Hipodrom, una novela autobiográfica firmada por Nora Iuga
Después de la publicación de la novela Hipodrom (editorial Polirom, 2020), la escritora Nora Iuga ha afirmado que descansa escribiendo poesía.
Corina Sabău, 04.02.2022, 19:58
Después de la publicación de la novela Hipodrom (editorial Polirom, 2020), la escritora Nora Iuga ha afirmado que descansa escribiendo poesía. Nora Iuga, una de las escritoras contemporáneas más apreciadas, nació el 4 de enero de 1931. Es poetisa, prosadora, traductora, miembro de la Unión de Escritores de Rumanía y del PEN Club. Ha publicado más de 20 volúmenes de poesía y prosa, entre los que destacan los siguientes: Vina nu e a mea (1968), Captivitatea cercului (1970), Opinii despre durere (1980), Inima ca un pumn de boxeur (1982, 2000), Piața cerului (1986), Dactilografa de noapte (1996, 2010), Spitalul manechinelor (1998, 2010), Autobuzul cu cocoșați (2001, 2010), Petrecere la Montrouge (2012), Cîinele ud e o salcie (2013), ascultă cum plîng parantezele (2016), Săpunul lui Leopold Bloom (1993), La sexagenaria y el joven (2000), Harald și luna verde (2014). Sus libros de prosa y de poesía han sido traducidos a varios idiomas. En 2007, recibió el premio “Friedrich-Gundolf ofrecido por Deutsche Akademie für Sprache und Dichtung, y en 2015, por recomendación del presidente de Alemania, Joachim Gauck, fue condecorada con la orden “Cruz de mérito en el rango de caballero. En 2017, el presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, le ofreció la Orden Nacional “Al Mérito en el grado de comandante. Hemos invitado a Nora Iuga a RRI para hablar de su novela más reciente, Hipodrom, texto con fuertes toques biográficos, dedicado a la ciudad que la formó: Sibiu. Aquí conoció a las monjas del Monasterio Ursulinelor, aquí vio a Jovis, el caballo blanco del escaparate de Schuster, que quedó en su memoria, aquí enseñó alemán durante el régimen comunista, al convertirse en favorita de los estudiantes :
“El proyecto de este libro es muy antiguo. Desde hace unos 15 años pienso que le debo a esta ciudad. Pero no es una deuda en el sentido de obligación, de devolver un préstamo. A lo largo del libro insisto en esta denominación, Hermannstadt, porque yo tengo una conexión con esta ciudad, Hermannstadt, y menos con la actual ciudad de Sibiu. Porque allí fue donde sentí por primera vez el amor a los diez años, sin darme cuenta de lo que significaba este enredo de sentimientos, no podía explicarme esta sensación en una noche de invierno, cuando estaba corriendo por la calle principal hacia el Împăratul Romanilor, el más importante hotel de los sajones de Transilvania situado en Sibiu. Mi padre, quien era violinista y jefe de orquesta, estaba tocando allí, y yo estaba corriendo para llevarle la resina con la que ungía el pelo del arco. Esta ciudad también ha hecho posible conocer a gente que marcó mi destino. Desgraciadamente, muchísimos de ellos ya no están entre nosotros desde hace mucho tiempo. Ya no están mis monjas del Monasterio Ursulinelor, a las que debo la mitad de mi ser. Cuando hablo, en mis libros, de Nora A y de Nora B, no es una casualidad. Yo estoy hecha de dos mitades antagónicas, y esto no es algo inusual. Estoy absolutamente convencida de que en cada persona hay dos personajes antagónicos y casi incompatibles, que se pelean todo el tiempo.Y si Nora A es la traviesa loca, Nora B es la sabia que regaña todo el tiempo a Nora A.
También hemos hablado con Nora Iuga de cómo ha construido la novela Hipodrom, que presenta una vida durante tres dictaduras, las instauradas por Carlos II e Ion Antonescu, seguidas por la dictadura comunista. Nora Iuga:
“Hay dos categorías distintas de escritores, algunos que construyen y otros que se dejan llevar por aquel dictado interior, y yo, evidentemente, estoy en la segunda categoría. Este dictado interior se puede comparar con los recuerdos, porque no podemos controlar los recuerdos que nos invaden. Y algunos recuerdos tienen una precisón que casi nos asusta, debido a los recuerdos podemos revivir ciertos acontecimientos casi tal y como sucedieron. A mí me parece que, de alguna manera, los recuerdos se pueden comparar con los sueños, que pueden tomar la forma de algunas cosas que sucedieron hace mucho tiempo, pero una forma un poco distinta. Pero nosotros podemos identificar estos acontecimientos sucedidos hace mucho tiempo, sabemos que en algún momento, hace mucho tiempo, parece haber vivido esto. En una edad avanzada, cuando uno está completamente solo, la mayor alegría es la de mirar hacia dentro, pero esto no significa necesariamente referirse a su pasado biográfico. Como también se desprende del libro, he vivido bajo tres dictaduras y puedo decir que amo muchísimo el período de la monarquía que viví durante mi infancia y que se ha quedado mucho en mi mente, no me puedo imaginar un período más lindo. Siempre he vivido bajo el signo de unas contradicciones pero, como era niña, no me daba cuenta de que era injusto ir descalzo, como veía a los vendedores ambulantes. Cuando miro atrás, parece una película llena de poesía. Quiero decir que no puedo juzgar muy duramente al mundo. Creo que cada uno de nosotros tiene raíces muy profundas en su infancia, y nadie puede quitarle estas raíces. Cosas que poden ser corregibles hoy eran para mí una fuente de alegría.
Versión española: Monica Tarău