Ion C. Brătianu 200, bicentenario del nacimiento
Cada nación tiene sus padres fundadores, figuras excepcionales a las que se debe gratitud. No es un simple ritual, sino un homenaje a los que tuvieron visión y valor y aprovecharon las circunstancias para tomar las mejores decisiones para su país.
România Internațional, 21.06.2021, 15:00
Cada nación tiene sus padres fundadores, figuras excepcionales a las que se debe gratitud. No es un simple ritual, sino un homenaje a los que tuvieron visión y valor y aprovecharon las circunstancias para tomar las mejores decisiones para su país. Uno de los padres fundadores de Rumanía fue Ion Constantin Brătianu, el hombre cuyo nombre está relacionado con todos los grandes acontecimientos del siglo XIX.
Ion Constantin Brătianu nació el 2 de junio de 1821 en Ştefănești, a 100 kilómetros al noroeste de Bucarest, en una familia de boyardos. A los 18 años se unió al ejército en formación de Muntenia y pronto se fue a París para realizar estudios politécnicos. En la capital de Francia fue iniciado en la masonería y recibió el rango de maestro. De temperamento radical jacobiano, Brătianu participó en la revolución de 1848 donde, como prefecto de la policía, intervino dos veces por la fuerza para salvar el gobierno revolucionario de la provincia rumana Muntenia. Partió al exilio a París después de que los ejércitos otomanos ahogaran la revolución y llevó a cabo una actividad febril para liberar a Muntenia del poder otomano. En 1857 regresó a Bucarest y participó en las elecciones para la unión con Moldavia. Asimismo, participó activamente en la destitución del primer príncipe Alexandru Ioan Cuza en 1866, y en la coronación de Carlos de Hohenzollern-Sigmaringen como príncipe. Ocupó cargos ministeriales y dirigió el Gobierno democrático más largo de la historia rumana, de 1876 a 1888, como primer ministro. Estuvo casado con Pía con quien tuvo 8 hijos, seis de los cuales vivieron.
La Academia Rumana marcó el bicentenario del nacimiento de Brătianu y el historiador Ioan-Aurel Pop, el presidente de la institución, dijo que la historia de la Rumanía moderna debería comenzar con la familia Brătianu.
”Si se hiciera un diccionario de los grandes rumanos y de las grandes familias rumanas que realizaron la Gran Unión y que modernizaron el país, este diccionario podría comenzar con Brătianu. Antes de morir, Ion C. Brătianu, honrado con el título de miembro de la Academia Rumana, pronunció las siguientes palabras: «Me revolveré en mi tumba si vosotros, mis hijos, no finalizáis la unión del país». Se trataba de asumir conscientemente el papel y los ideales de los propósitos nacionales y no de los pequeños propósitos personales. Y uno de sus hijos, Ionel, continuaría su actividad y se convertiría en uno de los más importantes políticos y estadistas que ha tenido Rumanía.”
Como cualquier figura icónica, Brătianu siempre estuvo donde se decidía la historia de su país, subrayó Ioan-Aurel Pop.
”Ion C. Brătianu construyó el país, más concretamente construyó su núcleo sólido cuando hizo la revolución de 1848, cuando fue a Dusseldorf para traer al príncipe Carlos, cuando fundó el Partido Nacional Liberal, cuando dirigió durante 12 años el Gobierno más sólido y de larga duración de la Rumanía moderna, cuando hizo campaña por la moneda, por la independencia, por la transformación de Rumanía en un reino y por muchas otras cosas. Los liberales de la familia Brătianu nos dieron una lección perfecta de civismo, a saber, que no hay activismo político dentro de los límites de los ideales personales sino sólo a la luz de los ideales públicos y nacionales”.
Ludovic Orban, presidente del Partido Nacional Liberal, cree que entre los logros más importantes de Brătianu fue la creación del Partido Nacional Liberal en 1875. El partido que, al igual que su líder, estuvo presente en todos los momentos importantes de la historia moderna de Rumanía.
”Uno de los grandes logros de Ion C. Brătianu fue la creación del Partido Nacional Liberal. La unión de varias facciones de orientación liberal y la formación del Partido Nacional Liberal, la famosa reunión de Mazar Pasha, fue la reunión de los líderes y de las fuerzas progresistas que querían la modernización y la emancipación en una formación política. Ion C. Brătianu es prácticamente el protagonista de los acontecimientos más importantes que llevaron al establecimiento del Estado rumano moderno. La generación de Brătianu, Rosetti y todas las demás personalidades que se unieron lograron una transformación espectacular de Rumanía, se dejó atrás lo anticuado y se pasó a todo lo europeo».
Después de una vida vivida al máximo en la política, en la sociedad, en la modernización y europeización de la sociedad, Ion C. Brătianu dejó este mundo el 15 de mayo de 1891, dos semanas antes de su 70 cumpleaños. Fue enterrado en su finca en la comuna Florica, un momento que el historiador Narcis-Dorin Ion describió de este modo:
«La muerte de Brătianu tuvo un fuerte eco en el país y en el extranjero y la ceremonia fúnebre celebrada en el campo, a la que asistieron más de 12.000 personas, en un gesto de gratitud a uno de los creadores de la Rumanía moderna, impresionó profundamente a los contemporáneos. Sería enterrado en el parque de su mansión Florica, en la colina, junto a la tumba de Florica, su primer hijo. Tres décadas más tarde, en mayo de 1921, tendría lugar la ceremonia de traslado de su cuerpo a la nueva capilla, así descrita por Sabina Cantacuzino, su hija: «el servicio fue corto, el ataúd llevado a hombros por los más viejos campesinos de Răteşti, seguido por el pequeño ataúd de Florica también llevado por dos veteranos».»
Ion C. Brătianu es sin duda un hito en la historia de Rumanía en todos los aspectos y su monumento en el centro de Bucarest da testimonio de ello. Las palabras escritas en el monumento son válidas para cualquiera que las lea: «a través de la mente, a través del corazón, a través de nuestros brazos».
Versión en español: Victoria Sepciu