Cuaresma: restricciones alimenticias sí, comida basura no
Ha comenzado la Cuaresma Grande, un periodo de particular importancia, de preparación del alma y del cuerpo para la celebración de la Resurrección del Señor.
Luiza Moldovan, 01.03.2023, 11:26
Ha comenzado la Cuaresma Grande, un periodo de particular importancia, de preparación del alma y del cuerpo para la celebración de la Resurrección del Señor.
Las restricciones alimentarias son conocidas por todos, pero hoy hablaremos sobre un problema relativamente reciente: el consumo sin precedentes de comida de Cuaresma de mala calidad, comida basura vegana, como la llaman los nutricionistas. Tiene un sabor delicioso, pero pocos de nosotros cuestionamos los ingredientes de estos alimentos potencialmente peligrosos, tanto como el otro tipo de comida basura a la que estamos acostumbrados, la comida rápida de todos los días. Seguimos la Cuaresma, claro, pero veamos cuánto daño nos puede hacer una hamburguesa vegana precocinada, que simplemente ponemos en la sartén durante cinco minutos. Para ello hablamos con Claudia Buneci, instructora de salud funcional, quien nos explica qué es la comida basura de Cuaresma y por qué sería bueno evitarla:
«La mayor desventaja de la comida basura de Cuaresma es básicamente que no ganamos nada por el hecho de seguir la Cuaresma. Esta comida basura vegana, como yo la llamo, son alimentos que contienen conservantes, contienen todo tipo de ingredientes dudosos, o sea, no son ingredientes que entendamos, a veces también contienen colorantes que no son nada saludables, además, son una fuente de grasas trans, las grasas más perjudiciales para el sistema cardiovascular y para nuestra salud en general. A veces contienen azúcares o mucha sal, precisamente porque la sal o el azúcar tapan su sabor básico. Entonces, básicamente, lo que nos traen estos productos procesados es más inflamación y más dolor para la digestión de nuestro cuerpo que nutrientes y que alimento para nuestras células».
Nadie dice que tengamos que someternos a costosas restricciones culinarias de aquí a Semana Santa. Los expertos en nutrición insisten en que una comida sencilla puede ser nutritiva y sabrosa al mismo tiempo. La comida de Cuaresma (o vegana, si se quiere llamar así) es una delicia y también un regalo para nuestro cuerpo. Después de todo, mens sana in corpore sano, ¿no?
Claudia Buneci nos echa una mano, explicándonos cómo pensar en nuestra alimentación de tal manera que no pasemos hambre, ni nos falten nutrientes importantes:
La comida sana de Cuaresma es también sabrosa. Quiero que los oyentes recuerden esto: no tenemos que esforzarnos mucho y también es importante recordar que nos puede saciar. Insistiría en que cada comida, durante la Cuaresma, debe contener una fuente de proteína vegetal y aquí puedo dar algunos ejemplos: garbanzos, lentejas, guisantes, alubias e incluso champiñones, quinoa, trigo sarraceno o chía. Es importante pensar nuestra comida en torno a una fuente de proteína vegetal, para que tengamos energía, alimentemos nuestros músculos durante este periodo, no pasemos hambre y tengamos apetito cada hora y media. Es importante pensar nuestra comida en torno a esta saludable proteína vegetal. No digo que la soja no pueda ser una proteína vegetal saludable, pero recomendaría de manera óptima la soja fermentada, luego, en segundo lugar, la soja orgánica sin fermentar y en tercer lugar, la soja non-MGO (no modificada genéticamente) —la tradicional, por así decirlo, pero estando seguros de que no ha sido modificada genéticamente—; una forma de proteína que no recomiendo procesada, sino lo más parecida posible a su forma natural: los granos de soja que se hierven, o el bien conocido tofu. Después, por supuesto, recomiendo comer muchas verduras. No es casualidad que los periodos de Cuaresma se sitúen donde están en el año, en épocas óptimas de limpieza corporal, en las que ayudemos a nuestro hígado, en las que hay muchas hojas verdes, muchas verduras, así que tenemos que aprovecharnos de la Cuaresma en todos los niveles, incluso el espíritu tiene necesidad de un cuerpo limpio. Recomiendo comer muchas verduras y frutas, pero el énfasis está en la quinoa. Queremos disfrutar de la Cuaresma en todos los niveles y queremos que sea un periodo de limpieza profunda del organismo. También tenemos a mano los pseudocereales, que son extremadamente valiosos desde el punto de vista nutricional y también vienen con proteínas: mijo, quinoa, trigo sarraceno. Vienen con proteínas, pero también vienen con carbohidratos complejos de calidad; la avena es muy preciada, pero queremos que sea integral y no los copos que consumimos con mucho azúcar».
Además, un buen puñado de frutos secos, de vez en cuando, aportan grasas saludables al organismo e inducen rápidamente la sensación de saciedad.
Claudia Buneci, instructora de salud funcional:
“Además, también tenemos nueces y semillas, pero no deben ser la base de nuestra dieta, sino que deben consumirse en un porcentaje menor y ser de la mayor calidad posible. Y si es posible abrir estos frutos secos justo cuando los comemos, sería óptimo. Me gustaría mencionar las pipas de calabaza, las semillas de lino, de chía, de sésamo, las últimas 3 molidas o remojadas, cuando las comamos, para que podamos digerirlas. Tengamos variedad y color en el plato y no olvidemos que se deben pensar las comidas de Cuaresma para que nos sacien. Son absolutamente necesarias las proteínas, los hidratos de carbono que comentábamos, que obtenemos de los pseudocereales, cereales y verduras, como la patata y el boniato, por ejemplo, y las grasas, que obtenemos de los frutos secos, de las semillas, pero también del buen aceite de oliva, del aceite de aguacate o del aceite de lino. Necesitamos comidas completas, con todos los macronutrientes y tantos micronutrientes como sea posible».