Vivir en la calle, en invierno
Si las temperaturas siguen bajas durante el invierno, con frío extremo y ventisca, esto puede afectar en primer lugar a las personas sin hogar.
Christine Leșcu, 25.01.2017, 18:05
Si las temperaturas siguen bajas durante el
invierno, con frío extremo y ventisca, esto puede afectar en primer lugar a las
personas sin hogar. Cada año, varias ONG, como Samusocial de Bucarest, ayudan a
estas personas, en función de las condiciones de tiempo. Sabina Nicolae,
directora ejecutiva de la Asociación Samusocial:
Sobre todo
en invierno, repartimos botas, guantes, gorros, sacos para dormir, comida y
bebidas calientes, como sopa y té. También les ofrecemos nuestros servicios
habituales de asistencia social, médica, psicológica y de reintegración
profesional, durante todo el año. En
invierno y también en verano, intentamos ofrecerles plazas de alojamiento en
los centros sociales. En el caso de las personas sin hogar, los problemas de
salud que pueden producirse son en primer lugar la congelación y la hipotermia.
Para los que no quieran alojarse en refugios, el riesgo es muy alto. Intentamos
aportar cantidades suplementarias de comida. Además, la gente quiere ayudar a
las personas sin hogar, sobre todo con comida.
También ayudan a estas personas a obtener sus documentos de identidad, ya
que muchos no los tienen y luego, les ayudan a buscar trabajo para poder
mantenerse. Cristian ha sido uno de los beneficiarios. Tiene 24 años, es de
Tulcea y con 18 años se ha mudado a Bucarest para buscar una oportunidad mejor.
Como no tenía familia ni amigos en la capital, ha vivido una experiencia muy
dura aquí . Cristian:
Les puedo
contar que la mitad de los 6 años que llevo en Bucarest, he vivido en la calle.
En invierno, dormir en la calle es muy duro. Incluso ahora estoy pensando en
las personas sin hogar, que no pueden o no quieren trabajar. ¿Acaso tienen
algún refugio? He vivido en la calle, donde dormía tapado con un cartón. Por la
tarde no sientes mucho el frío, pero por la noche, después de las 12, es muy
duro .. y para comer, lograba encontrar algo, un poco de comida que para mí era
suficiente, no sufría hambre, ya que en ocasiones trabajaba como jornalero y me
daban de comer.
Desde el comienzo de 2016, su situación ha mejorado. Con la ayuda de Samusocial,
ha logrado obtener un nuevo documento de identidad que le habían robado otras
personas también sin hogar, también el certificado de nacimiento, y luego ha
encontrado trabajo. Cristian:
Ahora trabajo en una asociación de
protección del medio ambiente. Me
encargo del reciclaje de papel. Me gusta la manera de llevar el papel en bici.
Cuando comencé, no sabía pedalear, pero ahora después de 2 meses, me gusta
mucho. Ahora vivo en un piso que pertenece a una ONG. Pago el alquiler, no es
mucho dinero, pero en el futuro tendré
que pagar más. La idea es que la gente entienda que hay que trabajar para
mantenerse.
Pero no todas las historias de personas sin hogar tienen un final feliz.
Călin Niculaie Niculescu, de 59 años, lleva unos 13 años en la calle. Cuando se
divorció perdió su vivienda. Se fue a Alemania,
donde no tuvo éxito y luego se enfermó de TBC. Aunque tiene formación como ingeniero metalúrgico, no ha encontrado
trabajo, según ha dicho, a causa de su avanzada edad. ¿Cómo ha logrado
sobrevivir en la calle?:
Como he
podido. Cuando era joven, practicaba el alpinismo, participé en muchas
expediciones donde he aprendido como sobrevivir en condiciones extremas. He dormido en parques, en una capilla en
ruinas, en trenes, cuando viajaba a Videle para trabajar. También en cementerios,
donde iba para mendigar…. Desde noviembre de 2015, me he alojado en un centro
social. Si te quedas aquí, te dan 3 comidas al día. Hay agua, calefacción, me
gusta mucho…
Este invierno, aparte de los
problemas comunes, el Sr. Niculescu ha logrado encontrar un trabajo temporal, algo
que va muy bien con su impresionante estatura y su barba gris:
¡No esperaba recibir una oferta! Y he tenido varias, con muchas opciones,
y todo ha sido una experiencia muy bonita. Me disfracé de Papá Noel. También he
trabajado para Coca-Cola. Todavía guardo el traje que me han dado los de
Samusocial. Yo no tengo conexión a Internet, pero me ayudan ellos.
Abrumadas por la situación que están viviendo, resignadas, decepcionadas
o aceptando esta vida a la que se han visto obligadas a acostumbrarse, en
muchas ocasiones las personas sin hogar ya no se sienten capaces de cambiar
algo, ni siquiera cuando reciben ayuda. Alina Mirea, asistente social en
SAMUSOCIAL, nos ha explicado este mecanismo psicológico:
La mayoría
de ellos tienen una historia marcada por traumas, proceden de familias donde
han sido víctimas de abusos y donde no han tenido casi nada. Una experiencia dura como es la de vivir en la
calle es suficiente para que estas personas no puedan superar la situación.
Pero, con mucha paciencia y con la ayuda de los
psicólogos y los asistentes sociales y médicos, podemos mejorar las
cosas. Así, aunque no vamos a cambiar el mundo, al menos podemos aportar un
poco de esperanza a estas personas. Cada
uno se puede beneficiar de ayuda. Algunos dejan la calle,al menos durante unos
meses, y entienden que la vida puede ser distinta si por su parte hacen un
esfuerzo. En cambio, otros se conforman con tener algo para comer, o tener
donde lavarse. La gente puede cambiar su vida para bien, si lo quieren y como
lo quieren.
Pero, hay personas sin hogar que no quieren trasladarse a un centro de
acogida y otras que quieren quedarse para siempre. Aún así, los asistentes
sociales nunca abandonan la lucha y siguen animando a estas personas, dándoles
la motivación necesaria para cambiar sus
vidas.
(trad. Simona sarbescu)