Evaluación de la educación
El sistema educativo rumano procura hacer frente a los desafíos del siglo XXI a pesar de verse atrapado en una vorágine de cambios que se suceden sin cesar desde hace unos veinte años.
România Internațional, 10.05.2017, 19:45
El sistema educativo rumano procura hacer frente a los desafíos del siglo XXI a pesar de verse atrapado en una vorágine de cambios que se suceden sin cesar desde hace unos veinte años. Uno de los desafíos más importantes es la autoevaluación del sistema que consiste en evaluar a los docentes y los resultados de los alumnos y los estudiantes. Recientemente, un estudio realizado por las autoridades rumanas junto con UNICEF y la Organización de Cooperación y Desarrollo en Europa (OCDE) pone bajo la lupa la evaluación y los exámenes en el ámbito educativo. Actualmente hay pruebas de diagnóstico para el alumnado de segundo, cuarto y sexto curso. Luego, en el octavo curso, los alumnos realizan la prueba de selectividad llamada Evaluación Nacional para acceso al liceo. Esta prueba despierta muchas controversias. Ioana Băltăreţu, miembra del Consejo Nacional de Alumnos :
En lo que se refiere a nuestra evaluación el Consejo Nacional de Alumnos ha destacado que muchas veces se enfatiza demasiado el estudio de las asignaturas que son objeto de las pruebas y de los exámenes nacionales. Estos exámenes evalúan en primer lugar la memorización de contenidos en detrimento de las capacidades de razonamiento. Casi un 40% de los alumnos rumanos de 15 años de edad son analfabetos funcionales tal como lo demuestran los resultados recientes de los exámenes PISA. Aunque saben leer, no entienden los textos respectivos a causa de técnicas de enseñanza y aprendizaje centrandas en la memorización.
Los alumnos hacen muchos exámenes a lo largo de su vida escolar y ahora les gustaría también implicarse en la evaluación de la forma en que se les educa y se les trata en las escuelas. Ioana Băltăreţu:
Consideramos que la implicación de los alumnos en la evaluación interna sigue siendo deficitaria. En un 97,5% de los casos los alumnos no pueden expresar su opinión y ni siquiera están convocados a las reuniones en que deberían participar como el Consejo Escolar, la comisión de evaluación y aseguramiento de la calidad cuando se debaten temas relacionados con la lucha contra la violencia. Hace falta respetar la ley en vigor y respetar los derechos de los alumnos que son representantes del alumnado de una escuela. Creemos que es absolutamente necesario que las evaluaciones dejen de ser una simple formalidad y se apliquen como un mecanismo que puede consolidar un sistema educativo de calidad.
El estudio ”Las evaluaciones en el sistema educativo rumano” realizado por UNICEF en colaboración con la OCDE se refiere precisamente a este tema de las modalidades en que estas pruebas pueden ser más eficientes. De dicho estudio resulta que la situación actual no es muy alentadora. En 2015 los alumnos rumanos registraron progresos en las pruebas PISA frente al 2012. Pero en el capítulo ”Ciencias”, por ejemplo, casi un 39% de los alumnos de 15 años de edad se situaron por debajo del nivel 2, o sea por debajo del nivel básico necesario al finalizar el sistema educativo obligario para que sean eficientes en una sociedad del conocimiento. Partiendo de esta situación sería interesante preguntarnos ¿cómo hacer que las pruebas y los exámenes sirvan no solo para medir sus conocimientos sino también para mejorar sus resultados? Según los autores del informe, la respuesta consiste en flexibilizar el sistema educativo. La escuela debe convertirse no solo en un espacio de grandes logros, sino también de la inclusión, donde los alumnos consigan las habilidades y los conocimientos que se solicitan actualmente en el mercado laboral. Aún quedan muchas cosas por mejorar en este aspecto, considera Andreas Schleicher, director de la OCDE.
Al principio de los años 2000, en Rumanía no había ninguna autoridad independiente encargada de evaluar las escuelas. Hoy en día hay un centro de evaluación y examen muy fuerte. Pero lo más importante es que Rumanía ofrece ahora uno de los pocos ejemplos de progreso real en Europa. Los nuevos currículos están sincronizados con las aspiraciones del siglo XXI. Ofrecen a todos los jóvenes la posibilidad de profundizar sus conocimientos, de adquirir las habilidades y el pensamiento crítico necesarios para participar en la sociedad del mañana. Pero muchas veces en la educación es fácil teorizar y muy difícil llevar a la práctica las teorías. Parte de la infraestrucutura y de los docentes no están sincronizados con las necesidades del siglo XXI. Los exámenes nacionales todavía determinan el futuro de los niños en base a un sistema muy rígido de conocimientos académicos desde una edad muy joven de tan solo 14 años. Para nosotros esto es muy anticuado e incorrecto.
Para las autoridades rumanas, el aspecto más importante del informe UNICEF-OCDE es la recomendación de que estas pruebas del sistema primario y secundario tengan un carácter formativo y no establezcan clasificaciones, ha declarado, Pavel Năstase, ministro de Educación.
Tenemos que cambiar el enfoque y tratar la evaluación de los alumnos, de los docentes, del sistema en general, como una oportunidad para recibir ”feedback” y de intervenir para hacer que el proceso educativo sea de mejor calidad y realmente centrado en los alumnos. Nosotros deseamos que los docentes reciban formación para poder evaluar constantemente a los alumnos durante los cursos, día a día y no sólo a través de pruebas o exámenes. De esta forma los alumnos sentirán menos presión y les será más fácil mostrar lo que realmente saben. Por consiguiente un elemento muy importante de este informe es su componente de evaluación formativa. Este tipo de evaluación tiene como objetivo crear una ficha personalizada con recomendaciones de formación para cada alumno. De momento realizamos la evaluación, pero no en todas las escuelas se pasa a la segunda parte que es sacar las conclusiones necesarias de las evaluaciones y preparar un plan personalizado de formación para cada alumno.
El Ministerio de Educación está preparando varios programas financiados de fondos europeos para el sistema educativo universitario y preuniversitario, centrados en la evaluación del alumnado y de los docentes.