La isla de las Serpientes
La isla de las Serpientes reapareció en el panorama público el 25 de febrero de 2022, el día después del comienzo de la guerra ruso-ucraniana.
România Internațional, 07.03.2022, 11:56
La isla de las Serpientes reapareció en el panorama público el 25 de febrero de 2022, el día después del comienzo de la guerra ruso-ucraniana. El viernes, un buque de guerra ruso ordenó a la guardia ucraniana de la isla que se rindiera y tras un breve bombardeo la isla fue capturada. Esta agresión ha reabierto el debate sobre la historia de la única isla del Mar Negro, su ecosistema y sus asentamientos humanos.
Ubicada a 20 millas náuticas o 44 kilómetros de la desembocadura del Danubio en el Mar Negro, la isla de las Serpientes es de roca caliza, está desprovista de agua y árboles, con vegetación escasa, juncos y zarzas. Su nombre proviene de las pequeñas serpientes de agua no venenosas que una vez vivían allí. Su superficie es de 17 hectáreas, de Norte a Sur tiene 440 metros y de Este a Oeste 662 metros. Debido a las duras condiciones de vida, la isla no tiene residentes permanentes más allá de los guardias fronterizos.
La isla se ha utilizado como base de pesca desde la antigüedad. También se la llamó la isla Blanca, Leuke o Achilleis, cuando servía de lugar de descanso a comerciantes milesios. En el siglo XVI, la isla quedó bajo el control del Imperio otomano, y en 1829, por el Tratado de Adrianópolis, Rusia se anexionó la isla y en 1842 construyó allí un faro. En 1878, Rumanía recibió la isla junto con el delta del Danubio y Dobrogea tras el Tratado de Paz de Berlín. En 1940, tras la anexión de Besarabia y el norte de Bucovina por parte de los soviéticos, la isla siguió siendo territorio rumano.
En 1948, tras la conclusión del Tratado de Paz de París de 1947, tuvo lugar la primera invasión territorial tras la Segunda Guerra Mundial por parte de la Unión Soviética. Por el protocolo firmado el 4 de febrero de 1948 y el acta verbal del 23 de mayo del mismo año, Rumanía perdió la isla. Cabe señalar que estos actos no han sido nunca ratificados. El 25 de noviembre de 1949, tuvo lugar la segunda invasión territorial: la frontera del Danubio entre Rumanía y la URSS fue empujada hacia el Canal Musura, al oeste de la desembocadura del Chilia, el afluente norte del delta del Danubio. Eduard Mezincescu fue el viceministro de Asuntos Exteriores de Rumanía y quien firmó la cesión de la isla. En 1994, recordó las circunstancias en las que ocurrió el traslado.
«En 1948, recibí una orden de Ana Pauker diciéndome que cuando se trazaron las fronteras después de la guerra con la URSS, se había omitido la cesión de la isla de las Serpientes a los soviéticos. Pauker, ministra de Exteriores de Rumanía, dijo que los soviéticos habían planteado el problema recientemente y se decidió darles la isla. Profir, el ministro de Obras Públicas, y yo fuimos a Tulcea y, más adelante, a Sulina y a la isla para completar el proceso de entrega y recepción de la isla. Lo cual yo hice. En la isla, los soviéticos estaban presentes a través del embajador, el viceministro de Exteriores y personal militar. Había una mesa preparada al aire libre y el acta verbal estaba preparada. Nos invitaron a firmar. Yo dije que quería ver lo que me estaban dando antes de firmar. Y obligué, a regañadientes, a todos los asistentes a hacer un tour por la isla a pie. Con este capricho retrasé la firma del documento».
En 1999, el Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana grabó una entrevista con el almirante Constatin Necula, jefe de seguridad de la navegación rumana en el Mar Negro durante la Segunda Guerra Mundial.
«Después del 23 de agosto de 1944, cuando comenzó la delimitación de la frontera rumano-soviética, fui enviado a Sulina para participar, junto con 2 oficiales soviéticos, en el trazado de la frontera marítima. Fui a Sulina sin recibir ningún tipo de instrucción y porque había escasez de especialistas. Me dijeron que se trazaría el mapa, no me dijeron dónde estaría la frontera ni cómo se haría. Solo me dijeron que hablara con los soviéticos y evitara cualquier conflicto con ellos. Encontré en Sulina a los dos oficiales soviéticos que ya habían terminado de establecer la frontera. Habían instalado una baliza al norte del puerto de Sulina, a aproximadamente 1 o 1,5 km de distancia, y me dijeron que la frontera cruzaría por allí: en el afluente Chilia del delta del Danubio, por el brazo pequeño del Chilia, que fluía hacia el sur. Habían tomado todo el delta que formaba el afluente del Chilia. La frontera seguía hacia la baliza fijada al norte de Sulina, y luego hacia el Este. Se tomaron la molestia de colocar la baliza de tal manera que una línea que iba al Este, perpendicular a la costa, pasaba por el sur de la isla de las Serpientes, para que esta les perteneciera a ellos. Redactaron un informe con un mapa y un proceso verbal que no quise firmar. Les dije que no estaba autorizado para firmar ninguna cesión de territorio ni para colocar ninguna boya”.
Después de la desintegración de la URSS en 1991, la isla de las Serpientes volvió a pertenecer a Ucrania. El 3 de febrero de 2009, la Corte Internacional de Justicia de La Haya dio su veredicto en el juicio entre Rumanía y Ucrania por la delimitación de la plataforma continental del Mar Negro y la zona económica exclusiva. A Rumanía se le otorgó jurisdicción soberana sobre un área de 9700 kilómetros cuadrados, el 79,34 % del área en disputa, y el resto fue para Ucrania.