Dumitru Prunariu, el primer rumano en el espacio exterior
Los vuelos espaciales acercaron a personas de diferentes culturas, diferentes etnias y situadas en lados opuestos de los intereses geopolíticos.
România Internațional, 24.05.2021, 18:10
Los vuelos espaciales acercaron a personas de diferentes culturas, diferentes etnias y situadas en lados opuestos de los intereses geopolíticos. Ideal de la humanidad en el intento de conocer las fronteras del mundo físico, el vuelo espacial hizo que se derritieran el aislacionismo y las barreras frente a la fuerza espiritual y física del hombre. El general de aviación e ingeniero Dumitru Prunariu es el único rumano que ha volado al espacio, en concreto el 14 de mayo de 1981, hace 40 años. Junto con el coronel Leonid Popov, Prunariu formó parte de la tripulación de la nave «Soiuz 40» que alcanzó el complejo orbital Saliut 6–Soiuz T-4. Fue la culminación de un largo período de preparación, el momento más importante en la vida del aviador rumano de 29 años.
La misión de Prunariu y Popov fue exitosa, especialmente porque terminó bien. El logro de hace 40 años fue marcado en los medios rumanos y Dumitru Prunariu fue invitado a la televisión pública que le dedicó casi una hora de programación. El secreto del éxito de una misión de este tipo es la compatibilidad de los miembros de la tripulación, dijo Prunariu.
«Leonid Popov me trató como a un hermano menor suyo, empezamos a trabajar juntos y descubrimos que nos llevábamos muy bien. La diferencia de edad no era tan grande entre nosotros, unos siete años. Yo conocía muy bien la teoría y él dominaba la practica, así que nos completamos recíprocamente y logramos los exámenes finales que confirmaron al equipo principal. Obtuvimos máximas calificaciones en todos los exámenes.»
Frente a un hombre que ha estado en el espacio fluyen innumerables preguntas. Una de ellas sobre la ingravidez.
«Al principio sientes algo como euforia cuando ves que todo está flotando, tienes las manos libres y todo alrededor está flotando. Poco a poco, sin embargo, se producen cambios en el cuerpo y aparece un estado de incomodidad que aumenta durante los dos primeros días, dolores de cabeza, mareos, el aparato vestibular ya no sabe cómo apuntar hacia arriba y abajo, hacia izquierda o derecha. Los cambios en la circulación sanguínea, la tensión en las articulaciones y los músculos causan molestias».
Más allá de la espectacularidad de un momento tan singular como el vuelo espacial, también hay detalles más comunes. Uno de ellos fue que la tripulación del Soiuz 40 trajo un ramo de cebollas verdes frescas para los dos cosmonautas en el complejo orbital. Dumitru Prunariu.
«Cabe aclarar que las personas que vuelan al espacio exterior son personas comunes y corrientes que tienen familias y necesidades propias, tienen ganas de tomar algo o de comer algo bueno. El comandante de la estación espacial Vladimir Kovalionok quería, después de dos meses en el cosmos, comer cebollas verdes frescas. Y se lo dijo a su esposa por teléfono. Como ella sabía que íbamos a llegar al cosmos, le dio las cebollas al médico de la tripulación Iván que nos acompañó al pie del cohete. Llegados allí, Iván sacó un ramo de cebollas envueltas en papel y nos dijo que las cebollas tenían que llegar a Volodea. Nos miramos y entonces Popov me dijo que yo tenía un bolsillo vacío, así que metí las cebollas en ese bolsillo que después de un día y medio llegaron a Vladimir Kovalionov.»
Además de la cebolla verde, Prunariu trajo a sus colegas soviéticos también un pequeño regalo, una botella de brandy rumano.
«Íbamos a visitar a la tripulación principal y la costumbre es llamar a la puerta, entrar y hacer algún regalo. La tradición entre los rumanos era ofrecer algo, una botella de vino o una botella de brandy. Pues bien, yo había llevado una botella plana de brandy rumano puro y fue un placer entregar este regalo a los cosmonautas. La bebida se debe tomar con pajita, no se puede verter en nada porque debido a la ingravidez nada fluye. Mis colegas gritaban «¿dónde están los vasos?» y yo, sin experiencia en lo del cosmos me preguntaba, «¿cómo probarán el brandy?» Y entonces ellos sacaron la manguera de una máquina y la metieron en la botella y así bebieron».
Dumitru Prunariu regresó a la Tierra después de 8 días y el periodista científico Alexandru Mironov recordó cómo fue su acogida.
«Lo encontré después de su regresó a la Tierra en una reunión con los periodistas en la Sala de Mármol de Casa Scânteii. Temía por él. Ese niño había volado en una lata vacía a través del espacio exterior. Era tímido, parecía asustado, pero sólo era así frente a los periodistas. Está hecho de acero. Vino una orden clara que nos prohibía hablar demasiado de él porque sólo teníamos dos «héroes» (el líder comunista en ese momento, Nicolae Ceausescu y su esposa, Elena Ceausescu) y sólo podíamos hablar de ellos. Por lo tanto, Dumitru Prunariu desapareció efectivamente de la vista pública y de los medios de comunicación. Pero comprendió su papel y participó en miles de reuniones con el público y se mostró muy empático».
Leonid Popov y Dumitru Prunariu recibieron condecoraciones rumanas y soviéticas como recompensa de sus esfuerzos profesionales. Desde hace 40 años, Dumitru Prunariu representa el logro más importante de la aeronáutica espacial rumana. La cápsula de la nave con la que regresó a la Tierra está exhibida en el Museo Militar Nacional de Bucarest.
Versión en español: Victoria Sepciu