Posibles carreras en el medio rural a través de programas europeos
El análisis de la Comisión Europea sobre el número de personas que trabajan en la agricultura muestra que, aunque sea un sector muy importante de la economía europea, el número de europeos que se dedican a oficios en este campo es escaso. Aproximadamente 10 millones de personas trabajan a tiempo completo en las explotaciones agrícolas de la UE, es decir, un 5% del total de la población activa del espacio comunitario. Un 92% de ellos son familiares de los propietarios de las explotaciones donde trabajan, pero hay también personas que trabajan fuera de ellas. El número total de personas que trabajan en el sector agrícola en la UE alcanzaba los 25 millones en 2010, un número bastante reducido teniendo en cuenta el peso de los productos agrícolas que se necesitan en la vida diaria. A estas cifras se añaden 4,8 millones de empleos que dejaron de existir entre 2000 y 2012 en la agricultura de la UE, el 70% en países que han ingresado recientemente en la UE, inclusive en Rumanía, donde la agricultura tiene un lugar sumamente importante en la economía.
Christine Leșcu, 15.11.2013, 19:21
El análisis de la Comisión Europea sobre el número de personas que trabajan en la agricultura muestra que, aunque sea un sector muy importante de la economía europea, el número de europeos que se dedican a oficios en este campo es escaso. Aproximadamente 10 millones de personas trabajan a tiempo completo en las explotaciones agrícolas de la UE, es decir, un 5% del total de la población activa del espacio comunitario. Un 92% de ellos son familiares de los propietarios de las explotaciones donde trabajan, pero hay también personas que trabajan fuera de ellas. El número total de personas que trabajan en el sector agrícola en la UE alcanzaba los 25 millones en 2010, un número bastante reducido teniendo en cuenta el peso de los productos agrícolas que se necesitan en la vida diaria. A estas cifras se añaden 4,8 millones de empleos que dejaron de existir entre 2000 y 2012 en la agricultura de la UE, el 70% en países que han ingresado recientemente en la UE, inclusive en Rumanía, donde la agricultura tiene un lugar sumamente importante en la economía.
Uno de los motivos es la falta de interés de los jóvenes por los trabajos agrícolas y la agricultura de subsistencia, que no tiene resultados económicos significativos y se desarrolla sin contratos laborales o salarios. Las autoridades y las organizaciones no gubernamentales han intentado solucionar la situación. Dumitru Fornea, miembro del Comité Económico y Social Europeo y responsable de relaciones internacionales de la Confederación Sindical Meridian, ha declarado que parte de los fondos procedentes de la UE se asignan a la mano de obra de este sector:
“Un tercio del presupuesto de la UE se asigna a la Política Agrícola Común, es decir 30.000 millones de euros al año. Es decir, que hay interés a nivel europeo, pero también a nivel nacional, teniendo en cuenta que Rumanía es todavía uno de los países con la mayor tasa de ocupación en el sector agrícola. Casi 3 millones de personas trabajan en el sector agrícola. Respecto a la política agrícola, Rumanía es uno de los países que han gastado mucho últimamente. Entre 2007 y 2013, casi 15.000 millones de euros se han asignado a la agricultura. Esto debería notarse. Desgraciadamente, gran parte de la población de las zonas rurales tiene que emigrar y buscar nuevas oportunidades en otros países europeos.”
Al dedicarse a la agricultura de subsistencia que asegura las necesidades diarias, pero no ofrece ingresos, los jóvenes, y no solamente ellos, se ven obligados a emigrar. Así, bajan las posibilidades de que las explotaciones agrícolas de subsistencia se conviertan en explotaciones organizadas u otros tipos de unidades. La falta de rentabilidad del trabajo agrícola se debe también al hecho de que los campesinos no desean asociarse, unir sus terrenos y actividades para crear unidades mayores. Dumitru Fornea opina que esto se debe a los recuerdos del período de las Cooperativas Agrícolas de Producción de la época comunista:
“La falta de confianza crea grandes problemas a los jóvenes y a las personas de las zonas rurales. Tienen problemas a la hora de ser eficientes y competir con la agricultura corporativa. No está mal que en Rumanía el sector agrícola ocupe un 30% de la economía. El sector industrial ocupa el 28% y el sector de servicios, el 42%. Se podría crear un equilibrio. Desgraciadamente, las personas que se dedican a la agricultura no tienen contrato colectivo o individual de trabajo. Únicamente un 8% de ellos forman parte de un sindicato y solo un 3% forman parte de una cooperativa agrícola conforme a las nuevas leyes.
A pesar de ello, hay también iniciativas privadas que intentan mejorar la situación y ofrecer a los jóvenes la posibilidad de tener una carrera en el medio rural. “Carreras en el medio rural” se titula el programa a través del cual la empresa Global Commercium Development ha organizado cursos gratuitos para las personas que viven en el campo y que desean mejorar ciertas competencias empresariales. Al estar financiado a través del Fondo Social Europeo, el proyecto se ha puesto en marcha en varias aldeas del distrito de Cluj y en otras zonas de Rumanía, según declara Tina Cozmanciuc de Global Commercium Development:
“Hemos iniciado varios proyectos locales en colaboración con empresas de España e Italia. Son proyectos de casi 500.000 euros, iniciativas locales que se desarrollan tanto en el distrito de Cluj como en los distritos de Constanza, Alba, Vâlcea e Ilfov. Nuestros proyectos se dirigen a las personas inactivas, a los desempleados, que se dedican a la agricultura de subsistencia. Las cifras muestran que los ingresos de casi un 62% de las personas que viven en el campo proceden de la agricultura. Desgraciadamente, los empleados representan sólo el 25%.
Los cursos han despertado sobre todo el interés de los jóvenes. Tina Cozmanciuc habla de sus preferencias respecto a una futura carrera en el campo:
“No desean trabajar en el sector agrícola. Además de ayudar a sus padres, desean aprender otro oficio, según las particularidades de la zona donde viven. Por ejemplo, en una de las zonas donde trabajamos nosotros, hay una fábrica de repuestos para un gran productor de automóviles. Muchos de ellos desean trabajar ahí, pero se necesita preparación. Desgraciadamente, no consiguen aprobar el examen de Bachillerato o no aprenden un oficio que les permita trabajar en esa fábrica. También desean trabajar en el sector turístico, pero se necesita preparación.
Es decir, que los cursos de formación son siempre bienvenidos en el campo, pero se necesita dinero para organizarlos. El dinero podría proceder de los fondos europeos asignados a la agricultura en el período 2014-2020.