La zona del mar Negro y las tensiones emergentes de la región
La región ampliada del mar Negro se parece cada vez más a un eje geopolítico que representa un espacio de interés estratégico para los circuitos económicos así como un puesto de avanzada de la OTAN y de la Unión Europea.
Corina Cristea, 21.07.2017, 16:03
La región ampliada del mar Negro se parece cada vez más a un eje geopolítico que representa un espacio de interés estratégico para los circuitos económicos así como un puesto de avanzada de la OTAN y de la Unión Europea, aunque las fuentes de inseguridad se han diversificado en los últimos años debido a fenómenos tales como el terrorismo, la proliferación de las armas de destrucción masiva, los materiales fusionables, químicos y biológicos, el tráfico de armas, drogas y personas o la inmigración ilegal. Sobre este trasfondo, la amplificación de la lucha antiterrorista y contra el crimen organizado junto con el aumento de la competición por los recursos energéticos y sus vías de transporte han situado al mar Negro en el centro de la atención de los organismos europeos y euroatlánticos.
Partiendo de la premisa de que el mar Negro representa un eje estratégico, este tema ha sido debatido recientemente también en el Instituto Hudson de EE. UU. que junto con el Instituto Rumano de Investigación han organizado una conferencia centrada en las tensiones emergentes en esta región, desde la perspectiva de la seguridad militar y estratégica.
La corresponsal de Radio Rumanía en Washington, Doina Saiciuc, nos describe el contexto geopolítico de la región tal como ha sido presentado en la reunión:
“A lo largo de esta gran parte de la historia registrada, el mar Negro ha sido y sigue siendo un eje estratégico. Hoy en día, en una región en la que Rusia anexionó Crimea y en el presente apoya la insurgencia del sudeste de Ucraina, donde Moscú asiste militar y políticamente las regiones separatistas de Transnistria de la República de Moldavia y Abjasia de Georgia, donde Rusia consolida la base militar en el mar Negro y donde los aviones rusos incomodan a las naves estadounidenses, tres países de la OTAN son países de costa en el mar Negro y deben hacer frente a la ampliación de la presencia militar de Rusia. Estos países son: Rumanía, Bulgaria y Turquía.
Laurentiu Pachiu, uno de los fundadores de un grupo para la política energética, ha hablado sobre la seguridad en el mar Negro en un momento en que después de la anexión de Crimea, Rumanía se vio obligada a compartir frontera en el mar Negro con la Federación Rusa. “Desde la perspectiva de la actual seguridad energética, el continente europeo se enfrenta a tres amenazas y retos de seguridad: las amenazas clásicas, afectadas hoy en día por el terrorismo, las armas de destrucción masiva, los conflictos regionales y el crimen organizado, el cambio climático y las amenazas sobre la seguridad cibernética, según cuenta Laurentiu Pachiu. Luego, añade que “tenemos la dimensión interna de la seguridad energética que en Europa se enfrenta a varios retos. Los países de la UE tienen una política energética diferente: algunos see basan en el carbón y en la energía nuclear mientras que otros deben importar mucho gas natural.
Al mismo tiempo, un reto de seguridad energética mayor está representando por el hecho de que la mayoría de los países de la UE depende de un solo proveedor de gas natural: Rusia.
Expertos en relaciones internacionales y diplomáticos han debatido en Constanza, ciudad ubicada en el sudeste de Rumanía, en el marco del Foro “Black Sea and Balkans Security 2017, sobre los retos a los que se enfrentan los países de la región entre los cuales figuran la seguridad energética y cibernética, las acciones de guerra de información y la militarización de la región del mar Negro.
Escuchemos ahora la declaración del embajador Sorin Ducaru, asistente del secretario general de la OTAN:
“La Alianza se enfrenta al contexto de seguridad más complejo de una generación. Hay una combinación de amenazas de tipo convencional clásico que tal vez tienen que ver con la razón de ser de la Alianza. La otra categoría la representan las amenazas no convencionales o las amenazas emergentes en contra de la seguridad internacional y de la Alianza así como estas tendencias que aluden a la manipulación de la información.
En cuanto a las medidas que hay que tomar contra estas amenazas, Sorin Ducaru ha precisado que el enfoque de la Alianza del Atlántico Norte se centra en dos componentes:
“Uno que tiene que ver con el territorio aliado y de los países miembros, la defensa colectiva, mientras que el objetivo del otro componente es consolidar las capacidades de defensa, especialmente en la lucha contra el terrorismo, hasta la posibilidad de ofrecer ciertas capacidades para responder de manera eficiente a estas amenazas.
A la luz de los factores determinantes para la seguridad regional, la política exterior de Bucarest está construida en la idea de que los Balcanes Occidentales y el mar Negro deben ser tratados juntos desde el punto de vista de las amenazas contra la seguridad.