Cuando Rumanía da a luz por cesárea
Una estadística de Eurostat realizada a finales del año pasado reveló otra realidad igual de triste: ocupamos el segundo lugar respecto al número de cesáreas en la Unión Europea ya que un 60% de los niños que nacen en Rumanía nacen por cesárea.
România Internațional, 21.10.2020, 17:53
Estamos acostumbrados a que nuestro país esté en las clasificaciones de la Unión Europea con todo tipo de récords tristes. Una estadística de Eurostat realizada a finales del año pasado reveló otra realidad igual de triste: ocupamos el segundo lugar respecto al número de cesáreas en la Unión Europea ya que un 60% de los niños que nacen en Rumanía nacen por cesárea. Sólo Chipre nos adelanta. Si durante el régimen de Ceaușescu el índice de cesáreas era insignificante, después de los años 90, éste empezó a incrementar gradualmente. Las grandes clínicas animan a realizarse este procedimiento porque se paga muy bien. En los hospitales públicos también es muy frecuente. ¿Es posible que las madres quieran evitar el parto natural y optan por cesárea o el médico impone este procedimiento? Irina Mateescu, comadrona licenciada, ha contestado esta pregunta :
“Creo que evitan el parto natural, creo que evitan la imagen actual del parto natural que es un poco traumática. Hay todo tipo de historias sobre el trabajo de parto acelerado, historias de mujeres regañadas o a las que parte del personal médico trata mal, de posturas de nacimiento atípicas, antigravitatorias, y es difícil dar a luz en esa postura. En numerosos hospitales la epidural no es accesible, no es gratuita, y entonces las mujeres tal vez encuentran una razón para evitar la falta de respeto, el dolor, la falta de empatía. El alto porcentaje de cesáreas realizadas en nuestro país tiene mucho que ver con la falsa razón médica, y no con la solicitud de las mujeres. Insisto en esto: hay un enorme porcentaje de cesáreas impuestas por el médico y no solicitadas por las mujeres.”
La obstetra Brândușa Mitroi destaca también el miedo a lo desconocido y la edad de la madre:
“Gran parte de las razones están relacionadas con el caso médico, porque los partos tienden a realizarse a edades más avanzadas y hay también complicaciones como la diabetes gestacional o la hipertensión. Hay también casos en que las complicaciones empiezan durante el trabajo de parto. Y entonces se convierte en una situación de emergencia. Las razones de carácter materno tienen que ver con su decisión, que resulta del miedo a lo desconocido y, muchas veces, de la falta de información. Las razones que tienen que ver con el médico es posible que resulten del incremento de la mala práctica, pero es necesario tomar en cuenta el hecho de que, para el médico, la elección de realizar una cesárea no representa la opción más fácil, porque en el mundo de la medicina es universalmente aceptado que el índice de complicaciones es mayor.”
Hubo épocas en que la comadrona tenía un papel clave en el proceso del parto, pero ahora, al menos en nuestro país, las cosas han cambiado. Ya no hay facultades de comadronas, y esto ha conllevado un gran déficit de comadronas. Desgraciadamente, Rumanía no usa plenamente a sus comadronas, tan pocas como sean. ¿Quién pierde? Irina Mateescu:
“El papel de las comadronas sigue siendo enorme y la prevención, la supervisión que se puede hacer a nivel nacional a través de las comadronas elevaría unos índices de salud y bajaría otros índices de riesgo hasta un nivel muy importante, pero tampoco somos suficientes. Hay menos de 1.000 que trabajan dentro de la Orden de Asistentes y Comadronas, y las demás, hasta las 12.000, cuanto sería el mínimo necesario, se tienen que formar. Si no se vuelven a abrir las facultades, esta posibilidad prácticamente se anula. Actualmente, las comadronas tienen un papel poco significativo en todo el proceso perinatal, porque no quieren implicarnos, no trabajamos según nuestras habilidades. Desmantelaron las facultades. Actualmente, es casi imposible formarte como comadrona. Si quieres ingresar en una facultad ya no hay donde, porque de los 9 centros universitarios, no sé si funciona uno. Hay un mercado de alguna manera sobrecargado de obstetras y de neonatólogos que han asumido el papel de las comadronas, pero no están especializados en esto. Las comadronas se podrían encargar de un 85% de los embarazos.”
La cesárea es tan frecuente en nuestra sociedad, que los esfuerzos de algunas personas de cambiar esta mentalidad parecen inútiles. Parece que hemos olvidado que el parto es parte de la vida, que la naturaleza nos ayuda, y no es nuestro enemigo. La médica Brândușa Mitroi, especialista en obstetricia y ginecología, ha hablado de cómo podríamos renunciar a este pensamiento:
“¿Cómo podemos cambiar las cosas? Pensando que el parto es parte de la vida. En general, la naturaleza no falla y ofrece a cada mujer el niño que ella puede traer al mundo de manera segura. ¿Cómo podemos mejorar esto? Participando en clases prenatales, solicitando cuando sea posible la presencia del padre durante el parto o la analgesia epidural.”
Irina Mateescu ha afirmado que es necesario tener también soluciones administrativas concretas :
“Desde mi punto de vista, como solución, es necesaria la separación de la Orden de Asistentes para poder representar verdaderamente nuestro trabajo y la ayuda en las líneas de turno. El hecho de que una cierta persona venga a ayudarnos en el parto es una anomalía rumana. Y las mujeres han conferido al médico muchísimo de su seguridad emocional. Un médico cansado, que viene de un turno o de un aniversario no es suficientemente eficaz para ayudarte en el parto. La más eficaz es la persona que está de turno, ha descansado y está disponible. Sería recomendable funcionar según unos protocolos. Hay guías que se deben convertir en protocolos y prácticas basadas en las pruebas en cada hospital, es decir uniformizar la atención hacia la salud de la madre y del niño. Hay que uniformizar esta atención y es necesario que haya estándares que se usen en todo el país.”
Otro gran problema en las maternidades de Rumanía es el de que el niño se suele separar de la madre inmediatamente después del parto. Es un tratamiento brutal para el recién nacido, emocionalmente devastador para la madre. ¿Cuándo piensan las comadronas que se encuentre una solución? Irina Mateescu:
“Cuando las comadronas tengan actividad y podamos supervisar cada vez más embarazos, ayudar en el parto y cuidar después de la madre y del niño sin separarles cuando puedan quedarse juntos. La madre y el niño sano se quedan juntos, salen pronto del hospital y están siendo supervisados en casa. Las comadronas lo pueden hacer sin problemas. Lo importante es que nos dejen trabajar también en nuestro país.”
Versión española: Monica Tarău