Las puertas azules de la capital
Bucarest, la capital de Rumanía, cuenta con dos aeropuertos.
România Internațional, 16.01.2018, 17:57
Bucarest, la capital de Rumanía, cuenta con dos aeropuertos. El más antiguo fue inaugurado en 1920. El aeropuerto Aurel Vlaicu, más conocido como el aeropuerto Băneasa, está ubicado a solo 8 kilómetros de distancia del centro, pero en este momento, solo opera vuelos privados. El tráfico de personas se gestiona en el aeropuerto Henri Coandă, ubicado en el norte de la capital, en la ciudad de Otopeni, a 17 kilómetros de distancia de Bucarest. En Otopeni se desarrollan todas las operaciones de aterrizaje y despegue de aviones privados de las compañías más importantes en el transporte aéreo, así como los vuelos de tipo low-cost.
Ambos aeropuertos están dirigidos por la Compañía Nacional de Aeropuertos Bucarest. En 2017, la empresa registró un ingreso total que supera los 1000 millones de lei (unos 217 millones de euros), lo que es un 8,3% más frente al 2016. También registró un beneficio bruto de casi 400 millones de lei, lo que representa un 45% más que el año anterior. Por supuesto, la mayor parte del beneficio procede del aeropuerto Henri Coandă. Theodor Postelnicu es portavoz de la Compañía Nacional de Aeropuertos Bucarest, y nos amplía más detalles sobre este crecimiento:
“Este resultado se debe en primer lugar a los ingresos obtenidos de la explotación y del aumento del tráfico aéreo de personas y también al aumento del nivel de eficiencia en la gestión de los aeropuertos. Cabe mencionar la fluidez del flujo de pasajeros, tanto en la salida, como también en la llegada de vuelos. Luego, hemos mejorado el control de seguridad de los pasajeros y hemos ampliado la red de transporte en coche en el aeropuerto.
Con casi 13 millones de pasajeros registrados en 2017, el aeropuerto Henri Coandă es uno de los más importantes de Europa del Este. Los pasajeros proceden de todo el territorio de Rumanía, y también de la República de Moldavia o el norte de Bulgaria. “La democratización del transporte en avión, producida tras el desarrollo de los vuelos low-cost, ha generado nuevos retos en 2018, para la administración del aeropuerto Henri Coandă. Theodor Postelnicu, portavoz de la Compañía Nacional de Aeropuertos Bucarest:
“El tráfico aéreo ha venido aumentando cada año. Lo mismo ocurre en el ámbito mundial, no solo en Rumanía. Hay una tendencia de crecimiento inevitable, una situación que tenemos que afrontar. El año pasado tomamos algunas medidas en este sentido y también lo haremos en el futuro.
Pero el aeropuerto Henri Coandă tiene una capacidad limitada. Necesitamos nuevas líneas de transporte aéreo, y para alcanzarlas, debemos ampliar la superficie actual, o bien construir otra nueva. Theodor Postelnicu:
“Había, hace mucho tiempo, si no me equivoco, un proyecto privado para abrir un aeropuerto en el sur de Bucarest, pero ya no se dice nada de ello. Pero tenemos otro proyecto destinado al desarrollo de Otopeni. Vamos a construir una nueva terminal. Se han iniciado todos los trámites y recientemente, hemos obtenido las aprobaciones. Esta terminal, prácticamente significa una zona de llegadas y salidas que incluirá un nudo intermodal, también una terminal de carga y otra terminal de pasajeros, así como una nueva plataforma. Es decir, prácticamente, un nuevo aeropuerto.
Uno de los problemas más graves en el aeropuerto Henri Coandă es la falta de conexiones ferroviarias. Hay una ruta que hace la conexión entre la estación del norte de Bucarest y la ciudad de Otopeni. Este viaje dura casi una hora y la llegada al aeropuerto se hace en una pequeña estación ubicada a unos 3 kilómetros de la zona aeroportuaria. De ahí, hay transporte gratuito en coche ofrecido por la Compañía Rumana de Ferrocarriles que los pasajeros pueden coger para llegar a la terminal. La duración y las condiciones de transporte hacen que los pasajeros casi siempre eviten esta solución. Aparte del taxi, los únicos medios de transporte público son 2 líneas de bus, uno que sale del centro de Bucarest y otro de la estación del norte. Se puede llegar al destino en una hora, más o menos, en función de las condiciones de tráfico.
Por esta razón, en muchas ocasiones se ha planteado el problema de abrir una nueva ruta de metro, entre Bucarest y su principal aeropuerto. A lo largo del tiempo, ha habido varias iniciativas en este sentido, pero solo recientemente estas ideas se han llevado a la práctica. A finales del año pasado, el ministro rumano de Transportes, Felix Stroe, anunciaba que, tras haberse enviado una nueva documentación para la línea de metro que unirá la capital con el aeropuerto, la Comisión Europea ha aprobado la solicitud de financiación del metro. La nueva línea tendrá una longitud de 14,2 kilómetros y 12 estaciones, y el coste total del proyecto alcanzará unos 1.391 millones de euros.