Opiniones y actitudes religiosas
Un 95% de los rumanos creen en Dios, pero sólo un 21% han afirmado que van semanalmente a la iglesia.
România Internațional, 09.05.2018, 18:51
Un 95% de los rumanos creen en Dios, pero sólo un 21% han afirmado que van semanalmente a la iglesia. Un 67% consideran que “es necesario desalentar la homosexualidad y sólo un 27% de los rumanos consideran que es necesario organizar un referéndum para definir el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. Estos datos figuran en una infografía publicada recientemente para presentar las actitudes religiosas de los rumanos. La fundación Friedrich Ebert Rumanía, mediante el proyecto Boletín Social (Monitorul Social, en rumano), ha lanzado esta infografía en el periodo en que la coalición gubernamental ha anunciado su intención de organizar un referéndum para responder a la petición ciudadana con tres millones de firmas mediante la cual se solicita la modificación de la Constitución de Rumanía.
Mediante la modificación, se desea precisar claramente que la familia se basa en el matrimonio libremente consentido por los cónyuges, hombre y mujer, y no solamente entre los cónyuges, según está mencionado ahora en el texto de la Constitución. La demanda ha sido formulada por una coalición formada por varias organizaciones no gubernamentales denominada “Coalición para la familia, partidaria de la familia tradicional heterosexual basada entre otros en los principios cristianos. Ya se sabe que la mayoría de los rumanos se consideran religiosos, según han mostrado varios estudios sociológicos y también la percepción común. La infografía realizada bajo el proyecto Boletín Social ha destacado también algunas diferencias o brechas respecto a esta opción para una vida religiosa aparentemente duradera y consecuente. Victoria Stoiciu, representante de la Fundación Friedrich Ebert:
“Según el censo, un 99,6% de los rumanos han declarado que pertenecen a una religión. Por otro lado, respecto a la manera en que las personas entienden manifestar estas creencias religiosas en la vida diaria, sólo un 44% de los rumanos han afirmado que rezan diariamente. Sólo un 21% de los encuestados han afirmado que van semanalmente a la iglesia. Se nota inmediatamente una discrepancia. Casi el 100% de los rumanos se han declarado religiosos, pero parece que practican la religión en un porcentaje mucho más bajo.
El antropólogo Vintilă Mihăilescu está de acuerdo con los datos publicados por el Boletín Social que, por lo demás, reúne varias investigaciones creíbles procedentes de prestigiosas instituciones sociológicas, así como algunos datos procedentes del censo nacional de 2011. Sin embargo, es necesario destacar algunos matices cuando analizamos la diferencia entre el hecho de que la mayoría de los rumanos se declaran creyentes, pero sólo un cuarto de ellos afirman que van semanalmente a la iglesia, mientras que menos de la mitad reza diariamente. Vintilă Mihăilescu:
“Esta discrepancia no se debe interpretar como una diferencia entre lo que se afirma y lo que se hace. Sólo hay que entender que los principios ortodoxos están posiblemente menos institucionalizados que otros. La relación directa con Dios, mediante la oración practicada en casa, es también una forma de practicar la religión. La diferencia que hay en el gráfico no indica necesariamente una hipocresía, como se considera muchas veces. No significa: «Me declaro creyente, pero no tengo tiempo para estas tonterías». Muchas veces las comunidades muy religiosas tienen sus propias costumbres que son muchas veces precristianas, incluso mágicas. Estas prácticas, que no son canónicas, son aceptadas por algunos sacerdotes, porque representan una manera de pastorear a sus creyentes.
Por lo demás, la infografía publicada por el Boletín Social confirma que las costumbres religiosas de algunas comunidades, como sería también la genérica, de los rumanos, representan más bien el lazo de aquella comunidad y no necesariamente la expresión de la creencia de sus miembros. Victoria Stoiciu:
“También parece paradójico que un 99,6% de los encuestados hayan declarado que pertenecen a una religión, pero sólo un 95% de ellos creen en Dios. No es una gran discrepancia, pero la diferencia de tan sólo un 5% no se puede descartar. Esto se explica mediante la pertenencia a una tradición y una comunidad cultural. Por ejemplo, el hecho de haber nacido en una familia de cristianos ortodoxos, de haber celebrado el bautizo y el matrimonio religioso, todo esto representa la pertenencia a una religión, pero no significa también que esa persona de verdad crea en Dios. La pertenencia a esta comunidad, más bien cultural, no significa que una persona se sienta obligada a cumplir las prácticas religiosas diarias: ir a la iglesia, rezar, etc. Los grandes ritos, los ritos de paso: el bautizo, el casamiento y el entierro, se suelen cumplir.
También como una diferencia entre los principios y la práctica se han interpretado los datos que muestran el bajo apoyo (de un 27%) al referéndum sobre la definición de la familia como el matrimonio entre personas de distinto sexo, aunque un 67% de los rumanos crean que la sociedad debe desalentar la homosexualidad. Pero estos datos indicarían también la presencia de la tolerancia, según ha afirmado Vintilă Mihăilescu:
“El hecho de que se deba desalentar la homosexualidad es desde la perspectiva de un creyente, de un cristiano o de una persona de la iglesia, algo normal. No voy a decir ahora si está bien o no, sino que es una afirmación coherente con lo que algunos entienden por ser un buen cristiano. La sorpresa está en otra parte. Dos tercios de los rumanos parecen decir: no se debe fomentar este fenómeno, pero esto no significa persecución, no significa que haya que cambiar la Constitución o las leyes. Es decir que la homosexualidad no se debe fomentar, pero tampoco sancionar. Y esto implica una mayor dosis de sabiduría de lo que esperaba.
Pero también se constata una cosa que es tal vez más relevante que las anteriores para el actual estado de ánimo de la sociedad: un 79% de los rumanos relacionan la fe con la moralidad, considerando que es necesario creer en Dios para ser una persona moral y tener valores correctos.
Vintilă Mihăilescu ha explicado:
“Esto es algo sintomático, porque esta relación se intensifica en la mente de la gente, en las condiciones de una sociedad imprevisible, percibida como inmoral, con normas muy laxas. Cuando se siente el gran riesgo de la inmoralidad, la única posibilidad y la única base queda en la iglesia. Tiene lugar un regreso a la iglesia, siendo ésta la única institución que puede garantizar la moralidad. Y esto significa más que el hecho de que la sociedad tenga una conexión muy estrecha con la iglesia. Nos muestra la desconfianza de la gente en la moralidad de la sociedad. Nos consideramos una sociedad profundamente inmoral o con unos riesgos de inmoralidad y en este caso, el único refugio queda en la iglesia.