La seguridad alimentaria y nutricional, entre las prioridades de la UE
La seguridad alimentaria figura, junto con el desarrollo de la agricultura a través de métodos innovadores, entre las principales prioridades políticas de la UE.
Corina Cristea, 13.05.2016, 13:56
La seguridad alimentaria figura, junto con el desarrollo de la agricultura a través de métodos innovadores, entre las principales prioridades políticas de la UE. Su objetivo es proteger al consumidor, garantizando el buen funcionamiento del mercado único. Así, se han establecido ciertos estándares para garantizar la higiene de los alimentos y la salud de los animales y las plantas, y también para luchar conta la contaminación con sustancias como los pesticidas. Se han efectuado controles rigurosos, ya que las importaciones de fuera de la Unión deben respetar los mismos estándares que los alimentos comunitarios. Se han establecido límites para los aditivos y los residuos procedentes de medicamentos veterinarios y productos fitosanitarios, así como un sistema estricto para la autorización y la comercialización de organismos modificados genéticamente. Roxana Morea, consejera de prensa de la misión de la CE en Bucarest, ha explicado las regulaciones de la política europea de seguridad alimentaria:
“La seguridad alimentaria y nutricional tiene como objetivo garantizar el acceso universal a los alimentos en cantidades suficientes, baratas y nutritivas. A través de su apoyo en este ámbito, la UE pretende elaborar y consolidar la capacidad de adaptación a la crisis alimentaria y aportar todo lo necesario a los países del mundo para que nadie pase hambre. La lucha contra la desnutrición es un elemento clave, que intenta dar una oportunidad a los niños desfavorecidos para que tengan una vida más saludable, acceso a la educación y un futuro mejor. Actualmente, una de cada ocho personas muere de hambre cada día, sobre todo en el África subsahariana y el sur de Asia. Por esta razón, la lucha contra la hambruna es el primer objetivo del desarrollo milenario. El marco de la política europea de seguridad alimentaria ha establecido que esta seguridad, junto con la nutrición y la agricultura duradera son prioridades clave para la UE, sobre todo en el ámbito de la política de cooperación para el desarrollo”
Bruselas tiene previsto aumentar, antes de 2030, la producción de alimentos de buena calidad y a precios razonables. También quiere alcanzar un crecimiento sostenible y favorable a la inclusión en el contexto del cambio climático global, la reducción de los recursos naturales y el aumento de la población mundial. Nuevamente al microfóno, Roxana Morea:
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“El acceso a la comida es un reto en sí mismo. El acceso no es lo único importante, sino que importa también que la nutrición, es decir la comida disponible, sea nutricionalmente adecuada. La política de la UE prevé un apoyo especial a los países en vías de desarrollo para que éstos, mediante el apoyo de la UE, cubran los cuatro pilares reconocidos en el ámbito internacional en el marco de la cumbre mundial sobre la alimentación de 1996: el crecimiento de la disponibilidad de los recursos alimentarios, la mejora en el acceso a estos recursos, una mejora en el contenido nutricional del consumo alimentario y la consolidación de la capacidad de respuesta y gestión de las crisis. Desde este punto de vista, la seguridad alimentaria es un aspecto de la política de la UE en el que el compromiso de la Unión es para una coherencia con toda la política de cooperación para el desarrollo. Para un aumento en la adaptación a las crisis son importantes los proyectos de prevención y preparación. Éstos tienen previsto la gestión de los riesgos cíclicos, como los huracanes o las fuertes tormentas, o las vulnerabilidades que no se pueden anticipar, como los terremotos.”
Un importante capítulo en la política europea respecto a la seguridad alimentaria es la prevención de la transmisión de las enfermedades de los animales a las personas. Las normas de la UE garantizan que las zoonosis, como la salmonelosis o la tuberculosis se mantienen bajo control y que sólo los animales sanos y los productos procedentes de estos animales entran en la red alimentaria. Un aspecto igual de importante es la limitación del empleo de los antibióticos en las granjas. El empleo de antibióticos para compensar el crecimiento impropio de los animales y las aves ha conllevado al aumento de la resistencia de las bacterias a los tratamientos para personas. Dado que casi la mitad de los antibióticos fabricados en el mundo se usan en las granjas, se imponen ciertas medidas, según han decidido recientemente los eurodiputados, que han votado una propuesta para actualizar la legislación de la Unión Europea sobre los medicamentos veterinarios, para restringir el uso de los medicamentos antimicrobianos existentes y el desarrollo de otros nuevos. Todo esto mientras que la Organización Mundial de la Salud ha advertido que corremos el riesgo de acercarnos a una era posantibiótica en la que la resistencia microbiana causará anualmente más muertos que el cáncer. He aquí la declaración del presidente del Colegio de Médicos Veterinarios de Rumanía, Viorel Andronie:
“Esta información representa una señal de alarma y todos los responsables implicados en este sector tienen que darse la mano y cada uno debe hacer lo que haga falta en su ámbito para alcanzar el nivel máximo en la reducción de la resistencia a los antibióticos. Y lo que es muy importante, tenemos que dar a la gente la posibilidad de beneficiarse de los antibióticos cuando los necesiten.”
Rumanía prohibió a partir de 2006 el uso de los antibióticos como promotores del crecimiento.
(Corina Cristea. versión española: M.Tarau y S. Sarbescu)