Un recorrido por las bodegas rumanas
En vísperas de la vendimia les invitamos a un recorrido por las bodegas rumanas.
România Internațional, 27.09.2013, 18:40
En vísperas de la vendimia les invitamos a un recorrido por las bodegas rumanas. Sobre todo ahora que la Patronal Nacional de la Vid y el Vino ha dado a conocer recientemente que en 2013 Rumanía registrará una cantidad récord de producción de uva y vino.
Lucia Pîrvu, experta catadora, directora de Vinvest, nos cuenta qué significa turismo vinícola:
“Significa destinos turísticos vinícolas, ofrece la oportunidad de presentar antiguos palacetes o mansiones que albergan bodegas tradicionales. También ofrece la oportunidad de pasar algunos días de vacaciones practicando deportes, divertirse o visitar objetivos culturales e históricos, pero lo más importante es que conoceremos los viñedos, las variedades tradicionales, los vinos de la zona. Una variedad tradicional, una manera específica de hacer el vino, están siempre vinculadas a la historia del lugar, de sus tradiciones y costumbres. Los bodegueros suelen enseñar a sus visitantes los viñedos, el proceso de vinificación y organizan sesiones de cata o comidas acompañadas del vino de la zona.”
Efectivamente, las bodegas han dejado de ser unidades de producción industrial o meros almacenes de botellas o barricas. Se han convertido en lugares marcados por leyendas e historias en que se organizan actos culturales, en que se crean experiencias únicas para sus visitantes. Lucia Pârvu nos invita a un periplo por las bodegas rumanas partiendo desde el oeste del país, en Recaş, donde hace diez años se inició el turismo vinícola rumano. Marius Paşca, encargado del turismo en Recaş:
“Todas las actividades están relacionadas con el vino. Organizamos comidas con menús tradicionales típicos de la zona oeste del país o con menús internacionales, acompañadas de los vinos de aquí. Ofrecemos pescado, mariscos, ensaladas, gulash, sarmale (unos rollitos de repollo relleno de carne picada), etc. Nuestra cocina es de muy alta calidad, las comidas están preparadas de tal forma que se puedan asociar con los vinos producidos en la bodega Recaș. Una cata de vinos acompañada de una comida con tres platos asciende a unos 160 lei por persona.”
Lucia Pîrvu, directora de VinVest, experta catadora, destaca también otras bodegas de la parte occidental del país incluidas en la red de turismo vinícola rumano:
“La bodega Wine Princess es famosa por las variedades Cadar, Fourmir, Cabernet, Franc y Burgund. Estas bodegas ofrecen plazas de alojamiento, de forma que se puede pasar aquí un agradable fin de semana. Las bodegas tienen sus variedades específicas. Hablamos de variedades internacionales como Chardonay, Sauvignon Blanc, Riesling, o tintos como Merlot, Cabernet, Sauvignon. Hay también variedades autóctonas rumanas. En la parte occidental de Rumanía las bodegas más conocidas son Elite Win y Petro Vaselo.”
En Transilvania los viñedos no ocupan una superficie muy grande, solo unas 14.000 hectáreas, pero la calidad de sus vinos es muy especial, con notables matices de nobleza y originalidad. El cultivo de la vid se ve favorecido por sus colinas de suaves pendientes perfectas para los viñedos. Lucia Pîrvu, nuestra guía por las bodegas de Rumanía:
“En Transilvania, destaca la bodega Jidvei, con su palacete y las misteriosas historias de la zona. Los nuevos vinos Misterium son realmente misterios basados en las variedades que mejor se adaptan a la zona: Gewurztraminer, Muscat Ottonel, Pinot Gris, Riesling. Aquí podemos visitar el viñedo, entrar en la bodega, comer y catar vinos, ir luego al palacete que alberga mil historias sobre el vino y la gente del lugar. Otra bodega que vale la pena visitar está en Liliac, The Wine of Transylvania. Se trata de una bodega nueva que produce el Nectar of Transylvania, un gran vino para el cual el 70% de la uva se deja deshidratar y del 30% restante se obtiene el néctar, tal como lo sugiere su nombre. Luego cabe destacar la bodega Boieru, también en Transilvania, con su Muscat Ottonel o Gewurztraminer, o la bodega Ţelna con su Fetească Albă, que es una variedad autóctona, o el Sauvignon Blanc. Todos estos vinos dan la tipicidad de la zona vinícola de Transilvania que se caracteriza por un alto nivel de acidez en sus vinos blancos.
En la región de Moldavia se concentra un tercio de la superficie total de viñedos de Rumanía. Lucia Pîrvu nos cuenta cuáles son las bodegas más interesantes de la zona:
Llegamos así pues a Moldavia, donde la bodega Cotnari es inevitable. Los viñedos de aquí tienen una larguísima historia de unos 2.000 años y hablamos sobre todo de variedades autóctonas. Son las Grasa de Cotnari, Frâncuşa, o Feteasca albă, estrechamente vinculadas a la historia de Cotnari. En la zona de Dealu Mare hay unas 20 bodegas, situadas lo largo de unos 60 km. La mitad de estas bodegas cuentan con centros turísticos preparados para presentar la historia de sus vinos. Llegamos luego a Pietroasele, donde hace años se descubrió uno de los mayores tesoros antiguos del mundo y donde existe un centro de desarrollo e investigación de la vid y el vino que cultiva variedades autóctonas muy especiales. También en Pietroasele hay una pensión inédita llamada La Butoaie (donde los Toneles), con zonas de cata y toneles transformados en plazas de alojamiento con dos camas.”
No podemos terminar sin mencionar la bodega Murfatlar de la provincia de Constanza, al sur de Rumanía, un punto destacado en el mapa del turismo vinícola rumano.
(trad. Irina Calin)