El trabajo con los jóvenes
Con respecto al trabajo con los jóvenes, Cosmin Catana ha declarado que esta profesión no ha sido convalidada desde el punto de vista social.
România Internațional, 08.08.2018, 13:16
“Para ayudar a los jóvenes de distintas comunidades a valorar su potencial, a integrarse en la sociedad y a interaccionar con otros jóvenes para conocerse mejor, hace falta una categoría de personas denominada «formadores de jóvenes». He visto, más de una vez, que los jóvenes no entienden claramente cuál es su lugar en la sociedad, a qué instituciones pueden apelar para valorar su potencial, nos ha declarado Mihai Dragos, el presidente del Consejo de los Jóvenes de Rumanía.
Muy pocos jóvenes han oído algo de este oficio de formador que adquirió carácter legal en 2012, cuando fue introducido en el Código de las ocupaciones en Rumanía y se realizó así el estándar profesional. Marius Dontu, experto en problemas de la generación joven, gerente de Schultz Consulting Romania, la compañía que inició este proyecto, formó parte del equipo que redactó dicho código motivado por el deseo de dar carácter profesional a este oficio. Y ello porque demasiada gente se ocupaba de la generación joven considerándose experta en esto. Escuchemos a Marius Dontu:
“Hemos establecido cuatro competencias profesionales específicas, a saber, la capacidad de informar a los jóvenes acerca de la multitud de actividades, de los beneficios, los derechos y las oportunidades, como por ejemplo los proyectos internacionales de intercambios o de carrera. La segunda competencia la representa la proyección del estándar de desarrollo personal y profesional, es decir una persona que les ayude a abrirse un camino en la vida. La tercera competencia se refiere al respaldo del proceso de estudio no formal, es decir actividades que enseñen al joven cómo tomar decisiones por sí solo, tener iniciativas, implicarse y ser activo.La cuarta competencia la representa el desarrollo de la cooperación en la comunidad. En este caso los formadores de jóvenes deben proponer, en cada comunidad, tipos de servicios e intervenciones en el contexto de los problemas que identifican a los grupos de jóvenes.
Un formador de jóvenes podría emplearse en el marco de una organización no gubernamental que despliega actividades destinadas a los jóvenes. Una de éstas es la Asociación Arqueo Cultura, creada en la aldea de Izvoarele del distrito de Prahova, que se dirige estrictamente a los jóvenes del campo. Entre los empleados de esta asociación hay tambien dos instructores de jóvenes. Cuando habla de las dificultades a las que tiene que enfrentarse desde el punto de vista legislativo, Cosmin Catana, el presidente de dicha asociación prefiere tomarlas por oportunidades:
“Tenemos la oportunidad de introducir esta profesión de formador de jóvenes en la ley de los jóvenes. Existe un proyecto de ley que define esta actividad, al formador y al centro de juventudes. En 2018, vamos a aclarar estos aspectos para ampliar las posibilidades de trabajar con los jóvenes, para cortar las distancias que nos separan de otros Estados europeos a este respecto.
Con respecto al trabajo con los jóvenes, Cosmin Catana ha declarado que esta profesión no ha sido convalidada desde el punto de vista social. Dar carácter de ley a todos estos conceptos cambiaría mucho la situación. A su vez, Mihai Dragos advierte acerca de que la mayoría de los formadores de jóvenes acreditados hasta la fecha, incluso los que trabajan para el Ministerio de Juventud y Deportes están en calidad de voluntarios. En consecuencia, mediante el proyecto de ley que ha de ser enviado al Parlamento se persigue obligar a los ayuntamientos y a los centros juveniles a emplear formadores de jóvenes porque la existencia de oportunidades de empleo aumentará el interés por esta ocupación. Escuchemos a Mihai Dragos:
“Desgraciadamente, los ayuntamientos no cuentan con formadores de jóvenes y no desarrollan semejantes actividades de manera constante. Un ejemplo positivo lo tenemos en Baia Mare, que a partir del 2 de mayo de 2018, será Capital de la Juentud de Rumanía donde los ediles han asumido la responsabilidad de emplear en el ayuntamiento a 10 formadores de jóvenes.
Cosmin Catana ha advertido también que en Rumanía existe una escasez aguda de semejantes formadores especialmente en la zona de campo donde vive un 47% de la población del país.
“Las escuelas quedan lejos del lugar de domicilio de los alumnos y las actividades extra se resumen a los quehaceres de la casa o a los programas ofrecidos por los hogares culturales. Los jóvenes no están acostumbrados a reunirse y a trabajar juntos o a proponerse realizar cosas juntos bajo la dirección de un instructor.
Pese a ello, el concepto ha evolucionado mucho desde que fue reglamentado como ocupación en 2012, especialmente en la zona de las organizaciones no gubernamentales. El experto Marius Dontu nos amplía detalles:
“Los jóvenes llegan a estas organizaciones para instruirse. Vienen también los padres de estos jóvenes, personas de distintas profesiones, interesados en aprender cómo crear mejores canales de comunicación con sus hijos adolescentes.