Cursos optativos en el sistema preuniveristario
Desde hace algunos años los planes de estudios preuniversitarios de Rumanía prevén varias asignaturas optativas.
Christine Leșcu, 17.08.2016, 09:01
Desde hace algunos años los planes de estudios preuniversitarios de Rumanía prevén varias asignaturas optativas. Una de estas es la arquitectura. La asociación Jugar a la arquitectura ha realizado, con el apoyo de la Orden de los Arquitectos, un curso y un manual destinado a los alumnos del tercer y cuarto grado, con edades comprendidas entre los nueve y diez años. La arquitecta Miruna Grigorescu, miembra fundadora de la organización Jugar a la arquitectura habla sobre este curso:
Este curso fue impartido primero en un proyecto piloto en 7 aulas de Bucarest, durante el año docente 2012-2013. Despertó gran interés y el siguiente año tuvimos 60 aulas y ahora este curso se imparte en 100 aulas de todo el país. El año pasado por ejemplo recibimos demandas de manuales de 37 localidades.
Lo interesante es que en este curso participan arquitectos voluntario que ayudan a las maestras. Jugar a la arquitectura es un curso que combina la teoría con la práctica. Se organizan por ejemplo giras por la ciudad para que los alumnos descubran la arquitectura de la localidad donde viven. Miruna Grigorescu.
Me parece esencial que nuestros alumnos con edades de nueve, diez o incluso once años experimenten la ciudad, que sean guiados y ayudados a entenderla desde varios puntos de vista. De vuelta al aula, analizan junto con el arquitecto lo que acaban de ver y finalmente construyen con sus propias manos muchas cosas, desde maquetas de un edificio hasta pequeñas ciduades en miniatura, proyectos en los que contribuyen todos los alumnos del curso. Los niños aprenden a reducir a escala, aprenden qué es una representación del plano o una fachada o qué es ergonomía. Luego estudian materiales y tejidos, o el contexto geográfico y climático de los edificios, o incluso el contexto histórico. Aprenden también cómo funciona una ciudad, que es como un organismo o un mecanismo, estudian el reglamento urbano y su importancia.
El interés de los alumnos por estos cursos optativos es más que evidente y las autoridades del sistema educativo y la sociedad civil debaten la posibilidad de proponer también otras asignaturas, como por ejemplo la educación jurídica. El juez Cristi Danileţ, miembro del Consejo Superior de Magistradura se ha implicado en los debates. Es más, ha elaborado ya un manual, un libro de texto destinado a los alumnos de instituto que se podrá utilizar cuando la educación jurídica este inlcuida en el plan de estudios. ¿Qué contenidos debería tener esta nueva asignatura?
No insistimos en la teoría, explicamos concretamente a los alumnos qué permiten y qué no permiten las normas legales del Estado, desde la Constitución hasta el Código Penal, sus obligaciones cuando van por la calle, sus obligaciones hacia la familia así como sus derechos. Aprenderán también cuáles son sus derechos y obligaciones en sus relaciones con las instituciones públicas. Ultimamente ha aumentado el número de menores de edad que tienen problemas con la ley. Hay cada vez más niños delincuentes, cada vez más niños víctimas así como cada vez más niños que sufren abusos por parte de sus padres. Si la sociedad no hace algo para prevenir el incumplimiento de las leyes, es posible que dentro de cinco o diez años, cuando estos niños lleguen a ser adultos, es posible que sean ellos las personas acusadas del incumplimiento de las leyes.
El manual de educación jurídica abarca capítulos que presentan las leyes en vigor. Cristi Danileţ.
Tiene 15 lecciones de educación jurídica en las que se explica a los alumnos en un lenguaje sencillo, con muchos ejemplos, el comportamiento correcto en la sociedad empezando por sus derechos hasta la obtención de su documento de identidad. De este manual, los niños conocen que pasa con ellos si sus padres trabajan en el extranjero, o están divorciados, cómo pueden ser protegidos en casos de violencia doméstica y qué siginifica el secuestro de niños. Se les explica también cuáles son las sustancias prohibidas a los menores, me refiero al alcohol, al tabaco y a las drogas, o cómo son protegidos por la Ley si han comprado un producto, un aparato elctrónico por ejemplo, que no funciona como debería. Otros capítulos se refieren a las reglas de tráfico, qué pasa si van en transporte público sin billete, a qué edad pueden abrir una cuenta bancaria, desde qué edad pueden firmar un contrato de suministrador de servicios o incluso un contrato de trabajo.
Los alumnos están muy interesados en estos aspectos prácticos de la vida diaria, tal como nos explica la Horia Oniţă, presidente del Consejo Nacional de los Alumnos.
Nosostros apoyamos esta iniciativa porque pensamos que la escuela debe preparar a los alumnos para ser ciudadanos e integrarse en el mercado laboral. Desgraciadamente, de momento la escuela no cumple con esta misión. La escuela nos ofrece una cantidad impresionante de conocimientos teóricos, no interesantes para los alumnos. Nos nos enseña cómo aprender, cómo prepararnos por nuestra cuenta. Estas asignaturas optativas, añaden valor al sistema y algunas tienen un alcance muy amplio. Me refiero a la educación jurídica, a la educación financiera. En una encuesta reciente entre 7000 alumnos decían que estaban muy desilusionados porque acaban los 12 cursos durante los cuales acumularon muchísimas informaciones pero nadie les enseñó qué es un contrato laboral, cuál es la diferencia entre una ley y una decisión gubernamental o cuáles son las atribuciones del Parlamento. Deberán saber este tipo de cosas, trabajen donde trabajen: qué es el IVA, por ejemplo, qué significa impuesto… Estas son cosas que no se estudian en el sistema rumano de educación obligatoria.
Ni siquiera la posiblidad de estudiar asignaturas optativas es una solución, porque la opción por un curso u otro no depende de los alumnos o de sus padres. Horia Oniţă.
Desgraciadamente, muy pocos centros eligen estas optativas como debería ser, es decir con el voto de la mayoria simple de alumnos y sus padres. De la oferta de cursos optativos los directores eligen las asignagturas clásicas para que los profesores puedan completar el número obligatorio de horas lectivas que les asegura el sueldo íntegro.
Recientemente, el Ministerio de Educación ha lanzado al debate público un nuevo plan de estudios de educación secundaria en que están previstos más cursos optativos que hasta ahora.