Rumanía, abandonada
El término diáspora proviene de la unión de dos términos griegos: dia (alrededor) y spora (esparcir).
Luiza Moldovan, 07.12.2022, 11:42
El término diáspora proviene de la unión de dos términos griegos: dia (alrededor) y spora (esparcir). El término se generalizó para todas las comunidades que terminaron viviendo fuera de las fronteras de su país de origen. En cuanto a los rumanos, 2021 fue el año del mayor éxodo de los últimos 30 años. Sobre el papel, aproximadamente 5,8 millones de rumanos han abandonado el país, pero otras estimaciones se inclinan hacia los 9 millones. No es posible establecer claramente cuántos rumanos hay en el extranjero porque muchos no tienen documentos o no declaran su residencia. Italia ocupa el primer lugar en las preferencias de residencia de los rumanos, y España y Alemania se posicionan en los siguientes lugares. Muchos otros rumanos se encuentran en Estados Unidos, Gran Bretaña, Portugal, Francia, Holanda, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Por grupos de edad, la mayoría tiene entre 25 y 45 años. ¿A qué se debe este éxodo? ¿Qué pasa con los que se van? ¿Qué implicaciones tiene esto para Rumanía? Hablamos sobre la diáspora rumana con Claudiu Târziu, experiodista, ahora senador de la Alianza para la Unión de los Rumanos, la oposición parlamentaria, y presidente de la Comisión para los Rumanos de Todas Partes:
«Obviamente, todos los que dejan Rumanía para trabajar en el extranjero lo hacen por un mejor salario y mejores condiciones de vida. Los rumanos están insatisfechos con lo que se les ofrece en cuanto a sus carreras y posibilidades de desarrollo personal y familiar. Está absolutamente claro que Rumanía no puede proporcionar puestos de trabajo con una remuneración acorde con el nivel de especialización necesaria, y no puede proporcionar puestos de trabajo para aquellos que no están cualificados. Hay algunas áreas donde las cosas se han regulado (me refiero a la construcción y la agricultura, pero últimamente también están retrocediendo). En la agricultura todavía hay grandes problemas porque dependemos del clima de afuera, del tiempo que hace, de lo que Dios nos logra dar, y no tenemos sistemas de riego, no tenemos la capacidad de trabajar la tierra al más alto nivel profesional, por muchos motivos. También, en la construcción, estamos sufriendo porque los precios de todos los materiales de construcción han aumentado enormemente (esto también como resultado de la guerra en Ucrania, pero no solo por eso), han aumentado como resultado de la liberalización de los precios de la energía, y así estamos experimentando un retroceso en estas áreas donde las cosas se habían estabilizado y donde aún se podían obtener ganancias y, por lo tanto, ofrecer mejores salarios. Es por eso que los rumanos se van, especialmente porque no se les puede pagar al nivel de sus expectativas, expectativas legítimas, diría, pero no solo por esto, sino también por las condiciones generales de vida en Rumanía. Me refiero desde la seguridad personal en las calles, hasta la burocracia y el sistema educativo y el sistema sanitario».
¿Qué extrañan los rumanos que se fueron y qué hace el Estado rumano para traerlos de vuelta? Claudiu Tarziu:
«¿Qué echan de menos los rumanos en el extranjero? ¿Qué es lo que más extrañan? En primer lugar, los que abandonaron el país no tienen a sus familias y, en segundo lugar, carecen de la protección que les ofrece el Estado rumano, protección a la que tienen derecho, como personas con ciudadanía rumana. Desafortunadamente, el Estado rumano no tiene una estrategia con respecto a los rumanos que están temporal o permanentemente fuera de las fronteras, ni con respecto a los rumanos de comunidades históricas, ni con los rumanos del exilio económico (la llamada diáspora); no tiene una estrategia ni para ayudar a los rumanos en el extranjero que quieren volver a Rumanía a poder hacerlo, ni a aquellos que quieren seguir en el extranjero a poder preservar su identidad nacional y defender sus derechos y libertades allá donde viven. El Estado rumano parece lavarse las manos en lo que respecta a estos rumanos, a todos ellos, hay alrededor de 6 millones de rumanos registrados oficialmente como fuera de Rumanía y que tienen su domicilio en el extranjero o residen en el extranjero, más precisamente un millón de rumanos con su domicilio en el extranjero y más de 5 millones de rumanos que residen en el extranjero, pero probablemente hay muchos más sin registros oficiales, sin documentos legales, como dijo el Secretario de Estado del Departamento para los Rumanos en Todas Partes, más de 8 millones. Bueno, el Estado rumano no parece interesado en estos rumanos fuera de sus fronteras, no les ofrecen más que paliativos. Algunos programas culturales aquí y allá, de insignificante valor, algunas visitas oficiales de dignatarios, de vez en cuando, y, por lo demás, absolutamente nada. Solo se busca a esos rumanos durante las campañas electorales, cuando los partidos necesitan su apoyo electoral. Es algo inadmisible y hay que cambiarlo cuanto antes».
El éxodo de rumanos significa automáticamente también el éxodo de categorías profesionales altamente cualificadas, que ahora nos vemos obligados a importar de otros países. Claudiu Târziu:
«Para ayudar a los rumanos que quieren regresar al país, no solo se deben tomar algunas medidas, sino paquetes completos de medidas. Se necesita una verdadera estrategia nacional en este sentido, porque debe apuntar a todos los aspectos de la vida social, no a uno o dos. Podemos traer a nuestros hermanos de fuera de las fronteras de regreso al país (si así lo desean) solo bajo las condiciones en las que aseguramos en Rumanía un clima propicio para una vida digna. Un clima propicio para el desarrollo personal de cada uno, para el establecimiento de nuevas familias, para el nacimiento y educación de los niños en óptimas condiciones. Así que tenemos que cambiar muchas cosas en Rumanía y también tenemos que desarrollar ciertos programas para dedicarlos a los rumanos de fuera de las fronteras, a los que también necesitamos. No solo ellos nos necesitan, si quieren volver a Rumanía, sino que también los necesitamos nosotros a ellos».