Los ferrocarriles y la hora exacta en el espacio rumano
Hoy en día la gente se ha acostumbrado tanto a la hora exacta que ya la considera una banalidad.
România Internațional, 14.06.2021, 18:02
Hoy en día la gente se ha acostumbrado tanto a la hora exacta que ya la considera una banalidad. Estamos rodeados de todo tipo de relojes y es casi imposible no saber qué hora es en un determinado momento. Sin embargo la hora exacta tiene una historia al igual que cualquier idea, objeto o paisaje. La historia de la hora exacta tiene que ver con la aparición del ferrocarril y es igual de apasionante que cualquier otra historia. Estamos influidos por las ideas y los objetos más triviales y esto nos convierte en la gente de nuestro tiempo. La hora exacta y el ferrocarril están unidos desde la mitad del siglo pasado.
El historiador Dorin Stănescu nos ha ayudado a contar en breve la historia de esta relación.
El tren apareció en 1830 en Inglaterra y dicen que ”Inglaterra regaló al mundo el ferrocarril”.
Escuchemos a Dorin Stănescu:
”Cuando apareció el ferrocarril en Inglaterra, los ingleses también se enfrentaron a un problema. Hay que decir que a través del ferrocarril, Europa inventó la velocidad en el siglo XIX. Al comienzo de la existencia del ferrocarril hubo una sola línea ya que no había mucho tráfico, pero con el tiempo el tráfico se intensificó y causó el primer problema: la falta de sincronización de los relojes de varios conductores produjo accidentes saldados con muertos y daños.”
Dicen que para cada problema hay una solución. Y los ingleses la encontraron.
Nuevamente en declaraciones para RRI, Dorin Stănescu:
”En 1840 el capitán inglés Basil Hall propuso que los correos de todo el país adoptaran la hora de Londres. Inicialmente, la idea no tuvo éxito, los correos no estuvieron de acuerdo. Sin embargo, los ferrocarriles demostraron ser una institución revolucionaria en el siglo XIX y entendieron rápidamente que era una buena solución. Desde el mes de noviembre de 1840, la compañía Great Western Railway aplicó en su primera línea una hora única y propuso que la hora de Londres comunicada por el Observatorio Astronómico de Greenwich se convirtiera en la hora del ferrocarril.”
El espacio rumano adoptó rápidamente todo lo que llegaba de Occidente. Dorin Stănescu ha dicho que el modelo inglés fue aprobado sin reservas:
”El ferrocarril se convierte en parte del paisaje cotidiano rumano desde 1869. El ferrocarril contribuyó a la aparición de la hora única en todo el territorio rumano y a un sistema de transmisión de la hora exacta. En Rumanía, el proceso de estandarización de la hora exacta y de implementación de la hora en Bucarest es el modelo suministrado por los ingleses, la hora de la capital se convierte en hora nacional. En Rumanía, hasta el año 1890, en muchos tramos circulaban tan sólo algunos trenes al día y evidentemente no había peligro de accidentes. Después de 1893, Francia, Alemania y Austro-Hungría unifican la hora. El proceso empieza tímidamente también en Rumanía. La adopción de la hora de Bucarest, calculada según el meridiano de Greenwich, se hizo mediante la cooperación de dos instituciones: los Ferrocarriles Rumanos y el Instituto Meteorológico Rumano. El padre de la unificación de la hora en Rumanía fue Ștefan Hepites, el primer director del Instituto Meteorológico.”
Al comienzo, la estandarización de la hora exacta significó evitar tragedias, pero después determinó la introducción del orden y el funcionamiento de las instituciones.
Dorin Stănescu nos amplía más detalles al respecto:
”Para medir el tiempo, en 1892 fue construida una sala meridiana especial, dotada con un telescopio. Ștefan Hepites se desplazó, a solicitud del Gobierno, a Alemania para estudiar el sistema de la estandarización de la hora utilizado allí. Una de las soluciones iniciales fue comunicar la hora exacta diariamente a las 12:00 mediante salvas de cañón, propuesta hecha por Ștefan Hepites, pero este experimento resultó ser un desastre. Era el año 1895. Se renunció a este medio porque el sonido del golpe no se oía en toda la ciudad. La solución encontrada data del mes de septiembre de 1895 y fue una conexión telegráfica directa entre la Estación de Filaret y el Instituto Meteorológico. Diariamente, a las 12:00, desde el instituto se comunicaba la ora exacta que luego se transmitía mediante telégrafo a todas las estaciones de ferrocarril del país. Posteriormente, este mecanismo fue adoptado también por los correos, el telégrafo y otras instituciones del país. En 1900, todo el país utilizaba la hora de Bucarest. También entonces nació el dicho: «La hora de la estación, la hora del país». Era un firme reconocimiento del papel de los Ferrocarriles Rumanos en la comunicación de la hora exacta a nivel nacional.”
¿Cómo ha cambiado el ritmo de la gente en función de la hora exacta y el ferrocarril? Dorin Stănescu nos responde:
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”Hay muchos indicios en la literatura sobre la hora exacta y el modo en que ésta se convierte en parte de la vida cotidiana de los rumanos. En las primeras novelas «Manoil» y «Helena» de Bolintineanu encontramos informaciones sobre el tiempo y la hora exacta. También en «Ciocoii vechi și noi» de Nicolae Filimon y en los «Bocetos» de Caragiale. En 1899, Caragiale escribió el boceto «Ferrocarriles Rumanos» en el que mencionó muchas veces el reloj.”
Las estaciones fueron dotadas de relojes y el personal recibió relojes personales, siendo el transporte ferroviario el sistema de referencia de la exactitud. Hasta 1950, los Ferocarriles Rumanos comunicaron la hora exacta, pero después de esta fecha la misión le correspondió a la radio pública.