sería la historia de La Casa Melik, que parece ser la casa habitada más antigua de Bucarest. Gracias al recorrido, pueden ver no solo el exterior de este edificio, sino también el interior: la escalera, el piso, el gran salón, desde el que pasamos a las habitaciones laterales y el hermoso y oscuro porche, específico de la arquitectura de la época.
Georgiana Iacob:
«La segunda historia es la del propio artista, Theodor Pallady. Pero se trata de un Pallady muy interesante porque está representado por su período francés. Hay varias obras en óleo y una impresionante colección de unos 800 dibujos, realizados por el artista durante su estancia en París. Estos dibujos representan un paseo por el París de entreguerras, un París muy querido por el artista. Las obras son especiales porque permanecieron en el estudio del artista cuando regresó, pensaba él, por un corto tiempo a Rumanía. Lamentablemente, nunca volvería a la capital francesa. La tercera historia es la de Gheorghe Răut, amigo de Pallady en París, con quien vivió en el mismo edificio en Place Dauphine. Era un banquero y un gran amante del arte, un apasionado coleccionista. A finales de los años 1960, principios de los 1970, decidió donar una parte de su colección al Estado rumano. Básicamente, el Museo Pallady presenta esta colección muy heterogénea, junto con las obras bajo su cuidado, firmadas por el artista rumano. La colección Gheorghe Răut nos presenta las preocupaciones del coleccionista, cuyo objetivo era el arte europeo, y también objetos del arte oriental».
El contacto directo con el arte es único, pero hasta que se abran las puertas del Museo Nacional de Arte, los recorridos virtuales y los catálogos en línea serán un verdadero placer para todos los amantes de la belleza.
(versión española: Simona Sarbescu)