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Instituto del corazón, Târgu Mureș, parte central de Rumanía. Un equipo de cardiólogos dirigido por el doctor Horațiu Suciu realiza un trasplante de corazón a una adolescente de 16 años. Vale la pena recordar el momento por muchos motivos. El primero (y el más importante): una mujer joven ha recibido una nueva oportunidad en la vida y una calidad de vida superior. El segundo: el evento tiene lugar después de dos años de pandemia, durante los cuales solo se realizaron de 3 a 5 trasplantes por año. Es una especie de estreno, por así decirlo. El corazón trasplantado fue traído en helicóptero desde Sfântu Gheorghe (centro) y pertenecía a un adolescente de 17 años encontrado en estado de muerte cerebral como resultado de un politraumatismo severo.
Luiza Moldovan, 13.07.2022, 13:54
Instituto del corazón, Târgu Mureș, parte central de Rumanía. Un equipo de cardiólogos dirigido por el doctor Horațiu Suciu realiza un trasplante de corazón a una adolescente de 16 años. Vale la pena recordar el momento por muchos motivos. El primero (y el más importante): una mujer joven ha recibido una nueva oportunidad en la vida y una calidad de vida superior. El segundo: el evento tiene lugar después de dos años de pandemia, durante los cuales solo se realizaron de 3 a 5 trasplantes por año. Es una especie de estreno, por así decirlo. El corazón trasplantado fue traído en helicóptero desde Sfântu Gheorghe (centro) y pertenecía a un adolescente de 17 años encontrado en estado de muerte cerebral como resultado de un politraumatismo severo.
Los trasplantes de corazón en niños son muy poco frecuentes. Para ellos, la insuficiencia cardíaca no solo es galopante, sino también fatal, en un periodo de tiempo mucho más corto que en los adultos. Además, existe también el problema de la falta de donantes jóvenes. La lista de espera para un trasplante es siempre larga para todos los grupos de edades y hay discrepancia entre la demanda y la disponibilidad de órganos para intervención quirúrgica, por lo que 22 pacientes esperan ahora un trasplante de corazón de emergencia.
El doctor Horațiu Suciu, coordinador de trasplantes y jefe del Instituto de Emergencia para Enfermedades Cardiovasculares y Trasplantes de Târgu Mureș, habló con nuestros colegas de Radio Rumanía Târgu Mureș:
“La condición clínica de los niños en la lista de trasplantes se deteriora bastante rápido. Mucho más rápido que en adultos, quienes se pueden mantener con mayor estabilidad hemodinámica y biológica. Los niños se deterioran rápidamente y, desafortunadamente, los donantes en el grupo de edad pediátrica son mucho más escasos que en los adultos. Aquí tenemos una gran insatisfacción porque, lamentablemente, muy pocos niños se benefician de trasplantes.
Anualmente, 400-500 niños con defectos congénitos del corazón quedan sin operar. El 10 % de estos son emergencias neonatales que deben ser operadas en el primer mes de vida. El 40-50 % de ellos probablemente mueren sin llegar a someterse a una cirugía. Decimos probablemente porque no hay estadísticas, nadie hace el seguimiento de estos niños. Esto se debe a que el único centro que puede realizar este tipo de intervenciones está en Târgu Mureș y la capacidad es limitada. Mil niños nacen anualmente en Rumanía con defectos cardíacos congénitos graves.
La decisión de las familias de aceptar la recogida de órganos aún funcionales de niños en muerte clínica es difícil, muy delicada. Las familias generalmente se niegan a hablar con su médico sobre la posibilidad de extraer los órganos de su hijo. Por lo tanto, quien piensa en salvar la vida de otro niño mientras sufre profundamente por la pérdida de su propio hijo, tiene una idea verdaderamente heroica. Así, el órgano extraído tiene un valor inestimable y es un verdadero desafío para el equipo de médicos mantenerlo funcional y garantizar que el trasplante sea un éxito.
El doctor Horațiu Suciu explica para Radio Rumanía Târgu Mureș:
“Los pacientes trasplantados pasan por una etapa postoperatoria inmediata de instaurar un tratamiento inmunosupresor, esto es un gran reto: llevar una terapia de tal forma que no haya rechazo por parte del organismo. Así que prácticamente en el momento presente, los esfuerzos y el desafío van en ese sentido de la tolerancia inmunológica. Desde el punto de vista hemodinámico, cardíaco, estrictamente quirúrgico, la evolución es muy buena. La niña está consciente, despierta, con ganas de colaborar y muy feliz, porque se encontraba en un estado muy avanzado, con una calidad de vida muy deteriorada. Su madre me dijo que apenas podía subir un piso por las escaleras.
Otros dos niños se han salvado gracias a la decisión de la familia de donar los órganos del joven de Covasna que sufrió un accidente a finales de la semana pasada. El hígado llegó a Bucarest para un trasplante hepático a una niña de cinco años hospitalizada en el Hospital Fundeni con la enfermedad de Wilson, y los riñones llegaron a Cluj, al noroeste, también para un trasplante en un menor.
Según el dr. Suciu, en Rumanía son poco frecuentes los casos de jóvenes donantes, siendo el porcentaje de menores de alrededor del 10-15 %. Si bien el número de donantes en general está aumentando con respecto a 1999, es muy pequeño en comparación con el número de habitantes. En comparación con 1999, cuando comenzamos los trasplantes de corazón junto con nuestros colegas de Bucarest, cuando empezó también el trasplante de hígado y hubo 11 donantes, la situación ahora es incomparable. En 2018 alcanzó los 200 donantes por año. Entonces existe un claro cambio de mentalidad, pero la actividad es oscilante, dice Horaţiu Suciu. Se mantiene una tendencia de 100, 100 o más donantes de órganos por año, de los cuales la gran mayoría son de hígado y riñones y el corazón representa alrededor del 10-15 % de estos donantes. El número relativamente pequeño de trasplantes de corazón realizados en Rumanía también se explica por el hecho de que el número de donantes es mucho menor que en otros países, en comparación con la población. Las causas son muchas. Algunas vienen de la forma en que el público percibe los trasplantes, otras del nivel de educación médica, de la forma en que nos relacionamos con las necesidades de nuestros conciudadanos. Lo importante es que tenemos los recursos humanos, los médicos, el personal involucrado en esta actividad y tratamos de hacerlo lo mejor posible y cuantas más veces posible, dijo Horaţiu Suciu.