Cómo abordar los riesgos de la adolescencia
A partir de 2013 la oficina de UNICEF en Rumanía viene dedicando una especial atención a los adolescentes al considerar que las políticas públicas y educativas pasan por alto los problemas de este grupo de edad
Christine Leșcu, 23.09.2015, 16:03
A partir de
2013 la oficina de UNICEF en Rumanía viene dedicando una especial atención a los
adolescentes al considerar que las políticas públicas y educativas pasan por
alto los problemas de este grupo de edad. Es normal encontrar conductas y
comportamientos que comportan riesgos en los adolescentes. Según las
estadísticas del año 2013, un 42% de los adolescentes habían consumido bebidas
alcohólicas al menos una vez en la vida y
un 23% habían fumado al menos un cigarrillo. El porcentaje de adolescentes menores de 16
años que habían consumido drogas es de un 10%, y un cuarto de los adolescentes
mayores de 14 años habían empezado su vida sexual. Las condiciones sociales y
las transformaciones psíquicas que sufren los adolescentes son los factores
determinantes para este tipo de conducta y han constituido el tema de otro
estudio iniciado por UNICEF. Sandie Blanchet, representante de UNICEF en
Rumanía nos aporta más detalles sobre los resultados de esta investigación:
El cerebro del adolescente aún se está
desarrollando y todavía no es completamente maduro. Algunas zonas están bien
desarrolladas, y los adolescentes tienen todavía gran capacidad de aprender
muchas cosas. Por eso cuando hablamos de adolescentes hablamos también de una
segunda oportunidad: si hay cosas que no han conseguido aprender durante su
infancia, tienen la oportunidad de
aprederlas durante la adolescencia. Pese a ello, el cerebro del adolescente no
está completamente desarrollado y por eso las zonas que se encargan de la
autodisciplina no son maduras y no pueden tomar decisiones adultas
Aunque la mente de los adolescentes es capaz de logros
intelectuales maduros, siguen siendo muy impulsivos. Los padres y los
educadores deben conocer cómo funciona su cerebro. Daniela Dumulescu,
psicóloga de la Universidad
Babeş-Bolyai.
A diferencia
de los adultos, los adolescentes todavía no tienen formadas las estructuras
cerebrales encargadas del autocontrol. Por eso son mas impulsivos, mas
propensos a asumir riesgos, mas instintivos y menos racionales. Son actitudes
típicas de los adolescentes. Además son
mas sensibles y quieren que todo ocurra aquí y ahora, quieren experimentar
cosas nuevas. Los adultos debemos conocer esta realidad y debemos procurar
orientar al adolescente para que experimente cosas nuevas en un ámbito seguro.
El adolescente entiende que tiene una conducta negativa, pero su cerebro no
tiene todavía desarrolladas las estructuras que le permiten inhibir las
conductas indebidas. Sabe que son peligrosas pero no se puede controlar.
Además de la inclinación hacia la novedad y la búsqueda
de sensaciones fuertes, el adolescente se ve influenciado por el grupo de
amigos. Dentro de esta pequeña comunidad desarrolla sus normas y sus creencias
sociales sobre el consumo de alcohol, de drogas o la vida sexual. Fidelie
Kalambay, sociólogo.
Los
adolescentes consideran que estás prácticas arriesgadas no son sanas, no son
necesarias y pueden afectar la imagen social de un adolescente o de una persona
en general. En su mayoria están convencidos de ello, pero con matices. Por
ejemplo: probar alcohol es aceptable. De forma que hacen la diferencia entre
beber y probar. Como fumar y consumir alcohol son conductas frecuentes en la
sociedad, los adolescentes las consideran desviaciones toleradas. Son
conductas que consideran negativas pero aceptables. Pueden afegtar su imagen
pero no tanto como para ser excluido de
la sociedad.
Este tipo de referencia a las conductas aceptadas por el
grupo de amigos y por la sociedad en general, vista sin embargo desde la
perspectiva del grupo, está vigente también en el caso del comienzo de la vida
sexual o del consumo de drogas. Fidelie Kalambay.
De los
adolescentes que hemos investigado, nos enteramos que ellos tienen la creencia
empírica dominante que la gran mayoría de los adolescentes fuman, consumen
alcohol y han empezado ya su vida
sexual. Por consiguiente, dicen ellos, si todo el mundo lo hace por qué no lo
voy a probar yo también. Sin embargo esta es una sobreestimación completamente
falsa. En realidad, el tabaco, el alcohol y la actividad sexual son menos
frencuentes de lo que se imaginan los que he encuestado yo. Hemos identificado
también un aspecto que no nos esperamos:
ellos creen que muy pocos de sus amigos, o mas bien ninguno consume drogas.
Creemos que una de las explicaciones sería la criminalización del consumo de
drogas. Muchos no reconocen que han experimantado varias drogas. Otra razón
sería el bajo nivel de conocimiento sobre las drogas.
Para UNICEF y para otras organizaciones similares
es importante que la sociedad y sus instituciones entiendan el mecanismo
psicológico de los adolescentes para que puedan prevenir las conductas
peligrosas. En este sentido UNICEF
implementa un nuevo modelo de intervención en cinco ciudades: Bucarest, Iasi, Constanza, Bacău y Cluj. Se
trata de los centros de recursos para adolescentes creados junto con las
autoridades locales y destinados a los jovenes de las zonas desfavorecidas. Han
creado también una página web que ofrece informaciones y un grupo de apoyo online.