El derecho a una vida libre de violencia y discriminación
La igualdad de género se refiere a la igualdad de mujeres y hombres en cuanto a sus derechos, trato, responsabilidades, oportunidades y logros económicos y sociales.
Corina Cristea, 17.03.2023, 11:35
La igualdad de género se refiere a la igualdad de mujeres y hombres en cuanto a sus derechos, trato, responsabilidades, oportunidades y logros económicos y sociales. La igualdad de género existe cuando hombres y mujeres tienen los mismos derechos, responsabilidades y oportunidades en todos los sectores de la sociedad y cuando los diferentes intereses, necesidades y prioridades de hombres y mujeres se valoran por igual. Bruselas define la igualdad de género como su valor central, un derecho fundamental, un componente esencial del crecimiento económico y un principio fundamental del Pilar Europeo de Derechos Sociales. Pero a pesar de los avances, las desigualdades entre mujeres y hombres en los mercados laborales, el empleo, la calidad de vida y el puesto de trabajo persisten más de veinte años después del comienzo del siglo XXI.
Según una declaración conjunta de más de 20 embajadas en Bucarest y la Representación de la Comisión Europea en Rumanía, para lograr la igualdad de género es esencial garantizar la participación plena, equitativa, efectiva y significativa de las mujeres en todas las esferas de la vida pública y privada, incluso a través de la representación política y el liderazgo en los procesos de toma de decisiones. Asimismo, los firmantes enfatizan que las mujeres y las niñas tienen derecho a una vida libre de violencia y discriminación. «El progreso en la igualdad de género sigue siendo bajo y desigual en la UE, a pesar de las señales visibles de cambio. Dentro de la Comisión Europea, estamos trabajando para construir una Europa en la que las niñas y las mujeres puedan prosperar y liderar en igualdad de condiciones con los hombres, sin obstáculos», declaró en Bucarest la comisaria europea de Igualdad, la maltesa Helena Dalli, al hablar de la independencia económica y financiera de las mujeres y sobre las herramientas para el equilibrio entre la vida personal y profesional. En Rumanía, el 46 % de las mujeres, frente al 25 % de los hombres, cuidan niños, ancianos o personas con discapacidad en la familia.
Incluso en términos de representación de género en la política, la situación tampoco está equilibrada: las mujeres no están representadas como deberían en los Parlamentos y Gobiernos nacionales, incluida Rumanía, y esto no es beneficioso para la democracia, dice también la comisaria europea. Otro aspecto discriminatorio se relaciona con los salarios, ya que las mujeres generalmente cobran menos que los hombres. La igualdad de género también fue el tema abordado en Radio Rumanía por la catedrática Andreea Paul. «Las mujeres quieren la igualdad de derechos, las mujeres quieren ser capaces de ser competitivas como individuos en el sistema político, social, administrativo, educativo, económico y creo que Rumanía puede ser una nación mucho más fuerte si otorgamos estos mismos derechos de representación a las mujeres y hombres en roles de toma de decisiones», señala Andreea Paul, que ha hablado de igualdad de trato, responsabilidades, recompensa económica similar e incluso igualdad de oportunidades:
«Desde la perspectiva de la brecha salarial, Rumanía está en la cima de la UE con la brecha salarial más pequeña y esa es una buena noticia. En la Unión, las cosas son un poco más complicadas. Y es que, por inercia, teníamos un sistema educativo que facilitaba la educación superior y la asimilación de altas habilidades entre niñas y mujeres. Así que esa es la noticia positiva. Lo que no logramos capitalizar, sin embargo, es esta competencia acumulada en el sistema educativo universitario y de posgrado en los puestos de decisión públicos. En los puestos de decisión privados las cosas, de nuevo, van mucho mejor, aunque no tanto en los consejos de administración de las grandes empresas. Y existe una decisión gubernamental reciente de proponer una cuota mínima de género del 30 % para las directivas de las empresas que cotizan en bolsa. Entonces, en otras palabras, no debe haber menos del 30% ni de mujeres ni de hombres en estos puestos de liderazgo. Pero a nivel básico, de la economía real, las cosas son como son. Estamos lejos de ese porcentaje de representación».
«Tenemos un desfase de dos décadas en comparación con los países de Europa, que han logrado obtener los indicadores más altos de calidad de vida, y una de las herramientas a través de las cuales esto se logró es incluso la igualdad de género», dice Andreea Paul. «Estamos hablando de un 30 % cuotas de representación, estas cosas se decidieron en los países desarrollados del mundo hace 20-30 años»:
«Aquí está la brecha de mentalidad que tenemos que recuperar. Y seguro que los cambios exponenciales durante este periodo, el entorno digital y el hecho de que la voz de la mujer se escuche con más claridad facilitan la compresión de la historia y no tenemos que esperar otros 30 años para equilibrar estas cosas. Pero necesitamos leer un poco más y comprender un poco mejor las perspectivas y hablar con más confianza sobre la igualdad de género. Y respetemos a las feministas, porque aquí también se ha creado una connotación negativa en torno a ellas. En realidad, tenemos que agradecer a todas las feministas que nos permitieron a las mujeres de hoy votar. Y esto sucedió en menos de un siglo, nuestro acceso a cualquier tipo de trabajo que queramos, nuestro acceso a estudios de doctorado, primero universitario, luego doctoral, nuestro acceso a cargos públicos, nuestro acceso a igual salario por igual trabajo, todos los derechos que he mencionado y muchos más se deben, de hecho, al activismo de las feministas que han sido tan acosadas en las últimas décadas».
Pero, agrega Andreea Paul, el resultado de su labor nos hace, hoy, una vida más equilibrada y digna.
Autora: Corina Cristea
Versión española: Simona Sârbescu