Cría de ganado ovino en Rumanía
Las fiestas pascuales están a la vuelta de la esquina y los pastores están preparados con un amplio surtido de manjares exquisitos.
România Internațional, 18.04.2017, 08:40
Las fiestas pascuales están a la vuelta de la esquina y los pastores están preparados con un amplio surtido de manjares exquisitos. La oferta es generosa porque el cordero no puede faltar en la comida del Domingo de Pascua de Resurrección. Además de los corderos de razas rumanas criados como se hacía siglos atrás, el mercado ofrece también corderos ecológicos.
Rumanía es el tercer productor de ovinos de la Unión Europea, después de Reino Unido y España, con un total de 9 millones y medio de cabezas de ganado ovino. Las autoridades de Bucarest consideran que unos 4 millones y medio de ovinos pueden ser exportados anualmente, dado que los rumanos no son grandes consumidores de esta carne. En la cultura gastronómica del país solo un día al año, el Domingo de Pascua de Resurrección, se come carne de cordero.
Los pastores de la Asociación EcoMioriţa del pueblo Vurpar, de la provincia de Sibiu se han especializado en la cría de ovinos en sistema ecológico, para poder vender corderos y leche a las fábricas de productos naturales de la zona. Además de esto, todos los años exportan unos 8000 corderos a España e Italia. Florin Dragomir, presidente de la Asociación EcoMioriţa, nos explica cómo se crían los corderos ecológicos:
“Queremos ofrecer productos sanos. En esta asociación hay un grupo de productores, 40 pastores, que tienen 14000 ovinos y todos están certificados como ecológicos, tanto los animales como los pastos. La alimentación de los animales se hace en tierra de pastos certificados como ecológicos, en la que no se han usado abonos químicos o pesticidas desde hace decenios. La fertilización y el mantenimiento de las praderas se hace a través del redileo que consiste en mudar el redil cada tres días para que no se acumule nitrógeno en exceso en el suelo. Se fertiliza el suelo con abono originado de materia orgánica descompuesta, cortamos la hierba a mano y el forraje que resulta es ecológico. También es importante el número de animales por unidad de superficie, o carga ganadera, porque hace falta guardar una estrecha proporción con la superficie disponible para evitar los problemas derivados del sobrepastoreo. No podemos criar más de 13 ovejas por hectárea.
La cantidad de productos obtenidos en el sistema ecológico es más reducida porque no se usan productos químicos para aumentar la producción. Una oveja no produce más de 70 litros de leche al año. Florin Dragomir, el presidente de la Asociación EcoMioriţa, espera abrir una fábrica de leche para procesarla toda según las normas ecológicas. Desafortunadamente la mayoría de los rumanos no busca productos ecológicos. También es cierto que el precio de estos productos es mucho más caro porque los costos para criar corderos ecológicos son más altos, admite Florin Dragomir.
“Aquí, en Rumanía, la gente no conoce la diferencia entre un producto ecológico y uno normal. Si el precio es un poco mayor, no se compra. Nunca hemos tenido demanda de corderos ecológicos, para que alguien venga y se los lleve todos, que nos dé un precio mayor porque tienen certificación ecológica. Hemos vendido de manera ocasional a algunas personas que saben cómo los criamos cerca de Sibiu. Por ejemplo, nos visitó un italiano y dijo que iba a comprar todos los corderos, a ellos vendemos la mayoría de los corderos desde hace unos años. Saben que tenemos buena mercancía, pero no piden que sean corderos ecológicos, porque nos dan el mismo precio.
Daniela Demian es del distrito de Bihor y desde hace muchos años se dedica a criar ovejas junto con su marido. El negocio iba bien, pero desde hace unos años han ocurrido problemas, como en la mayoría de las granjas de ovinos de Rumanía:
“Invertimos también desde el principio en el terreno, es decir que compramos praderas y terreno agrícola cuando nadie compraba, para formarnos una base forrajera. Ahora tenemos una granja mayor y tuvimos aproximadamente 1.500 ovejas, pero en los últimos dos años hemos llegado a las 600 ovejas y queremos dejar de criarlas. Desde hace 3 o 4 años usamos nuestro propio dinero para hacer frente a los gastos de la granja. Los pequeños granjeros sienten también que ya no pueden vivir de la cría de ovejas desde varios puntos de vista. El primer problema llegó cuando se introdujo el embargo en los productos alimenticios hacia los países exsoviéticos. Entonces comenzó todo. Entraron en el país un montón de productos muy baratos, y el consumidor compra lo más barato que hay. Nuestras ventas han bajado muchísimo. La demanda de cordero, incluso en el mercado rumano, es muy baja y no es alentadora. En primer lugar, debido a la legislación. La gente no tiene dónde cortar el cordero. Después, tampoco la legislación sobre la venta de los quesos en el mercado es como debería ser. Es decir que todo lo que se vende en el mercado es ilegal respecto a la legislación sanitaria-veterinaria. Aquellos que venden deben tener todo tipo de autorizaciones, es decir que la situación es muy complicada. Para un granjero no es rentable hacer algo así, los costes son muy elevados. Después, el precio de las ovejas ha llegado a ser muy bajo. Antaño, en esta época, las ovejas se vendían para ordeñarlas, se compraban de un lado a otro, por aproximadamente 4-5 millones de lei (unos 100 euros, n.r.) la oveja. Ahora una oveja no se vende ni siquiera por un millón de lei (menos de 25 euros, n.r.). Sin tener una legislción que proteja el mercado rumano y al productor rumano, uno no lo consigue. No tiene cómo. Las multinacionales compraron casi todas nuestras fábricas de productos lácteos, sólo ellas saben lo que venden allí.
Daniela Demian ha exportado a Bélgica corderos engordados de la raza Turcană, porque es una raza rústica y ha obtenido también un precio mejor. Exporta actualmente a la zona de los Balcanes (Bosnia, Croacia, Grecia) y a los países árabes. Espera también que se reanude la exportación a Israel.
Para este año, los precios de los corderos en el mercado rumano es de entre 8 y 10 lei (aproximadamente 2 euros) para el codero vivo, y el precio del cordero sacrificado será de casi 18 lei (aproximadamente 4 euros).
Para cumplir las demandas del mercado, en varias zonas de Rumanía, los ganaderos de ovinos han traído una novedad al mercado: corderos obtenidos del cruce de razas autóctonas con razas extranjeras de Francia o Alemania. Se han obtenido así corderos con un peso doble al de la raza autóctona de Merinos. La carne tiene además un sabor especial, no tiene grasa y es mucho más tierna, muy baja en colesterol.