La dimensión del terrorismo en 2019
Definido como una táctica de lucha no convencional, el terrorismo se basa en la producción de un efecto psicológico generalizado de pánico e intimidación.
Corina Cristea, 01.11.2019, 13:35
Los atentados ocurridos hace 18 años en Estados Unidos cambiaron el
mundo. Casi 3.000 personas, incluidos rumanos, fueron asesinadas después de que
19 terroristas de la red Al Qaeda secuestraran cuatro aviones comerciales, el
11 de septiembre de 2011. Estos atentados son considerados los más sangrientos
de la historia y las acciones para combatir el terrorismo aún no han
finalizado. Los atentados sacaron a la luz vulnerabilidades y cambiaron la
política internacional.
Invitado a Radio Rumanía, el general Decebal Ilina pasa revista a la
coyuntura en la que se produjeron los atentados:
El terrorismo se basa en
el elemento sorpresa. En la primera línea de defensa en la lucha contra el
terrorismo están los servicios de inteligencia, pero se ha demostrado que
dichos servicios, aunque tenían ciertos datos, no pudieron corroborarlos e
interpretarlos. También disponían de muchísimos indicios que habrían podido
ayudarles a darse cuenta de que se estaba preparando un atentado contra los EE.
UU., pero por demasiada ingenuidad o por otras consideraciones, no actuaron en
el momento adecuado. Lo positivo de toda esta situación fue la creación de una
coalición internacional contra el terrorismo dirigida por los servicios de
inteligencia, es decir se hace una transferencia de información y esto es muy
importante porque cada uno puede contribuir con elementos para establecer
algunos detalles que puedan combatir estos actos de terrorismo. Por la manera
en la que actuaron los Estados Unidos nos dimos cuenta de que fueron tomados
por sorpresa. Desde mi punto de vista, la historia no enseña nada a nadie, pero
castiga a los que no conocen sus lecciones. Es decir los EE. UU. no tuvieron en
cuenta los numerosos actos terroristas que habían sucedido antes del 11 de
septiembre.
Definido como una táctica de lucha no convencional, el terrorismo se
basa en la producción de un efecto psicológico generalizado de pánico e
intimidación, aumentado por el uso manipulativo de los medios de comunicación
para alcanzar un objetivo difícil de realizar mediante medios democráticos o
convencionales. En opinión de Decebal Ilina, con todos los esfuerzos
internacionales por combatir este flagelo, incluso mediante la creación de la
coalición internacional antiterrorista, dirigida por EE. UU., la humanidad aún
no ha encontrado la solución que reduzca el peligro del terrorismo:
El terrorismo ha
acompañado al mundo desde los tiempos más antiguos. En todo este período, la
comunidad internacional ha centrado su atención en cómo combatir los efectos de
estos casos de terrorismo y menos en cómo combatir las causas. Las personas no
nacen terroristas, las mujeres no nacen terroristas, sino niños libres, gente
libre. Estas personas se convierten en terroristas debido a las condiciones, al
ámbito en el que viven. Pienso que este mundo podría ser mejor si
reemplazáramos estas vías belicosas de la guerra por la diplomacia. Me parece justo lo que está haciendo el
presidente Trump, ha empezado a dialogar y piensa en retirar las tropas
estadounidenses de la mayoría de los conflictos iniciados por sus predecesores.
Los datos estadísticos indicaban hace algunos años que el número de atentados
terroristas estaba en aumento, sobre todo en el Sudeste Asiático, en el Próximo
y Medio Oriente, en el Norte de África y en Europa Occidental, en Francia y
Bélgica. Por ejemplo, el Instituto para la Economía y la Paz de Sídney
centralizó los datos del 2014 según los cuales más de 32.000 personas perdieron
la vida en atentados, un 80% más que en el año anterior. Los países más
afectados por el terrorismo son
Afganistán, Irak, Nigeria, Pakistán y Siria. De más de la mitad de las víctimas
fueron responsables las organizaciones terroristas Estado Islámico y Boko Haram,
una organización terrorista africana activa sobre todo en Nigeria. También Al
Qaeda continuaba representando una amenaza. Sin embargo, el número de víctimas
de los ataques terroristas disminuyó de manera significativa a nivel mundial en
2018.
En una entrevista para Deutsche Welle, el experto en terrorismo
Matthew Henman ha explicado cuáles son las causas y por qué no debemos ser muy
optimistas. En los años 2016 y 2017, el
número de atentados terroristas aumentó dramáticamente como resultado de la
lucha por el control territorial en Irak y Siria, especialmente en Mosul y
Rakka pero también por la lucha en áreas controladas por el Estado Islámico. En
2018, no fue el caso. La decreciente cifra de atentados en Siria e Irak ha
contribuido a reducir más la cantidad de ataques terroristas en todo el mundo.
Así que todo se debe al debilitamiento del Estado Islámico. Sin embargo,sería
un error muy grave pensar que el Estado Islámico ha sido derrotado. Aunque haya
perdido la mayor parte de su territorio, el año pasado seguía siendo la
organización terrorista que más muertes causó en el mundo. La amenaza no sólo
sigue existiendo en Irak y Siria, sino también en Afganistán, África
occidental, Yemen, Somalia y el Sudeste Asiático. Sólo los talibanes serían
comparables al Estado Islámico. Fueron responsables del doble de muertes
en 2018 frente al año anterior, especialmente entre las fuerzas de seguridad
afgana hubo muchas víctimas, según afirmó
Matthew Henman.
Desde el comienzo de este año, tan sólo en Kabul, casi 200 personas
fueron asesinadas y unas 90 resultaron heridas en ataques terroristas.