Dacia, el último espacio del mundo romano
El Museo Nacional de Historia de Rumanía ha inaugurado la exposición Dacia. La última frontera de la romanidad. Es la exposición general más grande dedicada a los getas, a los dacios, a los rumanos y a los primeros inmigrantes en este espacio.
Steliu Lambru, 31.10.2022, 14:54
Al norte del Danubio, desde su curso medio e inferior hasta su confluencia, antiguas fuentes griegas y romanas mencionan la existencia de tribus getas y dacias en el gran conglomerado tracio. La información que aprendemos sobre los getas y los dacios difiere de un autor a otro, su escasez o abundancia se puede atribuir al período en el que escriben los autores y a la precisión de su documentación. No se sabe exactamente si los getas y los dacios eran el mismo pueblo, algunas opiniones afirman que eran idénticos, otras no. La información más abundante y más precisa la obtendríamos del emperador Trajano, conquistador de Dacia en el año 106 d.C., autor del volumen De bello dacico. Las notas de Trajano se han perdido, pero sobrevive una sola oración en el tratado de gramática latina de Prisciano, autor del siglo VI. Es una breve cita del texto de Trajano y hace referencia al paso por el Banato del ejército romano: De aquí fuimos a Berzobis, luego a Aixis.
La historia política de los getas y los dacios termina en el año 106 d.C. cuando Trajano conquista el Estado del rey Decébalo. Una parte del espacio de Dacia, Transilvania y el actual Banato dentro del arco de los Cárpatos y Oltenia entre los Cárpatos y el Danubio, se transforma en una provincia romana. Otros getas y dacios, como los de Muntenia, Maramureș y Moldavia, permanecen fuera de la administración romana, pero están influenciados por el mundo cultural y la civilización romana. Así estuvo Dacia hasta el año 275, año en el que el emperador Aureliano decidió retirar el ejército y la burocracia romana de Dacia, la frontera más avanzada del mundo romano en el noreste de Europa.
El Museo Nacional de Historia de Rumanía ha inaugurado la exposición Dacia. La última frontera de la romanidad. Es la exposición general más grande dedicada a los getas, a los dacios, a los rumanos y a los primeros inmigrantes en este espacio, organizada durante los últimos 25 años en Rumanía. El Museo Nacional de Arqueología de Madrid, España, y el Museo Nacional Romano de Roma, Italia, han colaborado en la exposición. Ernest Oberländer-Târnoveanu, director del Museo Nacional de Historia de Rumanía, ha querido eliminar la apuesta política a la que se jugaba y se juega, a veces, con el tema de los getas y los dacios.
Los dacios no pertenecen a un partido político, no pertenecen a una determinada forma de pensar o ideología. Representan un pueblo importante de la antigüedad sobre el que luego se ha construido, a través de un proceso muy complicado, una nación que hoy lleva el nombre de los rumanos, continuando con el nombre de «romanus» de la antigüedad y cuyo idioma hoy en día se basa en gran medida en el latín.
La exposición incluye piezas de resistencia de la cultura de los getas y los dacios: el casco dorado de Coțofenești, los tesoros de Stâncești, Agighiol y Peretu, el tesoro principesco de Cucuteni-Băiceni, los tesoros de plata de Sâncrăieni, Herăstrău, Senereș y Vedea, las inscripciones que mencionan a los reyes Tiamarkos, Burebista y Decébalo. También se exhiben los retratos imperiales de Trajano, Antonino Pío, Marco Aurelio, Trajano Decio, los tesoros de Pietroasele, Apahida e Histria. Sin embargo, Ernest Oberländer-Târnoveanu cree que hay mucho espacio para nuevas investigaciones.
De los dacios no sabemos tanto como deberíamos saber, no solo porque sus huellas se extienden por un amplio territorio y por muchos lugares, a menudo de difícil acceso, en comarcas altas o en lugares boscosos, sino también porque, por otro lado, no damos mucho dinero para estas investigaciones. Hemos reunido aquí vestigios de 45 museos, incluido el Museo Nacional de Historia de Rumania y de la República de Moldavia. Miramos a los geto-dacios, como se les llama convencionalmente, en una continua evolución histórica, desde los primeros elementos que nos permiten ver que, de la masa de tribus tracias que vivían al norte del Danubio, sucedió algo que luego conduciría, desde el punto de vista de la cultura material, hasta la civilización dacia clásica.
La historia de un pueblo nunca puede verse sin la presencia de otros pueblos. Ernest Oberländer-Târnoveanu:
Observamos a los dacios también en su evolución posterior, cuando estaban, una parte de ellos, incluidos en el Imperio romano como provincia. También por primera vez hemos puesto en una exposición a los dacios libres, aquellos que quedaron más o menos fuera del control imperial romano. También hemos incluido el período en que la población de la antigua provincia romana de Dacia y las poblaciones de los dacios libres y otras tribus que se asentaron aquí se unieron en una gran unión política y cultural, conocida como la cultura de Sântana de Mureș-Cerneahov. Desde un punto de vista político, la cultura de Sântana de Mureș-Cerneahov representa la confederación de las tribus góticas, pero que tiene elementos de la cultura de los dacios libres, de la cultura de los sármatas y de otros grupos étnicos. Esta exposición repasa casi 1400 años de historia: desde el momento en que podemos ver al norte del Danubio que la evolución es diferente a la del sur del Danubio y hasta el momento en que en el año 681 el Imperio romano de oriente, que se convertía cada vez más en el Imperio bizantino, emprende la última acción militar y política al norte del Danubio.
“Dacia. La última frontera de la romanidad trata sobre el antiguo espacio donde se formaron más tarde los rumanos. Pero también trata, al mismo tiempo, de la historia de los otros pueblos.