El sector energético
Recientemente se ha finalizado el conducto destinado para el transporte de gas que pasa por debajo del Danubio, entre Rumanía y Bulgaria, entre las ciudades de Giurgiu y Ruse respectivamente.
România Internațional, 04.10.2016, 18:31
El conducto que tendrá una longitud total de aproximadamente 25 kilómetros se debería haber finalizado en 2012, pero el proyecto se ha retrasado debido a los procedimientos sobre el cruce subterráneo del Danubio. El conducto tendrá una capacidad máxima de transporte de 1.500 millones de metros cúbicos de gas al año desde Bulgaria hacia Rumanía, y la capacidad desde Rumanía hacia Bulgaria será de 500 millones de metros cúbicos al año. El nuevo conducto se podrá emplear tanto para las importaciones, como para las exportaciones de gas natural y funcionará pronto. El interconector Rumanía-Bulgaria fue financiado con fondos europeos de 23 millones de euros, de los que 10 millones se asignaron para las obras en la orilla rumana y 13 millones para la parte búlgara. El plazo límite de todas las obras es el 31 de diciembre de 2016. El gasoducto de Ruse a Giurgiu forma parte del proyecto BRUA – Bulgaria, Rumanía, Hungría, Austria, que hará la conexión entre las redes de gas natural de los cuatro Estados y facilitará la exportación del gas del mar Negro hacia Austria.
Rumanía se está acercando al objetivo de tener independencia energética gracias a las importantes reservas de gas descubiertas en el mar Negro. El ministro de Energía, Victor Grigorescu, ha declarado lo siguiente en una entrevista a Radio Rumanía:
“Creo que antes de hablar de la independencia energética, deberíamos hablar de la seguridad energética, porque nuestro objetivo no es el de tener un sistema autárquico, un sistema cerrado, sino que para nosotros es importante tener continuidad en el suministro. Y entonces esto significa que hay una parte de independencia energética, es decir que nos basamos en nuestros propios recursos, y por otro lado debemos tener también la posibilidad de abastecernos de las fuentes exteriores en caso de necesidad y el mejor ejemplo de los esfuerzos que hemos hecho en este sentido es el proyecto BRUA. Es el proyecto del gasoducto que hará la conexión entre Rumanía y Bulgaria, entre Hungría y Austria, y que nos permitirá acceder a nuevas fuentes de gas natural. Es un proyecto que durará cuatro años y que supone la construcción de 528 kilómetros de nuevo conducto en Rumanía, como decíamos, la seguridad energética es la más importante.
Sobre el proyecto del gasoducto BRUA ha hablado también el secretario general de la Asociación Rumana de las Compañías de Explotación y Producción Petrolera, Daniel Apostol:
“En primer lugar, el inicio del gasoducto BRUA ya no es una hipótesis, ya no es una teoría. Hay cosas que ya se están poniendo en marcha, es una inmensa inversión que Rumanía desarrollará también con financiación europea, lo que es algo positivo, un tercio de los más de 500 millones de euros que suponen la inversión total, será dinero procedente de la Unión Europea. El BRUA cobrará vida cuanto antes y, cuando tengamos un conducto de alta presión de este tipo, las reservas del mar Negro empezarán a comercializarse, el mercado será verdaderamente funcional, es decir que Rumanía será de verdad un jugador relevante en el mercado europeo de la energía.
Para las obras del gasoducto BRUA en el territorio de Rumanía, la compañía de transporte del gas natural Transgaz firmó a principios de septiembre, en Budapest, el convenio mediante el cual ha recibido una financiación europea de 179 millones de euros a través del Mecanismo Conectar Europa. En el primer año, junto al buen funcionamiento del conducto en base a los convenios firmados, Transgaz proporcionará un caudal de 500 millones de metros cúbicos a una presión de 29 bares en la frontera. El gasoducto BRUA se desarrolla en el contexto de la necesidad de diversificar las fuentes de alimentación con gas natural de los países europeos, de aumentar la seguridad de la alimentación con gas natural de Rumanía, mediante el acceso a nuevas fuentes, pero también para el transporte hacia los mercados centroeuropeos de las reservas de gas natural de la región caspia.
El ministro de Energía, Victor Grigorescu, ha hablado también de la producción de energía procedente de las fuentes renovables:
“Las fuentes renovables son seguramente importantes y es normal que Rumanía evolucione también hacia las tecnologías que tienen un pequeño impacto respecto a las emisiones de dióxido de carbono. Es decir que, desde este punto de vista, las fuentes renovables son extremadamente importantes. Pero creemos que las tecnologías actuales no son todavía lo suficientemente maduras para convertirse en una presencia significativa en los próximos decenios. Y voy a poner también un ejemplo: en este momento estamos equilibrando, es decir que aseguramos el complemento de energía eléctrica para los periodos en los que, por ejemplo, no sopla el viento o en los que no hay suficiente luz solar para que funcionen los paneles fotovoltaicos con la producción de las centrales térmicas de carbón, lo que, de alguna manera, es una paradoja. Creo que lo que debemos hacer en este momento es volver a colocar correctamente algunos elementos de la mezcla energética, para que siga siendo equilibrado, para que podamos seguir teniendo lo que llamábamos seguridad en el abastecimiento. Tenemos producción de renovables y es generosa. Hemos superado los objetivos asumidos a nivel europeo. Por otro lado, tenemos también un sector minero que sufre, tenemos también un potencial hidroenergético.
Pronto se publicará el documento final de la Estrategia Energética de Rumanía 2016 – 2030, con la perspectiva del año 2050.