Sociedad
ʺ¡El conocimiento es poder!ʺ
Roxana Vasile, 20.10.2021, 18:48
Alexandru Stoleru proviene de una zona rural. A pesar de los problemas económicos de su familia, pudo ir a la escuela con una beca durante varios años gracias a la ayuda de la organización no gubernamental World Vision Romania. Actualmente es estudiante de la Universidad Politécnica y aboga por la causa de jóvenes con potencial pero sin recursos que el Estado debería apoyar: (track) «Yo nunca he sido un alumno de 10. Considero que fui un alumno de 7 o de 8. Me interesan sobre todo los estudiantes de 4 que pasan al 6. ¡Estos son los más importantes! Porque un estudiante de 9 que obtiene un 10 solo necesita como máximo una media hora de estudio más, pero un estudiante de 4 que llega al 6 ha superado una barrera, ha conseguido pasar de ser “el peor de la clase” a “¡mira, hermano, puedo ser alguien!”. Y me gustaría que, en algún momento, ya no tuviera que hablar de alguien que pasa del 4 al 6, sino simplemente de aquellos que van desde el 8 o el 9 hasta el 10. Soy uno de los muchos niños que quieren aprender, tener un buen futuro, uno de los que desean hacer cosas juntos, trabajar juntos y, para eso, necesitamos personas que inviertan en nosotros, que nos ayuden, personas que tienen posiciones de poder, que tienen la oportunidad de hacernos más fuertes, de ponernos al día, para que podamos asistir a los mayores y ayudar a los más pequeños, entre otras cosas.»
¿Cuánto llega a perder el Estado rumano si no invierte en la educación de un niño? ¿Cuánto gasta con un desempleado? ¿Cuánto ganaría si, en lugar de pagar a un desempleado, formara a un graduado universitario? Estas son algunas de las preguntas que World Vision Romania se planteaba, por lo que encargó un estudio —»El coste de la educación: inversión, rentabilidad, impacto»— cuyos resultados ha presentado en un debate reciente. Y los resultados son indiscutibles.
Mihaela Nabar, directora ejecutiva de World Vision Romania, los resume (track): «Cada leu invertido en educación trae de vuelta 8. No sé si es mucho, ¿es poco? Lo que está claro es que la rentabilidad en la educación es muy alta. Asimismo, hemos observado el modo en que la inversión en educación o el impacto de la educación en un individuo puede influir en el bienestar y los ingresos que recibe cada una de las categorías que analizamos. Y queríamos analizar con mucha atención este indicador, puesto que, muy a menudo, en las comunidades de Rumanía donde trabajamos, en las casi 500 comunidades rurales de 25 municipios, escuchamos muy a menudo por parte del 78 % de los padres de nuestros niños que la educación no importa, sino que lo que importan son los contactos. Este estudio viene a desmontar este mito y nos dice, en cifras, que cada nivel educativo, cada ciclo de enseñanza, prácticamente duplica los ingresos que una persona obtiene y cobra para sí misma, así como los que se pagan al presupuesto estatal.»
Más precisamente, según el estudio, el ingreso bruto alcanzado por una persona casi se duplica con cada nivel de educación completado. Un graduado de la escuela secundaria gana el doble que una persona que ha terminado solo la primaria, y un graduado universitario gana el doble que alguien que solo tiene un diploma de la escuela secundaria. Y esto, independientemente del estatus profesional: empleados, agricultores o autónomos en otro sector que no sea la agricultura.
Entonces, de manera directamente proporcional al nivel de educación y a los ingresos de una persona, sus contribuciones al presupuesto del país también aumentan. Así, un rumano con educación primaria contribuye cada año al presupuesto estatal, en promedio, con más de 10 000 leus (unos 2 000 euros). El importe asciende a más de 20 000 leus (unos 4 000 euros) para las personas cuyo mayor título es el de una escuela de formación profesional y supera los 40 000 leus (8.000 euros) para los que tienen estudios universitarios y de posgrado. En otras palabras, con cada nivel de educación completado, las contribuciones presupuestarias de una persona casi se duplican.
Por supuesto, ¡el Estado también gasta en educación! Pero, según el estudio «El coste de la educación: inversión, rentabilidad, impacto» encargado por World Vision Romania, cada leu que el Estado rumano invierte en un ciclo completo —desde preescolar hasta el posgrado universitario—, genera 8 leus en forma de ingresos presupuestarios por impuestos, tasas fiscales y contribuciones. Por ejemplo, el Estado gasta en total una media de 168 000 leus (más de 33 000 euros) por cada titulado de máster, desde la guardería hasta su graduación. Al mismo tiempo, el Estado recauda de esa misma persona, a lo largo de toda su vida, casi 1,45 millones de leus (290 000 euros) en concepto de contribuciones, impuestos y tasas fiscales, lo que equivale a una rentabilidad de la inversión del 700 %. Por otro lado, debido a la falta de acceso a la educación, el Estado gasta, en promedio, unos 90 000 leus (18 000 euros) para un desempleado con educación primaria, a lo largo de su vida.
En otras palabras, según Mihaela Nabar, directora ejecutiva de World Vision Romania, la educación es una de las inversiones más beneficiosas que puede realizar un Estado: (track) «Este estudio no se refiere a la calidad de la educación en Rumanía, a cuán preparados estamos para la nueva generación de estudiantes, cuán preparados están nuestros profesores, cuánto tenemos que invertir todavía, cuán preparada está la infraestructura, cuán digitalizada está la educación… Todo esto no está incluido en este informe, aunque, claramente, procede invertir en todas estas áreas con el fin de lograr, como hemos visto, que el Estado tenga ganancias, si cambiáramos la situación ocupacional de una persona de “estar desempleado” a “ser un titulado universitario en el mercado laboral”.»
Por el momento, Rumanía se encuentra en la parte inferior de la clasificación de la OCDE en términos de inversión en educación: un 2,5 % del PIB, frente a la promesa hecha por el Gobierno de al menos un 6 %. Además, la inequidad y el acceso desigual a la educación son problemas reales. Podemos hablar, de hecho, de dos Rumanías: una urbana y otra rural, donde el dinero dirigido a estos entornos de origen de los estudiantes no se distribuye de manera equitativa. O, si existen «planes» gubernamentales que son buenos, el Estado —dice Mihaela Nabar, directora ejecutiva de World Vision Romania— debería ponerlos en práctica. Por un lado, Rumanía tiene estudiantes brillantes, premiados cada año en las olimpiadas internacionales o aceptados en algunas de las universidades más grandes del mundo. Sin embargo, por otro lado, también tiene muchos estudiantes funcionalmente analfabetos: alrededor del 40 % no entiende lo que lee y no es capaz de hacer un razonamiento simple. A estos, ¡el sistema educativo debe salvarlos a tiempo!