La lectura en los espacios no convencionales
Un 25% de los rumanos que viven fuera de la capital declararon en 2015 que no habían comprado ningún libro en los últimos 12 meses, mientras que en Bucarest, sólo un 6% afirmaron esto.
România Internațional, 22.03.2017, 18:27
Un 25% de los rumanos que viven fuera de la capital declararon en 2015 que no habían comprado ningún libro en los últimos 12 meses, mientras que en Bucarest, sólo un 6% afirmaron esto. Asimismo, mientras que un 62% de los bucarestinos declararon que en aquel periodo compraron entre uno y cinco libros, un 48% de los ciudadanos de las demás zonas de Rumanía habían comprado también entre uno y cinco libros. A estos datos del Barómetro de Consumo Cultural realizado hace dos años se pueden añadir los datos recientes incluidos en el estudio realizado por la Asociación Curtea Veche, una ONG que promueve la lectura por afición entre los niños de Rumanía. Valentina Roman, directora ejecutiva de la asociación, ha afirmado lo siguiente:
“Sólo un 8% de los niños de Bucarest suelen leer por afición en su tiempo libre. Gran parte de aquellos que no leen han afirmado que no tienen tiempo para esto, porque están muy ocupados con la escuela u otras clases de tipo extraescolar o simplemente no encuentran los libros que les gusten. Los padres les podrían obligar a leer los libros que no les interesan.
Realizada en diciembre de 2016 en una muestra representativa de 1.082 estudiantes bucarestinos con edades de entre 11 y 14 años, esta investigación también ha traído al candelero la asistencia a las bibliotecas. Valentina Roman ha contado también si los niños van o no a la biblioteca:
“Casi dos tercios han dicho que no suelen ir a la biblioteca de la escuela porque allí no tienen un espacio donde se pueden quedar a leer, no tienen un espacio dedicado a la lectura. Otra razón sería la de que allí tampoco encuentran los libros adecuados para su edad. Otro pequeño porcentaje de los lectores van a las bibliotecas públicas. Prefieren intercambiar libros si uno de ellos compra un libro que los demás desean leer. Por lo demás, la gran mayoría de las recomendaciones se hacen entre los amigos. Los niños las prefieren a las de la escuela o a la de los padres.
Aunque sean poco conocidas o visitadas, las bibliotecas de los barrios pueden ser no solo un espacio adecuado para la lectura o para tomar prestado libros, sino también un espacio para socializar o para desarrollar actividades comunitarias. Esto es lo que se han propuesto mostrar, en varias campañas, los bibliotecarios de la Biblioteca Metropolitana “Mihail Sadoveanu de Bucarest, una institución con filiales en todos los sectores de la capital y en casi cada barrio. La campaña más reciente se ha titulado “Viaja con un libro y se ha desarrollado junto con la Dirección Autónoma de Transporte de Bucarest (RATB). A principios de marzo, los bibliotecarios subieron a los medios de transporte público y ofrecieron a los viajeros “sonrisas y consejos a leer, según ha contado Anca Râpeanu, directora general de la Biblioteca Metropolitana.
Gran parte de los bucarestinos pasan una parte importante de su vida en el transporte público. Como el tráfico es muy denso y los viajeros tardan más de lo que desearían en autobuses o tranvías, podrían aprovechar este tiempo para leer un libro. Nosotros pensamos hacer algo para estos viajeros en los medios de transporte en común. Como era el 1 de marzo, un día tan especial en Rumanía para las mujeres, ofrecimos a todas las mujeres tarjetas de felicitación hechas a mano por los niños que participan en los talleres de creación organizados por la Biblioteca Metropolitana de Bucarest. Es una manera de informar a los bucarestinos no solo que tenemos libros que vale la pena leer, sino que ofrecemos también otros tipos de programas: educativos, de socialización y de diversión en los que pueden participar de forma gratuita.
En los seis días de campaña, 50 bibliotecarios, 7 voluntarios y 10 estudiantes en prácticas viajaron en los autobuses, trolebuses y tranvías de Bucarest por las rutas más cercanas a las bibliotecas públicas de la ciudad. Conversaron directamente con unos 11.000 bucarestinos y además de las tarjetas de felicitación, repartieron también tarjetas de visita. Marilena Chiriţă, jefa del servicio de Marketing y Comunicación de la Biblioteca Metropolitana de Bucarest.
¿Qué tarjeta de visita más apropiada que un folleto promocional en que viene la lista con las 34 filiales de nuestra biblioteca? Nuestros interlocutores, señoras, señoritas o señores, preguntaron por las direcciones de nuestras sedes, por los servicios que ofrecemos. Dimos también con personas que ya utilizan nuestra biblioteca. Había personas que no sabían que teníamos servicios gratuitos o que una de nuestras sedes estaba muy cerca de su casa o de su oficina.
El lema de esta campaña ha sido: Un buen libro se puede leer en cualquier medio de transporte público. Todavía es pronto para medir su impacto y sacar conclusiones definitivas. Sin embargo hay otra campaña realizada por la Biblioteca Metropolitana que ha alcanzado ya sus objetivos. Se trata de La Hora del Cuento que empezó como un programa mensual y ahora es un programa semanal porque ha tenido mucho éxito. Escuchemos de nuevo a Anca Râpeanu:
Empezamos este programa en 16 sedes, en las que un voluntario leía cuentos a niños de entre 3 y 6 años de edad que venían acompañados de sus padres. La Hora del Cuento fue creado con este objetivo: un niño de tres años de edad no es un lector, pero puede llegar a ser uno, si se le lee si se familiariza con el objeto-libro. Por otra parte los padres se dan cuenta de como reaccionan sus hijos cuando escuchan cuentos y esperamos convencer a los padres de que les lean al menos unos 10 – 15 minutos antes de acostarse.
Es posible que los padres que acuden con sus hijos a La Hora del Cuento pidan un libro de la biblioteca y que lo lean luego, durante el largo y tedioso viaje en autobús al trabajo.