El Museo de Historia Nacional y Arqueología de Constanza
Hoy nos dirigimos hacia el litoral rumano para visitar el Museo de Historia Nacional y Arqueología de Constanza, uno de los museos más hermosos de Rumanía.
Daniel Onea, 17.09.2020, 07:45
Hoy nos dirigimos hacia el litoral rumano para visitar el Museo de Historia Nacional y Arqueología de Constanza, uno de los museos más hermosos de Rumanía. Aquí encontrarán un patrimonio impresionante, que consta de más de 430.000 objetos que datan del Paleolítico hasta incluso la época moderna. Aunque ahora las salas del museo están cerradas, la institución ofrece a los turistas un interesante recorrido virtual.
El museo difiere de otras instituciones similares ubicadas en otros distritos por el hecho de que, aunque enfatiza la historia de Dobruja, también tiene un área temática nacional. Podemos admirar objetos de origen griego, romano, bizantino y medieval, de cerámica, y también herramientas y armas de piedra, bronce y hierro. No faltan elementos arquitectónicos antiguos: columnas, capiteles y frontones. Además, hay esculturas antiguas, jarrones de vidrio, estatuas de bronce y joyas. Por otro lado, en la colección numismática hay monedas de plata, bronce y oro, algunas de ellas únicas. Todos, objetos con una gran carga histórica.
Cristian Ceagra es guía del museo y publicista:
Dobruja es un territorio milagroso, desafortunadamente poco conocido. Es un lugar donde la historia es muy rica. Donde quiera que vaya, encontrará lugares y una historia muy especial. Es el lugar donde tenemos tierra, el Danubio y el mar, el lugar donde tenemos un delta absolutamente fenomenal e historias fascinantes. Estas historias siempre tienen un poco de verdad, porque en su apoyo vienen todo tipo de vestigios antiguos, algunos únicos en el mundo, como la serpiente Glykon. Todos estos, juntos, son una tarjeta de presentación extraordinaria. Ningún extranjero que venga aquí se sentirá extraño, porque Dobruja es una zona multicultural y multiétnica.
La serpiente Glykon representa una deidad en la mitología romana. Es una estatua única en el mundo, del siglo II a. C., y se encuentra en la planta baja del museo, donde encontrarán otras piezas únicas. Por ejemplo, el grupo estatuario Fortuna con Pontos, protectores del puerto y la fortaleza de Tomis, del siglo II-III a.C., Edécula con la doble representación de la diosa Némesis, una de las piezas más notables del Museo, del siglo II a. C. y algunas colecciones de joyas de oro. En la planta de arriba, verán los enormes colmillos de un mamut, ya que esta parte del museo presenta una época histórica distinta. Cristian Ceagra, guía del museo y publicista:
Aquí se ve también un cráneo de oso, descubierto en una cueva. La fauna era bastante diferente. En ese período, el hombre ya no es un cazador-recolector, desde el nómada se vuelve sedentario, aparecen todo tipo de culturas neolíticas. La cultura desempeña un papel muy importante, así como la cerámica. Una vez que se vuelve sedentario, el hombre construye su hogar y comienza a administrarlo. Tenemos una reproducción que muestra cómo vivía la gente hace 6-7.000 años, un período en el que se abandona la ropa de pieles de animales, y empieza a hacerse de tela.
Dentro del museo, no faltan las exposiciones, continúa Cristian Ceagra, guía del museo y publicista:
Tenemos todo tipo de exposiciones con las que tratamos de atraer al público en general, porque nos dirigimos tanto a extranjeros como también a rumanos, tanto a especialistas como también a personas comunes. Intentamos sorprender a todos y esto es posible, porque cuando tienes una historia tan hermosa y larga es imposible no traer un elemento de novedad, incluso para alguien que ha buscado en internet y cree que sabe algo sobre Dobruja. Invito a todos los que han leído un poco sobre Dobruja a venir aquí y ver que lo que han leído es solo un 1% en comparación con lo que hay en el territorio. Frecuentemente organizamos exposiciones. El museo se basa, de hecho, en artefactos de la antigüedad, pero no se olvida de destacar los otros elementos. En una exposición de periódicos, por ejemplo, presentamos periódicos de hace 100 años, bilingües, periódicos de comunidades étnicas locales.
La duración media de una visita al museo es de dos horas. Pero en línea, en un recorrido virtual, pueden tomar todo el tiempo que deseen. Y definitivamente tomarán más tiempo, ya que querrán aprender más sobre las leyendas y la historia de cada uno de los artefactos. Y habrá un recorrido donde todos encontrarán algo interesante. Cristian Ceagra nos amplía más detalles:
Los turistas se quedan impresionados porque no esperaban esto. Esto es lo que nos dicen tanto en el museo como en la parte antigua de Constanza. Hay muchas cosas que la gente no sabe, y cuando se enteran, la reacción es asombrosa. Nos preguntan por qué no hacemos más publicidad, siendo tan ricos. Cuando tienes una ciudad cosmopolita, con personas de todos los rincones del imperio en el período antiguo, el legado se propaga en tiempos futuros. Por lo tanto, esta región siempre se ha adaptado al epíteto del lugar de todos. Independientemente de la nación, de la religión en esta zona, el judío, el cristiano y el musulmán sabían que nadie sería molestado por nadie y que podían coexistir en paz. Esta es la razón por la cual la ciudad se ha desarrollado de esta manera y, desde 2500 años hasta ahora, nada ha cambiado mucho.
El Museo de Historia Nacional y Arqueología de Constanza fue creado en 1878. Desde entonces, las piezas neolíticas de las culturas Hamangia y Gumelnita, las herramientas agrícolas del período de la esclavitud, los sarcófagos que datan de los siglos I y III, las ánforas grecorromanas, las estatuas que representan a los dioses griegos y las obras de arte han impresionado a generaciones. El recorrido virtual que les invito a realizar se llama Incursiones virtuales en la historia antigua de Tomis. Además, en el sitio web del museo también se les proporciona una galería de fotos, una galería de videos y un mapa interactivo. Todo, para poder disfrutar desde la comodidad de su propia casa de la riqueza del museo ubicado en la costa rumana del mar Negro.
(Versión española: Simona Sarbescu)