El año 1918 visto desde el otro lado
El volumen “Más allá de las trincheras es más que una invitación a la lectura. Es una exhortación a contemplar un año glorioso, como lo fue 1918 para los rumanos, del otro lado, de los que perdieron.
Steliu Lambru, 17.04.2023, 13:02
Mucho se ha escrito y se seguirá escribiendo sobre la Primera Guerra Mundial, sobre la “Gran Guerra, como se la llamó entonces, porque fue algo que el mundo nunca antes había visto. Supuso una inmensa movilización de recursos y de personas, llevada a cabo por las ideas de la época, por las creencias y por las utopías. Porque las ideas más excéntricas, antes de materializarse, son las rarezas que la gente trata con entusiasmo, aunque también con prudencia, situándolas en la categoría de utopías. Todo lo que siguió al final del primer conflicto mundial se consideró irrealizable antes de 1914, año en el que comenzó la conflagración.
Rumanía entró en el gran conflicto en 1916 del lado de la Entente anglo-franco-rusa. El ejército rumano luchó en 1916 sin compañía en el frente más largo de la Primera Guerra Mundial, desde la cadena de los Cárpatos, en el norte, hasta el Danubio y la costa del mar Negro en el sur, y fue derrotado. Con el apoyo del ejército ruso y la misión militar francesa, dirigida por el general Berthelot, el ejército rumano resistió con éxito el avance de los ejércitos alemán y austrohúngaro, en 1917. En 1918, tras la victoria de la Entente, se hizo posible la unión del Antiguo Reino de Rumanía con los territorios de los imperios vecinos, habitados mayoritariamente por rumanos. El año 1918 fue, para la posteridad, uno de triunfo, de celebración y conmemoración de los sacrificios de todos los rumanos por la Gran Rumanía.
El sabor de la victoria de 1918 no dejó lugar a la piedad por los vencidos, que lo perdieron casi todo. Austria-Hungría fue disuelta y reducida a los territorios donde las poblaciones étnicas de los dos Estados sucesores, Austria y Hungría, eran mayoritarias. Pero los verdaderos ganadores son aquellos que encuentran el tiempo y la disposición para mirar el sufrimiento de los perdedores y para ver sus propios sufrimientos por la victoria, a través de los ojos de los perdedores. El volumen editado por los historiadores húngaros Nándor Bárdi y Judit Pál, titulado “Más allá de las trincheras. Cómo vivieron los húngaros en Transilvania la Gran Guerra y el Trianón, es una recopilación de documentos de la época.
El historiador Daniel Cain dijo que, para los rumanos, el comienzo de la guerra que condujo a la victoria final fue demasiado optimista, con muy pocas dudas:
“Me refiero a un artículo que representó una voz singular en la prensa del Antiguo Reino de finales de 1914 y principios de 1915. Es un artículo en profundidad, publicado en una revista económica, que responde a aquellos que insistieron en entrar en la guerra: bien, entramos en Transilvania, crearemos la Rumanía Grande. ¿Cuál es el modelo administrativo que propondremos a los de Transilvania? ¿Tenemos la experiencia administrativa necesaria para reemplazar, por ejemplo, a la élite de las ciudades de Transilvania? Fue un artículo singular en la prensa de ese período, porque había artículos extremadamente estruendosos sobre la necesidad y la facilidad de tomar la decisión de que el ejército rumano cruzara los Cárpatos.
La facilidad con la que las personas producen verdaderas tragedias es típica de nuestra mente y está motivada por buenas intenciones. Una de las ilusiones de las que se alimenta la gente es que una guerra acabe rápido, sin mucho esfuerzo. Era una forma de pensar de esa generación y, como ha demostrado la historia, las siguientes generaciones hicieron lo mismo.
Daniel Cain: Para ilustrar esta facilidad con la que se vio la guerra en el verano de 1916, en Bucarest, hubo dos incidentes importantes, antes de la entrada de Rumanía en la guerra: una explosión en el arsenal del Ejército y una explosión en la fábrica de pólvora del barrio de Dudești. La prensa del día siguiente, en este caso Adevărul (el periódico La Verdad), dice que había que tomar medidas, porque los espías habían hecho esto y habían sacrificado a 300 personas, es decir, exactamente a las que había que sacrificar para el cumplimiento del ideal nacional después de cruzar los montes Cárpatos. Entonces, en 1916, una gran parte del público en el Antiguo Reino estaba convencido de que esta entrada de Rumanía en la guerra sería básicamente pan comido.
Daniel Cain nos habló sobre las cualidades de un volumen provocador, uno en el que encontramos las mismas experiencias de tiempos de guerra, solo que desde el lado opuesto de la perspectiva:
Básicamente, nos da algunas respuestas a algunas preguntas, nos da un cuadro muy variado sobre lo que significa la experiencia de la guerra, principalmente para el hombre común de aquellos tiempos. Aquí tenemos testimonios de experiencias que se resumen, en primer lugar, en la incertidumbre, en la incertidumbre del mañana, el miedo. Pongámonos en la situación de los que vivían en los pueblos fronterizos, donde de repente, al día siguiente, vieron entrar otro ejército en su localidad. Ven un cambio, una retirada del gobierno local, un reemplazo del gobierno local, y en unos días o unas semanas vuelven al estado anterior de las cosas.
El volumen “Más allá de las trincheras es más que una invitación a la lectura. Es una exhortación a contemplar un año glorioso, como lo fue 1918 para los rumanos, del otro lado, de los que perdieron, y a compartir el sufrimiento, vencedores y vencidos por igual.