La escuela rumana y la inclusión socioeducativa
Varios expertos en la educación y las asociaciones no gubernamentales de este sector hacen sus propias evaluaciones del sistema educativo
Christine Leșcu, 22.08.2018, 15:04
En paralelo con los datos oficiales, pero complementariamente a ellos, varios expertos en la educación y las asociaciones no gubernamentales de este sector hacen sus propias evaluaciones del sistema educativo. Es el caso de la asociación Human Catalyst que mediante su presidenta, Laura Greta Marin, y en colaboración con otros expertos ha creado un instrumento de evaluación de las escuelas desde el punto de vista social. El instrumento se llama «índice de riesgo socioeducativo» o simplemente «IRSE».
El índice se ha empleado actualmente para analizar los grados de la educación primaria y secundaria, con alumnos del grado cero al octavo grado, incluidos por lo tanto los niños con edades de entre 6 y 14 años. El IRSE combina varios datos entre los que están aquellos que se centran en el riesgo de abandono escolar, es decir el peso de los alumnos que repiten cursos, los alumnos expulsados o de aquellos que tienen la situación educativa inacabada en aquella escuela.
En segundo lugar, el IRSE toma en cuenta el nivel de formación de los profesores, es decir el peso de los profesores sin formación satisfactoria, el nivel de preparación de los alumnos, según el índice de participación de los alumnos del octavo grado en la Evaluación Nacional, y finalmente, el nivel de desarrollo socioeconómico de la localidad, es decir el índice de marginación según los estudios procedentes del Banco Mundial. Laura Greta Marin ha presentado los resultados de la puesta en marcha de estos criterios para el año académico 2016-2017:
«El índice IRSE tiene de 1 a 10 niveles, siendo 10 el punto máximo que puede obtener la escuela con el mayor nivel de riesgo socioeducativo. Mientras hicimos la jerarquía, destacaron naturalmente 4 categorías de escuelas: las escuelas eficientes con el IRSE de entre 0 y 1 (hay 446 en todo el territorio del país), las escuelas medias con el IRSE de entre 1 y 3 (así son la mayoría, representando un 62% del total de las escuelas de Rumanía, es decir un poco más de 2.600 unidades escolares), las 1.115 escuelas desfavorecidas, es decir un 26% de las escuelas, y en el último lugar están las escuelas profundamente desfavorecidas, que representan un 1% y son 54 en todos el territorio de Rumanía.»
Según las informaciones ofrecidas mediante el IRSE, los expertos en la educación han podido crear un perfil genérico de las escuelas de Rumanía que corren el mayor riesgo socioeducativo. Laura Greta Marin:
«Se sitúa en una zona que está en la lista de las zonas más marginadas, según la descripción del Banco Mundial. Son unidades de enseñanza pequeñas y tienen alrededor de 300 alumnos. Más de un 10% de los alumnos son de etnia gitana , y en algunas escuelas la mayoría de los alumnos son de esta etnia, siendo también escuelas segregadas. El abandono escolar supera el 10% e incluso puede alcanzar el 70%. El porcentaje de profesores sin formación adecuada o buena puede alcanzar el 5%. El porcentaje de los alumnos que no se matriculan en la Evaluación Nacional supera un 30% del número de alumnos matriculados en el octavo grado. Y el resultado final de las calificaciones obtenidas por los alumnos que participan en la Evaluación Nacional no alcanza el 5,50.»
Evaluando y comparando los datos de los años 2015, 2016 y 2017, ha destacado también una situación única a la que los expertos de la asociación Human Catalyst denominan el «Fenómeno Brăila». El «Fenómeno Brăila» está relacionado con la matriculación de los alumnos en la Evaluación Nacional, una prueba de los conocimientos de rumano y matemáticas en la que todos aquellos que terminan el octavo grado participan para matricularse después en el instituto, es decir para continuar sus estudios. Según las calificaciones obtenidas en esta prueba, junto con los demás resultados escolares, los niños pueden ser admitidos en unos institutos mejores o menos buenos. Según estos resultados se hace también una clasificación informal de los colegios. Laura Greta Marin ha explicado lo que significa de hecho el «Fenómeno Brăila»:
«Brăila ocupó el año pasado el segundo lugar en la clasificación de los distritos con el mejor resultado final en las Evaluaciones Nacionales después de Bucarest. Pero Brăila tenía también el mayor índice de no participación de los niños en la Evaluación Final, de casi un 40%. Para verificar esta situación hemos llamado por teléfono y hemos hablado con algunos inspectores, directores de escuelas, pero también con algunos padres que nos han dicho que hay un «trámite» que se aplica desde hace muchos años: los niños con malos resultados académicos son aconsejados, obligados o chantajeados a no matricularse en los exámenes nacionales para no bajar el resultado final de aquella escuela en el distrito. Hay de hecho historias de este tipo en todo el país.»
Para los niños con malos resultados escolares o que suspenden una asignatura, es previsible que obtengan malos resultados en la Evaluación, sobre todo porque antes se organiza también un simulacro de este examen. Por ello, parece que la dirección de algunas escuelas intentan en algunos casos obligarles a no participar en el examen nacional. Esto le pasó a una madre de Bucarest. Sus tres hijos, trillizos, estaban a punto de suspender matemáticas. En vez de darles la oportunidad de corregir o no los calificativos, ha pasado otra cosa, según ha contado su madre:
«Tenían malas calificaciones y yo no lo sabía. Esto me sorprendió. Sabía que eran malos alumnos, pero tampoco tan malos como para obtener calificativos de 2 o 3. Por ello, la señora directora me dijo directamente que iba a estar atenta a la profesora de matemáticas para que no aprobaran la asignatura. Quería que suspendieran para no entrar en la evaluación, para no obtener malos resultados y afectar al resultado final de la escuela, siendo una buena escuela. Y así me lo dijo. Me pareció que la señora directora puso presión sobre la profesora.»
Además de que las presiones de este tipo no son legales, la madre de los trillizos considera que afectan también a la moral de los niños:
«Se matricularán en la sesión de otoño y entonces será como si hubieran sido vencidos, como si iniciaran el camino de la vida con las alas cortadas. Y tuvieron una especie de crisis nerviosa y pensaron que era inútil estudiar porque de todas formas iban a suspender.»
Por lo tanto, la madre informó hace dos semanas al gabinete del ministro de Educación. Siguiendo la iniciativa de la asociación Human Catalyst, varias organizaciones no gubernamentales han enviado también una petición a las autoridades de este sector sobre el «Fenómeno Brăila». Dos semanas después de haber registrado estas solicitudes, el Ministerio de Educación Nacional ha invitado a los representantes de los firmantes a un debate sobre las soluciones, debate cuyos resultados serán publicados. Nuestra redacción ha solicitado también al Ministerio de Educación un punto de vista sobre el «Fenómeno Brăila». En el comunicado recibido como respuesta hace una semana escribía lo siguiente: «El Ministerio de Educación Nacional promueve como política educativa asegurar la equidad en la educación, respecto a la igualdad de acceso a todas las formas de educación, pero también respecto a la calidad de la educación para todos los niños. A la atención del Ministerio de Educación Nacional no se han enviado hasta ahora informaciones por parte de los padres o los alumnos sobre una situación concreta respecto al fenómeno mencionado.»