«La lengua rumana es más espesa que el agua»
No importa lo bien que se integren en sus países de adopción, los rumanos en la diáspora no pueden olvidar sus raíces.
Roxana Vasile, 10.08.2022, 09:34
No importa lo bien que se integren en sus países de adopción, los rumanos en la diáspora no pueden olvidar sus raíces. La sangre es más espesa que el agua, como dice la gente. O bien, la forma más conveniente de sentirse conectados con la madre patria es poder expresarse, cuando existe la oportunidad, en la lengua materna. Porque el lenguaje no solo tiene una función de comunicación, sino también una —esencial— de identidad. En las familias o comunidades rumanas, el idioma es más que un instrumento de comunicación verbal, es la puerta de entrada a través de la cual los rumanos regresan, en sentido figurado, a casa. Parafraseando, entonces, el proverbio mencionado anteriormente, ¡la lengua rumana es más espesa que el agua!
Los Institutos Culturales Rumanos de las grandes ciudades del mundo, las embajadas o las iglesias organizan cursos, escuelas de fin de semana u otras actividades recreativas centradas en el idioma rumano. Están destinadas a los niños de una comunidad específica. La escuela de la que vamos a hablar hoy tiene, sin embargo, una peculiaridad que la diferencia y la singulariza: reúne a todos aquellos que, de todos los rincones del mundo, quieren aprender o mejorar su rumano, lo cual es posible, por supuesto, solo en el espacio virtual.
Delia Pavel vive en Estados Unidos, en Nueva York, desde 2019 y hace dos años tuvo una iniciativa —como ella dice— nacida en suelo americano, pero con profundas raíces rumanas.
En Rumanía, me ocupaba de organizar espectáculos en el área de teatro independiente y actividades culturales y educativas para niños y adultos. Pero elegí mudarme a los Estados Unidos, y cuando llegué aquí, pensé que podría hacer las mismas actividades para los niños rumanos en las comunidades rumanas en el estado de Nueva York, donde estoy. Pero llegó la pandemia y tuvimos que replantearnos la estructura del programa que proponíamos para el entorno online. Pensábamos en hacer actividades exclusivamente en rumano. Y me di cuenta de que, de hecho, los niños no conocen el idioma rumano o saben muy poco. Incluso si se habla rumano en casa, ellos, en la escuela, solo hablan inglés, se olvidan del rumano, llegan a casa y contestan a sus padres en inglés y los padres hablan inglés y, poco a poco, los niños están cada vez menos expuestos a la lengua rumana.
Así nació la escuela PROUD, una plataforma de actividades culturales y educativas creada para niños de comunidades rumanas en la diáspora que han nacido en familias mixtas en las que uno de los padres es rumano o que han nacido en una patria diferente a la de sus padres rumanos, después de que estos decidieran establecerse en el extranjero. Pero escuchemos también a la iniciadora de la escuela, Delia Pavel:
“El entorno online nos ha brindado la oportunidad de exponernos en el mayor número de países posible, hemos capacitado hasta ahora a más de 200 estudiantes y, gracias al método único aplicado por nuestros profesores (porque enseñamos rumano a los niños a través de los juegos, poniendo mucho, mucho énfasis en el desarrollo personal y el aumento de la autoestima), los estudiantes están encantados, se sientan a gusto frente a las pantallas… Somos más que una escuela de lengua rumana. Queremos y logramos inculcar en los niños el orgullo de tener raíces rumanas, despertar su curiosidad por conocer Rumanía, por leer libros en rumano, por hacer amigos en el extranjero unidos por estos lazos invisibles pero fuertes: nuestros orígenes rumanos.
Los estudiantes de la escuela PROUD han sido hasta ahora de Estados Unidos, Canadá, Australia, Dinamarca, Alemania, Reino Unido, Filipinas, Egipto, Nigeria o Dubái. Hay —nos dice Delia Pavel— una gran cantidad de niños con muchas necesidades y expectativas. En cuanto a los cursos —individuales, por grupos de edad o por niveles de conocimiento de la lengua rumana—, estos son realizados para quien quiera aprender desde cero por profesores de lengua rumana de Rumanía, y para quien quiera perfeccionarlo por actores.
Actriz, guionista, docente o coordinadora de cursos de actuación, la polifacética Anca Manolescu forma parte del equipo de mentores de PROUD. Ella misma nos ha contado cómo son las actividades que ella hace con los niños que se conectan online para aprender o mejorar sus conocimientos de rumano:
“Uso muchos métodos que también yo he adquirido, más recientemente, aprendiendo un nuevo oficio: como todo sucede en línea, tuve que rebuscar hábilmente en mi repertorio y, en principio, uso juegos de desarrollo personal a través de la actuación. Hay niños de entre 4 y 12-13 años y os podéis imaginar que la metodología es muy diferente para cada edad, tengo que tener en cuenta el nivel de rumano de cada niño y su personalidad, etc. Hacemos juegos de habla, poemas que a mí me gustan, con los que crecí: desde poesía escrita por poetas rumanos, hasta poemas que usábamos como juego, si os acordáis, frente al portal de casa y juegos que he adaptado para este entorno en línea y que he considerado que pueden ayudar a los niños a acercarse no solo al idioma rumano, sino también a la forma en que vivimos o la forma en que nosotros, los rumanos que crecimos aquí y vivimos aquí, vemos la «rumanidad», desde la comida hasta nuestras expresiones coloquiales, la forma en que nos dirigimos a los amigos y la forma en que nos dirigimos a las personas en un entorno más… estricto. Me alegra ver que reaccionan a la «rumanidad» y las cosas que transmiten, me alegra mucho poder recitarles un poema o contarles sobre lo que pasaba en mi infancia o enseñarles la palabra ˂zarzăr> (albaricoque) que no conocían, porque en otros países no se cultivan albaricoques y, mira, Rumanía aparece en todas partes.
El entusiasmo de los niños y la alegría y satisfacción de los padres que ven su progreso al comunicarse en rumano son los resortes que nos dan la convicción de que lo que hacemos es bueno y de que podemos y debemos continuar, dice Delia Pavel, la iniciadora de la escuela PROUD. Una escuela que, por su propio nombre, inculca en la conciencia de los niños de los rumanos de la diáspora el orgullo de tener raíces rumanas.